Tuesday, January 31, 2012

EL MUNDO DELANTE DE MÍ.

El mundo delante de mí
J.M.Vara



El mundo delante de mí,
50 y pico bocas que alimentar
cada día,
duchas y ropa,
agua caliente,
simple necesidad.

El mundo delante de mí...
llamaban al timbre y entraban
saludando,
sentándose a la mesa,
perteneciendo a algún tipo de grupo,
comiendo,
sintiendo el calor en las tripas,
y quizá, tal vez,
en el corazón.



Escrito el 24/01/2012 sentado esperando
a una persona "humana" en un comedor social... 



Sunday, January 29, 2012

La Familia... esa cosa tan idealizada.

La Familia... esa cosa tan idealizada.

"Me enteré de que encontraron a mi primera mujer muerta en la India,
y que nadie de su familia quiso hacerse cargo del cadáver. Pobre chica.
Tenía un defecto en el cuello, no podía girarlo. Aparte de eso, era
perfectamente hermosa. Se divorció de mí, e hizo bien. Yo no era
lo bastante bueno ni lo bastante grande como para poder salvarla".
Bukowski, 13/09/91 a las 17.28 horas.




A la familia como concepto sólo la salva la rancia tradición católica de este país en ruinas.
A la familia viene ahora a defenderla la rancia tradición de derechas absurdas que cohabita con la miseria humana de este caótico país de carroñeros.
Hablan de leyes antiaborto... del derecho a la vida...
de paridas por el estilo y se quedan tan anchos, tan felices y tan moralmente coherentes.
Moral es igual a basura no orgánica o a bolsa de plástico tirada al océano donde se hunden cruceros gobernados por capitanes enajenados, casi tanto como los políticos... esa raza que debería purgar sus delirios en manicomios creados especialmente para ellos.
Es curiosa la familia...
que reclama el derecho a la vida y reniega del cuidado a sus mayores o a esos familiares que han caído en los abismos abyectos de la temida "locura".
Es curioso como en el trancurso de mis últimos trabajos voy conociendo casos de familias que abandonan a sus seres queridos cuando estos son estigmatizados por las etiquetas de lo diferente... y como arremeten con fiero arrebato contra los auxiliares que los cuidan... o como los arrinconan en un lugar remoto de su piso confinándolos al olvido emocional mientras dan buena cuenta de sus pensiones o de sus bienes mobiliarios...
...mientras a sus familiares "dementes" se les secan  las lágrimas en un lugar oscuro dentro de su alma, seca por la indiferencia de esas familias, que, incluso, puede ir a misa una mañana soleada de domingo... 
A la familia como concepto sólo la salva la rancia tradición católica de este país en ruinas.
A la familia viene ahora a defenderla la rancia tradición de derechas absurdas que cohabita con la miseria humana de este caótico país de carroñeros.
¡Que triste es creer lo que nos dice la tele, qué triste es descubrir la verdad en el día a día de la boca del olvidado, del marginado, del repudiado, del loco...!
¡Que triste es darme cuenta cada segundo de que los cuerdos ni lo somos, ni mucho menos tenemos la razón!...

Vara, Badalona 29/01/2012
Aproximadamente las 17h.45 de la tarde.





Janet Frame

JANET FRAME

 
"La vida es un infierno, pero hay premios".
Janet Frame (Neozelanda, 1924-2004)

















Janet Frame al margen del alfabeto

Luisa Futoransky





De película

En los años cincuenta creían que normalizaban a los perturbados mentales imponiéndoles electroshocks. A Janet Frame le efectuaron unos 200. Fueron practicados por profesionales encarnizados, aplicados o indiferentes. Y ni con esas impidieron que menguara su pasión por la escritura.

La leyenda de su vida se alimenta de literatura. En 1952 está en la lista de operaciones inminentes del hospital Seacliff de Otago, Nueva Zelanda. Diagnóstico: (erróneo, sabremos más tarde) esquizofrenia. La cura propuesta es una lobotomía para facilitarle “la normalidad”. La madre, confusa y “horrorizada”, aceptó el dictamen y autorizó la operación.

Pero cuando nadie lo esperaba interviene el hada madrina de la literatura. Conceden a Lagoon (La laguna y otras historias), su primer libro, el premio más prestigioso del país.

Las autoridades del hospital interrumpieron la proyectada lobotomía. Que el cirujano Blake Palmer y la burocracia del hospital de Otago leyeran ese día en los periódicos la concesión del Hubert Church Memorial Prize a la internada Janet Frame es obra de prodigio.

Los crímenes que empiezan por “lo hice por tu bien”, porque ofrecen “darte una nueva personalidad” suelen ser irredentos por ser “argumentos convincentes que conducirán a que un hombre acepte su propia destrucción”, dirá después.



Para ubicarla en el tiempo el espacio

Nació un 28 de agosto de 1924 en Duneddin y se fue el 29 de enero de 2004, después de tanta agua que corriera bajo los puentes, en la misma ciudad.

Un ángel en mi mesa (1990) la película de Jane Campion, basada en los tres volúmenes de su autobiografía, fue premio especial del jurado del Festival de Venecia y la propulsó a la admiración internacional. A ella le arrancó el siguiente comentario: “Hasta la película de Jane Campion me conocían como la escritora loca. Ahora como la escritora loca y gorda”. Su especialidad, cultivada a lo largo de casi 80 años, fue desmenuzarlo todo, sin ahorrarse una sola espina. Así, nunca dejó de pensar en su amiga de aquella época, Nola, y en las otras a quienes no salvó de la lobotomía ningún premio de nada y siguieron convertidas, para siempre, en silenciosas zombies. “...Fue devuelta al grupo conocido como ‘las leucotomías’; les hablaban; las llevaban de paseo; las arreglaban con maquillaje y pañuelos de flores cubriendo sus cabezas rapadas. Eran silenciosas, dóciles; sus ojos eran grandes y oscuros, y sus caras pálidas”.

Las retrató en Faces on the Water (Rostros en el agua). Allí, una vez más, cuenta la locura por dentro. La protagonista no se llama ni Janet ni Nola sino Istina Mavet. Me pregunto: ¿sabría, a la hora de escribir, que en hebreo mavet es la palabra absoluta que designa la muerte? En esta novela comprueba que ni la locura definitiva ni la muerte llegan cuando se las busca ni convoca.



Como los escritores creían que sabían sentir y relatar (algunos creen todavía) cuánto siente una mujer en el parto o durante el orgasmo, los profesionales de la locura suelen reducir los casos clínicos a meros papers de congresos donde alardean sus conocimientos sobre la intimidad de los colifatos que cayeron en el mejor de los casos bajo sus lupas, y en el peor bajo sus garras. Experiencias, contraexperiencias, modas por oleadas. Psiquiatría y antipsiquiatría lo confirman. Frame en cambio instala su voz en otro mundo, el de los vencidos, en el revés mismo de la trama, detrás de las rejas, los sedantes, la camisa de fuerza: su testimonio es el de los cuerpos, del pensamiento encerrado en la prisión que es el loquero.

Los enfermos se dividen, aprenderá a sus expensas, en buenos enfermos, tocados y refractarios, que son los que, como ella, no dejan de pensar.

A estos últimos les tienden el electro, una trampa que se cierra “sobre las tinieblas del abismo”.



Eran cinco hermanos...

Verso melodramático de tango. En efecto, la familia Frame estuvo compuesta por cinco hijos. Un varón y cuatro mujeres.

El padre, obrero ferroviario, estuvo sujeto a frecuentes traslados. La madre, antes del nacimiento de Janet, fue durante un tiempo mucama de la familia de la escritora Katherine Mansfield.

La vida de los Frame quedó estigmatizada para siempre por varias tragedias: dos hijas, con diez años de diferencia, murieron ahogadas. El hermano fue epiléptico.

En su infancia se la rechaza por su físico ingrato, de joven la atormentan por su excesiva timidez. La dentadura, “el infierno de las encías”, no la ayuda para nada y el profesor de quien se enamora la convence, tras un torpe intento de suicidio donde ingiere un tubo de aspirinas, de que ingrese en el manicomio. Así lo hizo, pasando prácticamente ocho años internada en instituciones neuropsiquiátricas. Antes las llamaban menos eufemísticamente loqueros.

Esquizofrenia. Nunca se movieron del diagnóstico primero. Fueron agregando periódicamente sellos que corroboraban, tenaces, el error. Una suerte de pecado original.

Admitámoslo: como Janet era muy pobre fue considerada loca. Si hubiera nacido rica y en Londres la hubieran admirado y respetado por excéntrica.



Ella misma describe el tratamiento: “Las seis semanas que pasé en el hospital Seacliff en un mundo que nunca hubiera pensado que pudiera existir, fueron para mí un curso condensado de los horrores de la locura. Desde mis primeros momentos allí, supe que no podría volver a mi vida normal ni olvidar lo que vi. Muchos pacientes confinados en otros pabellones no tenían nombre, solo apodo; sin pasado, sin futuro, solo un Ahora encarcelado; una eterna tierra del presente, sin horizontes que la acompañen”.



De su diario:

“Ellos piensan que voy a ser maestra, pero voy a ser poeta.

En cuota de miedo, cada electro equivale a una ejecución.

Comprendí que era soñadora porque la realidad aparecía tan sórdida y baldía”.



Scented Gardens for the Blind, Jardines perfumados para los ciegos, relata las peripecias de una familia en decadencia que después se revela como el delirio de una mujer internada desde hace 30 años en un neuropsiquiátrico.



Segunda destacada intervención del hada madrina de los escribidores: al término de la pesadilla hospitalaria conoce al reputado cuentista Frank Sargeson, veinte años mayor que ella y mentor de la nueva camada de escritores neocelandeses y precursor de la liberación gay. Le presenta gente, alimenta su voracidad sin límites por la lectura y la persuade de que debe escribir a tiempo completo. Para que pueda hacerlo la instala en una cabaña dentro de su propiedad en Takapuna, al norte de Auckland. Al año terminó su primera novela Owls do cry (Los búhos lloran). No conforme con todo eso, Sargeson la convenció y ayudó a reunir el dinero suficiente para que viajara a Europa.

A la muerte de Sargeson, cuando se vendió el terreno que contenía la cabaña —la casa es hoy día un museo comunal—, ésta fue destruida pero la colcha de patchwork que en señal de agradecimiento le confeccionó Janet sigue ahí, desflecada, para que otros necesitados y frágiles de espíritu abriguen sueños, alejen y si pueden olviden, las pesadillas.



Volver para contarlo

El barco de Janet finalmente amarró en Inglaterra. Obligada estadía en París donde descubre cuánto malentendido puede traer consigo un idioma, aunque sea de prestigio, como el francés. Es hora, piensa, de buscar las luces del sur. A Barcelona pues. Ejemplo del infierno en que puede convertirse la traducción. En la estación de Austerlitz deposita sus valijas en la consigna con el lógico deseo, tal como aprendió que se hace en los aeropuertos, de recuperarlas en destino. Al trasbordar en la frontera al tren español le informan que consigne en el ferrocarril de Francia es otra cosa, es un mero depósito a término. Llega pues a España como literalmente quería Machado, “ligera de equipaje”. Sin nadie que la espere.



Recala una larga estadía en la Ibiza de los años cincuenta, isla de magia y de pobreza, isla sin cerrojos como los que traía puestos su propia vida. Aprendió allí sobre la guerra civil española de boca del campesino que le alquilaba su casa: “El caudillo puso ahí en fila a los comunistas y los fusiló, yo lo vi”, recogió.

Ruda y cándida admite que tiene 36 años e ignora hasta qué es masturbarse y ni hablar de lo sexual. Entonces aterriza en el panorama ibicenco Bernard, poeta norteamericano segundón. Cuenta, como es ella de rotunda, su primera noche con él: “Supe que había venido a eso”. Qué más.

Tras un tiempo vuelve sola a Londres donde busca trabajo de enfermera. Desde el vamos la rechazan por sus antecedentes mentales. De nuevo los estigmas, de nuevo pide voluntariamente que la internen esta vez en el hospital londinense De Maudsley. El hada se presenta por tercera vez a su puerta bajo la forma del médico Alan Miller, quien cuestiona el diagnóstico inicial afirmando que nunca padeció esquizofrenia. La insta a seguir un tratamiento psicoanalítico y exorcizar toda su travesía vertiendo con palabras la experiencia. La convence además de que ejerza la escritura en forma absoluta y definitiva.

Como lo exigen la fuerza mágica del número y los signos, tras siete novelas dedicadas a su psicoanalista R. H. Cawley volvió a su país siete años después. Como debe ser.

A partir de entonces se sucedieron premios, becas, residencias de escritores, condecoraciones, viajes y doctorados honoris causa pero también controversias sobre su obra y su persona. En suma las peripecias artísticas de normal administración.



Al margen del alfabeto

Encontré mi primer libro de la Frame hace más de cuarenta años en el estante de la biblioteca de alguien. Un libro de quiosco de estación. Cubierta oscura nada atrayente; un muchacho rubio sentado en una tranquera con un hatillo al hombro y una oveja al pie. En la contracubierta más ovejas. Al margen del alfabeto. Ninguna explicación. Nada que a uno le tiente y sin embargo.

Un par de subrayados míos de la época me explican un poco por qué me atrapó. Releerla fue revivir la cuota de dolor que incluye hasta la inocencia de la niñez. Rasguño sin cicatrizar, indeleble. Ya se trate de la aureola de sudor en un vestido de fiesta, la codicia por la propina de un cliente en la mesa que está sirviendo, una visita al dentista. Un arrorró. Un juego infantil. Balbuceos. El lenguaje corrosivo y compasivo. Nimiedades pero al límite de lo soportable. Flor de paradoja.

Hasta hoy. “Al margen del alfabeto todas las serpentinas se rompen. Es difícil vivir aquí”.

Tanto.



Postdata

Indispensables: La autobiografía de Janet Frame. Tres volúmenes agrupados bajo el título de Un ángel en mi mesa, el mismo que la lanzó al estrellato internacional y la película-culto de Jane Campion de 1990, que precedió en un año a otra también memorable: Una lección de piano.

Janet Frame tuvo en común además del signo astrológico, virgo, algo bien fuerte con Jorge Luis Borges. Se habló de ambos con frecuencia como una martingala, una fija para el premio Nobel de Literatura que nunca obtuvieron. O sí, al margen del alfabeto, en un planeta más benévolo, compasivo y a veces espléndido o divertido, qué tanto.

Todo a fojas cero. El sitio oficial de Janet Frame querella a Wikipedia por si cierto biógrafo que la considera autista tiene o no razón. O si tal historiador puede permitirse y con qué derecho cierta crítica. Los devotos que no saben encogerse de hombros murmurando “y eso a quién le importa” y hacerse a un lado, no rinden servicio alguno a la memoria de la Frame y mucho menos al lector, interlocutor único y responsable detrás del empeño mayor que es la página del libro que no se puede dejar.







PERFILES

Janet Frame



(28 de agosto de 1924 - 30 de enero de 2004)

Por Sergio Di Nucci

En los antípodas de las islas Británicas, Nueva Zelanda constituye un archipiélago cuya lejanía literaria triunfa sobre la geográfica. El destino de la novelista Janet Frame, quien murió discretamente el pasado 30 de enero, confirma estas distancias. Considerada en su país la escritora más representativa y a la vez la más irreductible, sólo fue conocida más allá de los límites patrios después del éxito del film Un ángel en mi mesa (1990) de Jane Campion, basado sobre los tres volúmenes de su autobiografía.

La imagen neocelandesa más frecuente concita maoríes rebeldes y disciplinado rugby. Nada de esto se encuentra fácilmente en los relatos de Frame. Su vida y su obra guardaron una relación inextricable, pero no menos antipódica. La locura y la muerte (nunca el amor) son la materia de la que están hechas las memorias y la ficción de Frame. Pero si en las primeras el tono es ligero, indulgente, humorístico incluso, en la segunda es feroz, implacable, pero también lúcido y como inexplicablemente racionalista.



OCHO AÑOS EN EL MANICOMIO

Una infancia más extraña y caótica que la de todos fue seguida por una adolescencia que tuvo su largo clímax en los ocho años que pasó encerrada en un manicomio, gracias a un diagnóstico erróneo de esquizofrenia.

El padre de Frame era obrero ferroviario en perpetua mudanza; su madre, una mucama que trabajó por un tiempo para la familia de Katherine Mansfield, la cuentista que murió asceta y tuberculosa en Fontainebleau en los brazos de su gurú Gurdjieff, un año antes de que naciera Frame. La pobreza, las deudas, la enfermedad y la tragedia fueron su vida cotidiana. Su hermano mayor vivía epiléptico y rutinariamente apaleado por el padre de Frame; su hermana mayor, Myrtle, se ahogó en una pileta a los 13 años; diez años más tarde, su hermana menor, Isabel, también se ahogó; su madre era de una secta cristiana que atribuía valor religioso a los objetos identificados de la vida diaria.

Frame fue una lectora voraz, y comparaba su vida con la de las hermanas Brontë. Era de una timidez que exacerbaban su pelo de un rojo zanahoria y sus dientes podridos. Estudió magisterio en Dunedin y empezó a estudiar psicología en la Universidad de Otago. En 1945, una inspectora entró a su clase para ver cómo enseñaba; Frame salió del aula para no volver nunca más. Pero siguió estudiando psicología. Una noche tomó aspirinas para suicidarse. A la mañana siguiente se levantó sin secuelas, y escribió un ensayo sobre su tentativa. Sus profesores decidieron que estaba loca.

La acción de la segunda novela de Frame, Rostros en el agua (1961), corresponde casi a la década siguiente que pasó en instituciones mentales. Entre los aullidos y sollozos de sus compañeras de internación, el sadismo de las enfermeras y los electroshocks, Frame consiguió terminar su colección de relatos La Laguna. En 1954 iban a someter a Frame a una lobotomía frontal. Uno de los cirujanos, sin embargo, supo del libro. “Decidí –le dijo– que usted se va a quedar como está.”



DAÑOS COLATERALES

Liberada del hospital, pero frágil por la medicación, fue “adoptada” por el escritor Frank Sargeson, cuyo nombre a veces se asocia con la gay liberation. Frame vivía en una cabaña en el jardín de Sargeson. Durante este período, trabajó en Las lechuzas lloran (1961), una novela sobre cuatro hijos de una familia indigente. A partir de 1956, pasó siete años en Inglaterra. Allí escribió Jardines perfumados para losciegos (1963), la narración de una familia en decadencia que después se revela como el delirio de una mujer internada desde hace 30 años en un neuropsiquiátrico.

De vuelta en Nueva Zelanda, publicó El hombre adaptable (1965), Estado de sitio (1967) y Los pájaros de la lluvia (1968). Esta última es la historia de un joven que se despierta del coma para descubrir que todos se habían resignado a que se muriera; antes que contentos por su recuperación, familia y amigos están fastidiados y desorientados.

El desierto de la alienación y la falta de compromiso afectivo son el tema central de toda la obra de Frame, que no obstante resulta inapresable y aun repugnante para el humanismo liberal o los particularismos reivindicacionistas. En Terapia intensiva (1970), Frame compuso una fábula moral y futurista dirigida a los movimientos sociales: las autoridades deciden suprimir a todos los marginales, pero los que sobreviven a la masacre ejercen después la peor de las dictaduras. Este resumen deja un sabor a dos demonios, que sólo la lectura de la obra desmiente.

Frame siguió escribiendo, y su prosa eufónica y personal alcanzó la fama literaria, primero nacional, y después en el entero ámbito de la lengua inglesa. Muchos describen Viviendo en el Manioto (1981) como su obra maestra. Los años noventa vieron la publicación de los tres volúmenes de su autobiografía. Fueron lo más cercano a una voz pública para esta escritora que vivía clandestina bajo un nombre falso, y que se rehusaba a las entrevistas.



Bugs eat books




sábado 22 de agosto de 2009

'Hacia otro verano' de Janet Frame



Oí hablar por primera vez de Janet Frame en la maravillosa película 'Un ángel en mi mesa' de Jane Campion, una película preciosa que se basa en la autobiografía de esta escritora neozelandesa. La película me cautivó por su tristeza y por su belleza. Pude palpar el dolor de Janet Frame. En su juventud, una depresión la diagnosticaron erróneamente como esquizofrenia y entonces pasó un largo periplo por psiquiátricos. Cuando estaban a punto de empezar con ella un tratamiento de electroshocks, uno de sus libros ganó un premio y después de esto pudo escapar. Pero su historia es también una historia de supervivencia, de conseguir salir adelante pese a todo. Y es por esto que la película es tan bella. Antes de los títulos de crédito ya intuía que Janet Frame era una escritora para mí. Sin embargo, han pasado años antes que leyera un libro suyo, en parte porque es difícil encontrar obras suyas traducidas y en parte porque tenía algo de miedo que en realidad Janet Frame no fuera para mí y si Janet Frame no era capaz de hablar de mí, ya nadie lo podría hacer.



Se puede decir que durante mucho tiempo he sido fan de Janet Frame sin haber leído nada de ella, pero por fin he leído 'Hacia otro verano' y ha sido maravilloso. Se ve que Janet Frame escribió esta novela en 1963 pero rehusó publicarla en vida porque la consideraba demasiado personal, así que la guardó con cuidado durante toda su vida y se publicó póstumamente. La novela está protagonizada por Grace Cleave, una escritora neozelandesa que desde hace años reside en Londres. Una pareja la invita a pasar un fin de semana a su casa en el norte y ella, después de dudarlo mucho, acepta, pero tan punto ha dejado caer la carta en el buzón se arrepiente de haber aceptado. Grace Cleave es solitaria, introvertida y, por culpa de falta de práctica, torpe en cualquier situación social. Grace Cleave, sin prácticamente amigos, no se relaciona con nadie y vive siguiendo una rutina que es como un refugio. Es invierno y Grace Cleave, incapaz de encajar entre los humanos, siente que se ha convertido en un pájaro migratorio y empieza a añorar su Nueva Zelanda, cuando hacía tiempo que ya ni siquiera pensaba en su antiguo hogar.



'Hacia otro verano' es simplemente la narración de este fin de semana que la protagonista pasa en casa de esta pareja y sus dos hijos pequeños. Y la narración de los esfuerzos, dificultades y pequeños fracasos de Janet Frame por ser lo que se llama un animal sociable y relacionarse con sus huéspedes de "forma normal y satisfactoria" se intercala con la descripción de recuerdos de su infancia que le vienen a la memoria. Es una obra personal (por supuesto), introvertida, intimista, de una sensibilidad exquisita y una sinceridad extrema, con una atención por el detalle preciosa y un estilo poético maravilloso. Por todas estas características puede que no sea un libro para todo el mundo, pero yo he sentido que hablaba de mí como hacía tiempo que no sentía que un libro hablaba de mí. Puede costar entrar en él, pero si lo haces notarás que es un libro que te lo da todo, que te quiere con un amor sin límites. Es un libro para los que más de una vez se han sentido como unos ineptos sociales, para los solitarios que no quieren sentirse tan solos, para los introvertidos que quedan exhaustos después de un intenso intercambio social, para los tímidos que se sienten incomprendidos, para los que se sienten tristes y quieren ser reconfortados. Es magnífico.

Publicado por Núria en 13:30







Saturday, January 21, 2012

Hablamos lenguajes distintos.

Hablamos lenguajes distintos



Hablamos lenguajes distintos,
cacofónicos...
huecos;

la evidencia es que,
a veces,
tras el ruido de fondo habitual,
cuando te entrego mi alma
para que la despedaces...

 1.cortar en fragmentos y con violencia un cuerpo
 2.dañar algo no material

...tú eliges
devorarme la polla
hasta lo insoportable...

1 que no se puede tolerar
2 que causa molestia y enfado
 
Hablamos lenguajes distintos,
cacofónicos...
huecos,
con regusto a desamor.



Un Universo que cabía en una Etiqueta.

Un universo que cabía en una etiqueta



 
Dedicado a Cristina Martín, La Princesa Inca



Princesa Inca me enseñó
que un universo podía caber en una etiqueta,
Princesa Inca me enseñó a definir con exactitud de cirujano
los límites de lo sencillo:
cuando el universo conocido se acababa al borde
del 95% de algodón devorasueños,
y del 5% de licra atrapacorazones;

Princesa Inca me enseñó que los colchones
podían estar sucios,
pero llenos de cielos verdaderos,
como cicatrices emocionales
que surcan los infinitos tangibles
de la piel que tapiza nuestros sueños,
invisibles en grandeza,
salvajes en intención,
arrebatados como muerte violenta
en callejones de desamor;

Princesa Inca me enseñó que la risa
podía vencer al trauma
con cascadas de alegría brotando de la boca,
infinita como fiero acto poético,
infinito
como universo que podía caber en los límites tangibles
de una etiqueta:
95% de emoción
y 5% de locura. 



Friday, January 20, 2012

MAMADA ANTI IMPERIALISTA, por La Fulminante Roja.

CHUPADA ANTIMPERIALISTA

Texto por LA FULMINANTE.





En el capitalismo salvaje suele ser complicado ser un hombre

Y tener que asumir un suicida comportamiento

Para demostrarlo

Se siembra en algunos niños el esquema del macho potente

Poderoso,

Indolente

Fuerte

Dispuesto a todo

a cambio de dinero

sueños de poder

penetrando las mentes juveniles

construyendo la identidad masculina

adentro

Esta cosita

Que cuelga de la anatomía masculina

… se hincha y endurece

llenando de sangre caliente

…efímera sensación de poder

esta ahí

esa fuerte erección...

ese pedazo de ti

parado

y estas allí triste cosita a punto de estallar…

(saca una pistola y apunta hacia el frente)

con toda la rabia y la impotencia acumuladas...

estas enfermo de tener las pelotas hinchadas

y no saber como eyacular, como explotar

Tu conformismo te ha enfermado terriblemente

Estás enfermo, ¡muy enfermo!,

Pequeño Hombrecito.

No es culpa tuya. Pero es tuya la responsabilidad de curarte.

Desde hace tiempo te habrías liberado de tus opresores

si no hubieras tolerado la opresión

y no la hubieras apoyado tan activamente.

Ninguna fuerza policial del mundo

sería suficientemente poderosa para suprimirte

Ningún militar pondría su bota sobre ti

Pero en lugar de organizarte para mejorar el mundo

Les prestas tu pecho como carne de cañón

Tomas las armas

… tu impecable uniforme

y tu lavado cerebral

alquilando tu pobre voluntad

ganas tu licencia para matar por dinero

Sigues a los opresores y disparas las balas

Dispuesto a obedecer las ordenes de no importa quien

Sigues a los opresores y disparas sus balas

Tu maldita obediencia ciega

Te convierte en cómplice de nuestro opresor

El ilimitado poder de las armas sobre nuestras pobres vidas...

el poderoso puede alquilar la vida de otros

la miseria acrecienta la oferta de matones

peligrosas filas del ejercito del terror

como en Irak

malditos soldados mercenarios

malditos A SE SI NOS DE NI ÑOS

Armados hasta los dientes

Guerra creada para mover grandes finanzas

Putas balas

Cuantas bocas furiosas han silenciado??

Ahhh??

Cuantas??

Solo por escupir verdades contra la muerte!!!

triste fantasía militarista

obedeciendo y asesinando por dinero

haciendo el trabajo sucio

Brutalidad y balas

Los poderosos se aseguran

Con escudos humanos

Garantizar “la confianza inversionista” es lo más importante

Un asunto de "protección"

Defender la propiedad

exterminar la disidencia

la carne de cañón es desechable

para el sistema

chico obediente

cuanto puedes soportar??

hasta donde puede llegar tu obediencia a la muerte

que atrocidades eres capaz de obedecer??

asesinato político organizado

gracias a tu obediencia

las balas se disparan en nombre de grandes negocios

(la pistola eyacula, ella sigue hablando soltando pequeños chorros blanquecinos por la boca)

en nombre del progreso

orgasmo financiero

hay un poco de poder para todos

poder asesino

gobernantes mafiosos

en nombre del dinero

cualquier atrocidad se ha hecho aceptable

la erección del capitalismo

bombea sangre caliente alimentándose con los ríos de muerte

y muchos se lo tragan

sometidos ante el poder que dan las armas

obediencia y balas

inversiones balas y poder

miserables sicarios a sueldo

silenciando las ideas

a cambio del dinero de sus sucios amos

mercaderes millonarios del negocio de la muerte

ahhaha??

Los caídos en la guerra son tus hijos, tus hermanos

La vida ya no vale nada

Desde que la muerte tiene precio



La vida devaluada

silencio

desprecio



una masa enorme de carne de cañón

derramando sangre ajena y propia

por asuntos que no les benefician

por ignorancia

por necesidad



Durante la larga historia de la humanidad

Tantos hombres dispuestos a morir por nada

por la patria

no vale la pena

imperios que chupan sangre humana

cadáveres de los sin nombre…

Silenciados

Huesos en bolsas

Y nuestro tiempo hereda

la memoria

que renace en cada nueva lucha

renaciendo de la muerte

somos los herederos de este sueño

el amor emancipado

nunca muere!!







EL MUNDO ESTABA PODRIDO.

"El mundo estaba podrido"
 (Poema de Vara)

Vara, "self portrait"/enero 2012.


 


Que el mundo estaba podrido

era algo que sabíamos todos,

el esfuerzo objetivo era hacer ver

... ... que mirábamos hacia otro lado,

más allá del iris de los enajenados,

donde la luna se hacía grande

para colarse por las ventanas

de personas que soñaban despiertas

bajo los efectos delirantes de la química estipulada

para abastecer las arcas de los depredadores;

Que el mundo estaba podrido

era algo que sabíamos todos,

mientras simulábamos que nada sucedía

en las salas de espera de los hospitales,

en los lavabos con olor a vómito de los juzgados,

en el vacío tenso de las urgencias de los psiquiátricos,

en el aullido desesperado de las ambulancias,

en las porras manchadas de odio

de los antidisturbios,

en los ojos comatosos de los políticos,

en la ausencia de moral en el cerebro de los Papas,

en el miedo a lo tangible,

en el miedo, en definitiva,

a algo tan emocionante

como la caricia de un esquizofrénico...



Que el mundo estaba podrido

era algo que, de sobras, sabíamos todos.
 

Wednesday, January 18, 2012

Ciberfanzine de literatura subterránea.Número especial: LA VIDA AG (ANTES DE GOOGLE)

Ciberfanzine de literatura subterránea.
Número especial: LA VIDA AG (ANTES DE GOOGLE)


Editorial

LA VIDA M. A.G. (A modo de Editorial)

“¿A dónde vamos?”, preguntábamos a nuestros padres los sábados por la tarde, y ellos contestaban: “A mirar escaparates”. Se fumaba en los autobuses, en los institutos y universidades, en la consulta del médico (y solía ser el médico quien fumaba). Los adolescentes se masturbaban hojeando el LIB, Interviú, y otras revistas acartonadas, algunos, a otros les bastaba con fantasear. Escribíamos cartas, salíamos a la calle a buscar a los amigos, cortábamos y pegábamos, pero lo hacíamos con nuestras novias o novios o contra los del colegio de enfrente… No había móvil, ni redes sociales. ¿Cómo nos las apañábamos? Después llegó Internet, Google, Facebook… Parece que han pasado siglos (bueno, ha pasado uno, en realidad) pero fue solo ayer, hace 15 años. Borraska surgió en aquel tiempo fronterizo, cuando los emails tardaban horas en entrar a la bandeja de entrada y el contador del teléfono corría como un fórmula 1. De forma autodidacta y con espíritu y estética de fanzine. El espíritu porque nos lo pedía el cuerpo y la estética porque no teníamos ni idea. Y seguimos sin tenerla. Ahora volvemos en forma de blog, que es facilito, ajustado a las capacidades de los que nacimos MAG (Mucho Antes de Google). El ciberfanzine de literatura subterránea ha resucitado, muy lentamente, con pachorra, en un número especial y sin vocación de continuidad, en el que más de cuarenta creadores escriben sobre cómo era su vida antes de que las nuevas tecnologías irrumpieran. ¿Qué recuerdan de aquellos tiempos? ¿Cómo se adaptaron a los cambios? ¿De qué modo influyó en su forma de escribir? ¿Hemos ganado libertad o la hemos perdido? ¿Seguimos, en el fondo mirando escaparates?



Patxi Irurzun (Editor de 'Borraska')

Autores
DESCARGAN RAYOS Y TRUENOS EN ESTE NÚMERO


José Luis Moreno-Ruiz
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Sunday, January 15, 2012

La Princesa Inca

La Princesa Inca



 
Hablábamos a los árboles, hicimos el amor a los árboles, besábamos a los árboles. Una ambulancia vino a buscarnos, nos ataron. Ellos siguieron hablando a sus dioses, de rodillas en las iglesias, masturbándose ante una tele. Nosotros seguimos atados y pinchados con Haloperidol mientras leían y creían sus cartas astrales por internet...Pero sí, los locos, los paranoides éramos nosotros.. Porque hablábamos a los árboles y porque les hacíamos el amor. Ellos eran los cuerdos.

Cristina Martin






ENTREVISTA: La Princesa Inca
RAFAEL RUÍZ 27/03/2011


http://www.elpais.com/articulo/portada/versos/locos/Princesa/Inca/elpepusoceps/20110327elpepspor_4/Tes

Los versos locos de la Princesa Inca

Dicen los médicos que es bipolar, esquizoafectiva. Dice ella que la crisis que sufre desde hace diez años y la fuerte medicación la dejan como un zombi. Princesa Inca / Cristina Martín remueve conciencias desde la radio y ahora desde un estremecedor libro de poesía.

Ha necesitado dormir 14 horas antes del encuentro con el periodista. "La medicación me deja como un zombi". Lleva así más de diez años. "Administradme dosis fuertes de pastillas / para que no sepa pronunciar ni mi nombre / para perder el sentido de estar sintiendo / el sopor de una existencia llena de puñales".

"Un día te levantas y estás distinta.De repente, me sentía la reencarnación de una princesa inca"

"Más que tristeza, son miedos. Tengo un amigo que oía voces; le acompañaban. Se las quitaron y la soledad le parece más terrible"

"Escribir ha sido mi salvación. También la música. En mis épocas más duras, Camarón me ha dado mucha fuerza. Lo llevo tatuado"

Princesa Inca (Cristina Martín, Barcelona, 1979), jardinera, estudiante de psicología, diagnosticada como bipolar, o con trastorno esquizoafectivo -depende del doctor"-, "loca" -dice ella misma-, colaboradora del programa La ventana, de Gemma Nierga, en la cadena SER, acaba de publicar La mujer-precipicio (Libros del Silencio), donde se incluyen estos versos de Administradme pastillas: "Pastillas que rectifican a los que sueñan, / más de lo previsto, / más de lo que a vosotros os hace falta".

Pero mejor eso que el insomnio, que es blanco y enloquece... "Blanco como la blusa Armani / que come del sudor y la espalda doblada de mis padres. / El insomnio es blanco, blanco como la luna, como la nevera vacía, / como el arroz hervido de los pobres. / Blanco como las sábanas blancas en las que lloras / porque no encuentras la salida. / El insomnio es blanco, / blanco sucio como el patio de la cárcel, / blanco como las batas y las correas del psiquiátrico".

Se lo echa en cara a la sociedad normal. Desde la radio, desde su libro de poesía (el primero), desde esta entrevista (una de las muy pocas) en Gracia, fumando en la terraza de un bar de una plaza de su barrio de Barcelona: "Las enfermedades mentales siguen siendo un tabú. Apenas se habla de ellas, y eso da pie a que no se debata, no se investigue lo suficiente. La sociedad, la sanidad pública, lo único que hacen es administrarnos pastillas, narcotizarnos, para que les dejemos tranquilos. Poco más. En estos diez años en los que he sufrido crisis, el tratamiento poco ha variado. Mi padre era transportista; mi madre, ama de casa y costurera; yo no tengo dinero para pagarme psicólogos ni psiquiatras privados. Te dan pastillas que te anulan, pero no se paran a escucharte para intentar averiguar qué pasa".

"He sufrido tres grandes crisis, en las que las subidas y bajadas son brutales, extremas. La primera, con 20 años. Un misterio. Un día te levantas y estás distinta. No sé por qué. Estaba en la Universidad estudiando psicología. Y, de repente, me sentía la reencarnación de una princesa inca. De ahí el nombre con que firmo.Y luego, otra más, cuando trabajaba como jardinera; es verdad que curraba mucho, 13 horas diarias". Y luego, otra más, hace año y medio, cuando murió su padre de repente, de un ataque al corazón, en la que tuvo que ser sometida a terapia electroconvulsiva (electrochoque), pero de eso prefiere no hablar. "Fue un palo muy grande. Mi padre era muy buena gente. Yo estaba muy unida a él. Fue demasiado para mí. Me internaron tres meses. Y luego estuve mal otros seis. Como secuela, me ha quedado la agorafobia. Ahora me da miedo coger el metro sola. No lo sé explicar. Pero es así. Ya sé que no es racional. Los tratamientos son muy fuertes. Y cuando te internan, tú no entiendes nada. Te atan, te sujetan, y tú crees que es un compló contra ti, porque en los momentos de euforia tú estás arriba del todo, y te crees una princesa inca, o Janis Joplin, y no entiendes nada, por qué te encierran, por qué te atan. Como decía Panero (el escritor Leopoldo María Panero): en un psiquiátrico entras hablando de la Virgen y sales hablando de nada".

-Pero ¿qué se siente?, ¿una tristeza enorme?

-Más que tristeza, son miedos. Es muy complicado lo de la mente. Es que a veces no puedes tirar para adelante. Tengo un amigo que, por ejemplo, oía voces por la mañana. Yo no, nunca he oído voces. Pero él sí. Y cuando se las quitaron, con fármacos, sentía una soledad tan grande que él decía que era más terrible que las voces, que las voces le acompañaban. No se puede intentar homogeneizar a todos por igual. Si esas voces te dicen cosas positivas, ¿por qué quitarlas? Los niños las oyen, tienen amigos invisibles, que les ayudan a desarrollar su imaginación. Y no creo que sea bueno callárselas. ¿Por qué todos tenemos que ser iguales? Quizá para que seamos más manejables. Dicen que estamos locos, pero te fijas en cómo actúan los políticos, la Iglesia, los ejércitos, y ¿esos no están locos?

Princesa Inca-Cristina escribe desde que lo recuerda. Se crió escuchando los versos de Lorca que le leía su madre. Tiene una estantería de su pequeña habitación llena de libretas con goma con sus pensamientos escritos a mano. "Ha sido mi salvación. No sé qué habría sido de mí sin esto". Pero compone versos como vomitando, echando todo fuera, haciendo daño, hurgando, no busca estéticas: "No se trata para mí de un trabajo, no me esmero, no cuadro, no / perfilo, no borro, no reviso, no perfecciono. Son gritos" (No son palabras, sino gritos).

"¡Despierta, princesa, muñeca, caricatura, flor, puta, vacía, gitana, rota entraña! (... ) ¡Despierta, máscara inútil! No llores, que destiñes tus zapatos rojos, y tus vestidos de hilo, y te quedarás descalza, y entonces... Ay, ya verás qué frío, y qué muerte, y qué nada más y nada más, nada más, puta Princesa, loca, ya verás, llorona, descalza y muerta, deja de llorar o ya verás. / Nadie se paró en la Gran Vía... Y yo solo quería, para no ver, coserme los ojos".

-¿Volverá a estudiar psicología?

-Sí, en septiembre quiero comenzar de nuevo, poco a poco, porque me canso mucho. ¿Te imaginas, teniendo los conocimientos, y con mi experiencia, lo que puedo ayudar a otros que se sientan como yo? Porque yo creo que uno de los grandes problemas es la incomunicación. Las enfermedades mentales afectan sobre todo a las sociedades desarrolladas, porque yo creo que hay mucha soledad...

-¿Y las redes sociales virtuales?

-A mí el abuso del mundo virtual me da miedo. Perder los olores, las miradas...

-Su querida poetisa argentina Alejandra Pizarnik era adicta a las anfetaminas. ¿Princesa Inca ha sido adicta a algo?

-No me gusta hablar de drogas. Estoy en contra de su consumo, son muy malas para la cabeza, te atrapan y dependes de ellas, y ya no eres persona libre. Bastante tengo ya con las legales. Uno de mis sueños es levantarme a las siete y aprovechar la mañana, disfrutarla, sentirme viva, y no tambaleándome por la medicación.

-¿Cree en Dios?

-No soy atea. Sí creo que después de morir hay algo, que de alguna manera seguimos en un paraíso personalizado, a la medida de cada uno, que hay algo en ti, energía, alma, pensamientos, una conciencia, que continúa, en otra dimensión pero continúa, según lo que tú has querido ser; no creo que tras la muerte se diluye todo, creo que no viene la nada, pero no creo que haya un solo lugar donde vamos todos...

"Dios en lugar de hacernos nos deshizo / y quedamos desamparados y desnudos / al abrigo de trenes y autovías, / desproporcionadamente solos, / llenos de un viento de incertidumbre, que nos tambalea y nos tumba, / que nos deja paralizados ante la duda / inexacta y rara / de seguir existiendo" (Dios en lugar de hacernos nos deshizo).




(Ilustración: Angat Art)
Princesa Inca tiene ascendencia gitana; su bisabuela por parte de madre se llamaba Carmen Reyes Cortés, y era gitana de Granada, del Albaicín. Cristina Martín vive con su madre, su abuela de 94 años, su tía abuela de 92 y su hermano de 23, a quien le dedica algunos versos: "En esta familia tenemos una indigestión de sueños y vacíos, / genética y estirpe de gitanos enloquecidos". "¿Dónde te perdimos, que no sabemos desrecorrer el camino?". "Sé que volverás, y yo espero al otro lado de la casa". Desde hace cinco años colabora un día a la semana en las tertulias de la SER. Gemma Nierga la descubrió cuando entrevistó a un colectivo de Radio Nikosia, un programa dentro de las emisiones libres de Radio Contrabanda hecho por enfermos mentales. Y hasta hoy. "Es tan distinta a todos, tan poco convencional, la sientes tan cercana y lejana a la vez, en su mundo", dice Nierga, "que yo con ella me siento traspasada, sé que ante ella yo no puedo montar ningún personaje, que me ve como realmente soy. Sus poesías son muy duras, dolorosas; pero me gusta su capacidad para crear imágenes nuevas, como esos versos de 'yo sólo quería coserme los ojos para no ver...".

Princesa Inca pinta ahora cuadros caóticos -"psicodélicos, naif, oníricos, de tripi", los describe ella- que llenan las paredes de su habitación pequeña, escribe, habla con su madre, pasea por los parques de Barcelona, queda con las amigas -ninguna me ha fallado, sigo teniendo las mismas de la adolescencia". Aunque le gusta viajar, ahora lo hace poco, por la agorafobia. Y escucha música. Sobre todo flamenco... "En mis épocas más duras, Camarón me ha dado mucha fuerza". Lo lleva en la piel, junto a otros cuatro tatuajes: una roza azul -símbolo de los románticos alemanes-, otra flor y dos mariposas. Hoy también lleva un colgante con una imagen de un hada mariposa. Y en los dibujos que le ha hecho su amiga Mercè López para el libro hay espejos que devuelven una imagen distorsionada y también hay mariposas. Y en la foto de la solapa del libro de La mujer-precipicio lleva un clavel rojo de gitana y una mariposa roja en la boca, la misma con que abre su blog. "Es un libro que lo he querido dedicar a mujeres que tenían una batalla consigo mismas, más que con el mundo, con ellas, mujeres en el límite, como yo. A mujeres como Sylvia Plath y Alejandra Pizarnik".

"No me entregues, / tristísima medianoche, / al impuro mediodía blanco". "¿Qué bestia caída de pasmo / se arrastra por mi sangre / y quiere salvarse? / He aquí lo difícil: caminar por las calles / y señalar el cielo o la tierra". (Alejandra Pizarnik, 1939-1972).

Hoy Princesa Inca lleva un abrigo morado y un jersey rojo de cuello alto. Menos pelirroja que otras veces. Y tras dos horas hablando con el periodista, el espejo de las preguntas le devuelve una imagen de enorme cansancio. Quiere escapar ya de los espacios abiertos, de la calle, las preguntas, nuestra realidad... A veces es difícil caminar por las calles y señalar dónde está el cielo y dónde la tierra. "Ya solo pienso en irme a nadar".

"He pasado al otro lado del espejo, he enloquecido / y recuerdo no haber visto allí vacío o negro / detrás del miedo, lejos del miedo máximo, / detrás no hay oscuridad o frío, / detrás del miedo y la locura / hay un prado larguísimo"

(/para no volver del otro lado del espejo/).

Gonzalo Canedo, su editor, que la descubrió por la radio -me gustaba lo que decía, y cómo lo decía, su voz tan grave... "-, cuenta que la preparación del libro, aunque Cristina ya tenía los versos construidos, se alargó más de dos años porque, cuando empezaron a hacer la selección, murió su padre; quedó tan tocada que la tuvieron que internar... "Cuando fui a visitarla a la clínica, su mirada era especial, una mirada como no he visto nunca, como de muerta, pero a la vez con una luz que atravesaba todas las barreras, como saliendo desde muy adentro. Es lo que dice en el final de uno de su poemas: 'A todas esas pupilas tan dilatadas de tanta química, / que miran aturdidas y absortas / pero tienen la luz más hermosa'. Es lo que le pasa a todo el que la conoce, que es tan ingenua y tan pura, con tan pocas barreras y convenciones de las que nos coloca la sociedad, que a la fuerza acabas rindiéndote a ella, sintiendo ternura por ella".

"A los que no soportaron el túnel y se fueron para siempre, / a los que atravesamos cada día el túnel / agarrados aunque sea a las paredes negras / (... ) a los psicólogos que dan besos. / A los que hemos transitado por el infierno y por el cielo / y no queremos volver más allí. / Y sobre todo / a todas esas pupilas dilatadas de tanta química / que miran aturdidas y absortas / pero tienen la luz más hermosa" (A los que se quedaron dormidos en el nunca).



Princesa Inca, poeta, soñadora psiquiatrizada

Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet



"Un centro psiquiátrico es una casa de torturas"



Princesa Inca, poeta, soñadora psiquiatrizada

Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet

"Un centro psiquiátrico es una casa de torturas"

24/03/2011 - 00:45




Víctor - M. Amela

'La mujer-precipicio'

Cristina es más conocida como Princesa Inca, y colabora desde hace seis años en la "tertulia de locos" de 'La ventana' de Gemma Nierga (cadena Ser, de cinco a seis de la tarde de cada viernes). Desde niña ha escrito poemas, su bálsamo íntimo ante las heridas hondas que el hecho de estar viva le inflige. Ahora publica el poemario 'La mujer-precipicio' (Libros del Silencio), que así es como se siente ella, con el deseo de que sea un "homenaje a todas las mujeres que viven al filo del precipicio sin precipitarse". Su poesía es potente, cruda, contundente y convincente, sin filtros. La Princesa Inca (laprincesainca.blogspot.com) reivindica la sabiduría del loco. Es la que contienen sus bellos poemas.

Princesa Inca... ¿por qué?

Hace siete años ingresé en el hospital psiquiátrico sintiendo que era una princesa inca.



¿Qué recuerda?

Que estaba muy regalada en Machu Picchu, con vistas a unas cumbres preciosas. Era un mundo bello e ideal...



¿Qué le dijeron los médicos?

Que era un falso recuerdo, que era parte de mi enfermedad.



¿Qué enfermedad?

Trastorno esquizoafectivo, mezcla de bipolaridad y esquizofrenia: me etiquetaron así.



¿Y qué piensa usted?

Yo sentía conocer ese lugar: ¿alguien realmente está en condiciones de negarme que se trate de un recuerdo de otra vida?




¡Nadie puede! Y discrepo de mi etiqueta médica: ¿por qué meterme a mí junto a otro montón de personas bajo una determinada etiqueta? Carece de rigor: ¡debería haber una etiqueta para cada persona!



¿Por qué la ingresaron a usted?

Tenía brotes sinestésicos: un sonido olía, un color sonaba, las percepciones interactuaban y sentía ser Buda, ser Jesús... Pasaba por arrebatos místicos, extáticos...



¿Quién la condujo al hospital?

Un grupo de amigos, al verme dialogando con Janis Joplin, con Camarón...



¿Cómo se sentía?

Yo bien: a mí no me parecía que estuviese pasándome nada extraño...



Pero la ciencia médica tiene sus criterios y sus protocolos.

Discutibles: ¿quién traza la línea entre cordura y locura? ¿Y por dónde la traza? ¿Y por qué? ¿Y por qué ahí y no allá?



Respóndase.

Yo no estoy loca: ¡estoy psiquiatrizada!



Diagnosticada.

Hay mucha gente que está como una puta cabra... pero sin diagnosticar. Y dirigen diarios, teles, bancos, clubs de fútbol, países...



“La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco”, que decía Dalí.

Un loco es un hipersensible al que le duele la realidad hasta lo insoportable.



¿Hasta el suicidio?

Es una opción. Estuve al filo, pero sopesé el dolor que cargaría sobre gente que amo.



¿El arte ayuda?

Sí. Muchos pintores, escritores, poetas, músicos, cantantes, filósofos –¡Nietzsche!–, artistas... podrían ser encerrados (y a veces lo fueron), pero con prestigio, poder, carisma o dinero, te llaman excéntrico, te perdonan y te respetan. Si no... ¡te encierran!



¿Se sufre en un psiquiátrico?

Un psiquiátrico es una casa de torturas. Te tratan como a un escombro. Cuando ingreso, siempre hay un momento en que necesito pasearme desnuda por los pasillos... ¿Y sabe cuál es la reacción de los médicos?




Reducirme, atarme, inmovilizarme, sedarme y aislarme. ¡Nos quieren tranquilos y babeantes! Para ellos, todo es mero mecanicismo bioquímico, desdeñan las emociones...



Falta de humanidad, de sensibilidad.

Me han etiquetado, y eso conlleva fármacos, y el Estado paga a la industria farmacéutica por mis fármacos...: ¡qué gran negocio! Psiquiatrizan ya a niños, que seguirán estándolo hasta la vejez... ¡Jugada redonda!



¿Y cuál es la alternativa, Princesa?

Tratamientos psicológicos para dilucidar el origen de mi conducta, para comprenderla. Pero eso... implica demasiados esfuerzos.



¿Ha intentado alguna psicoterapia?

Ya me gustaría, pero las terapias alternativas cuestan demasiado dinero: no puedo.



¿La locura se cura?

En muchas culturas, al loco se le escucha: se acepta que accede a otra comprensión de la realidad, a una lucidez. Y es el chamán, es el oráculo. Pero aquí no: ¡aquí da miedo!



¿Por qué será?

Porque se prioriza cierto orden preestablecido, y si alguien grita, canta, danza, si “no toca”... ¡ah, eso altera y espanta mucho!



¿A qué cree que tenemos más miedo?

A la locura. Al dolor. A la muerte. Yo no.



¿No?

No. La muerte es una puerta de la vida a otra dimensión de paz. Y el dolor es parte de la vida, así que anestesiarlo equivale a anestesiar parte de la vida misma.



Buf, cuesta aceptar esto...

Ya. Yo he aprendido a estar triste sin sentirme culpable, a decir a los amigos “hoy estoy triste, prefiero estar sola”, sin disimulos, sin avergonzarme por ello. ¡Y no pasa nada!



¿Cómo le ayuda la poesía?

¡Es mi mejor refugio! El poeta puede decir “la luna me mira” o “la noche me habla” sin que por ello le encierren... La poesía es vecina de la locura, pero como es sólo poesía... no te encierran, ja, ja. ¡Es mi mejor terapia!



¿La poesía puede sanarnos?

Alivia mucho ver fuera de ti lo que antes estuvo dentro. Ahí puedo hablar con todo detalle y sin pudores del sexo, el dolor, la muerte, el insomnio, la locura, la risa...



¿La risa?

Yo me río de las cosas terribles que me han pasado, y eso me ayuda. El humor redime.



¿Qué es la locura?

No existe. ¡Llamamos locura a lo que le pasa a gente que sueña despierta!



¿Cómo querría vivir?

En una casita en el campo, con un huerto y con mis personas queridas, gozando de lo importante de la vida.



¿Y qué es lo importante de la vida?

Sentir que amas y sentirte amada.



Poesía excéntrica para tiempos convulsos : Princesa Inca


(Dibujo: Angat Art)


“Yo no estoy loca: estoy psiquiatrizada” (Princesa Inca)



Princesa Inca (Cristina Martín) ingresó a los veinte años en un centro psiquiátrico sintiendo que era la reencarnación de una princesa inca. Por su mente danzaban bellos y pacificadores parajes de ensueño, a los que sentía pertenecer mucho más que al mundo que le mostraban sus sentidos. Hasta entonces su vida era la de cualquier otra estudiante de psicología en la universidad. Tras aquel episodio le diagnosticaron una mezcla de bipolaridad y esquizofrenia.

Y aplacaron sus sueños a base de pastillas.

La sociedad de cuerdos a la que ella no sentía pertenecer la etiquetó de loca. Volvieron su mente dócil y le hicieron creer que sus experiencias ancestrales sólo eran producto de su enfermedad. Pero ella siempre se ha resistido dentro de esa camisa de fuerza química, que era y es su medicación:

“¿Quién puede asegurarme que no son recuerdos de otra vida? ¿Y quién puede etiquetarte de loco? ¿Quién traza la línea entre cordura y locura? Dicen que estamos locos, pero te fijas en cómo actúan los políticos, la Iglesia, los ejércitos, y ¿esos no están locos?”

La escritura se convirtió así en una salida. En realidad, en la única salida. Princesa Inca sentía que en ese terreno nadie podría amordazarla ni drogarla hasta dejarla sin sentido.

En su escritura sería quien ella quisiera ser. Y, de ese modo, comenzó a escribir poesía y a regurgitar todo aquello que, hasta el momento, le habían impedido contar. Sin florituras, de un modo brusco y casi desesperado: “La poesía es vecina de la locura, pero como es sólo poesía no te encierran.”

A día de hoy, Cristina alterna varias facetas: jardinería, sus estudios de psicología en la universidad, sus colaboraciones leyendo poemas en la cadena Ser y su poemario recién publicado este mismo 2011: La mujer precipicio, cuyo título da buena cuenta de su forma de vida.

Si quieres saber más de Princesa Inca, te sugiero que leas su blog:




(Dibujo: Angat Art)

Unos poemas de Princesa Inca:

1.



este hueco en el pecho no sé si tiene las horas contadas… escucho Cohen en un locutorio de Gracia… soy un perro vagabundo que ronda por la ciudad rebuscando en las basuras… he encontrado poemas en las aceras de otros y tengo ganas de llorar pero llevo meses sin hacerlo… leo sentada en el suelo del metro sepultada entre los viajantes… cada pasajero blinda la mirada para no expresar ni un ápice de sensibilidad… parece un tren con destino auschwitz,sin embargo en muchos casos el destino son las rebajas… y escribo… no tardes en besarme la espalda…

no tardes que suena la noche a desorden y la saliva cae sin infinito/ no tardes en morderme la piel que llevo heridas para tu boca/ porque huelo a desorden/ porque huelo a tierra de nadie/ no tardes que ya huyo de mí y soy la estatua que no puede moverse pero detiene el aire/ no tardes/ es ahora el día/ cerca de mis ojos se sitúa el siniestro de alguna tormenta de palabras/ porque no se sabe la hora ni el día ni el minuto/ pero no tardes/.



2.

Dime la exactitud del mundo,

qué camino tomar,

qué hambre inicia la tormenta ,

la escuálida razón de existir

y la soleada pregunta que no conozco,



dime la mesura concreta ,

dime la piel y la situación para huir,

dónde se duermen los sueños ,

y dónde se confunde el fin y el origen



dime para qué

dime acaso si será o no será jamás



dime quién soy

dime quién soy

¿Quién soy?





3.





La mujer agarra sus dientes y sus huesos

y huye a cualquier desierto cercano

los metros registran en sus vías lágrimas y desorden

el cemento manifiesta ganas de llorar y llora entre adoquines

y cigarros apagados

muchas veces siente la libertad en los ojos

mirando como huyen las palomas de la muerte

como huye la saliva de boca en boca amándose



la mujer agarra sus bártulos y su olvido y sigue su camino

aunque no haya camino

aunque en lugar de una mujer sea sólo una fuente

las mariposas negras se posan en la lengua de los dormidos

y tragan la sangre de todas las madres que desaparecieron



así se sitúa la vida en el vientre del universo

engañando a los que parecen entenderlo todo

sin recordar que en una hora no conocida serán cadáver y sombra



el hilo del infinito juega con las noches oscuras

mientras dos niñas se besan y desaparecen sus almas

camino de un paraíso irreconocible



yo me desnudo y recorro el cuerpo de los fantasmas

con un miedo atroz a desaparecer en el delirio

y a la vez con unas ganas irresistibles de fundirme en él



mis brazos abrazan el aire y escupen versos

mi garganta sufre humo y palabras



despierto al alba insomne y perdida

con la sangre atiborrada de Litio y espera

con las pupilas grandes y erráticas



mi alma tiene un hambre grande de sueños y vísperas de desorden

mis manos conocen el tacto de otra mano enemiga



así transcurre el tiempo entre muertes y juegos

entre el primer error y el segundo y el tercer error

sin saber dónde situar la verdad y el engaño más absoluto

sin saber el origen de todo lo que parece existir y parpadea



los monstruos sonríen sin saber porqué

aposentan sus faces en los pechos de las luciérnagas desnudas

y confunden su luz con el resplandor del sol muriéndose



así por fin viajaremos al sueño y no volveremos de él

así por fin conoceremos el destino de los enloquecidos

que confunden cadenas con abrazos tibios



así regresaremos al vientre plácido y húmedo

y no volveremos al territorio de la memoria



así las mujeres cogeran su útero y huiran al océano

donde se alimentaran de su propia carne



huiran lejos, lejos, lejos



donde nadie niegue sus delirios de destellos azules.





4.



el monstruo me puso un beso en la boca

se inició así el camino certero hacia lo insondable

se iniciciaron así el paraíso y el infierno

los labios sonríen

y la garganta habla de trozos de cielo y abismo



somos quizás un reflejo obtuso

unos cuerpos que crean poemas

y destruyen verdades sucias



somos quizás un aparato de olvido

y una granja de animales oníricos



la madeja del mundo

crispa sonidos y un amor líquido



se destartalan los sueños

dando paso al sexo y a la luz



es difícil distinguir el que persigue

del que es perseguido



pero no es difícil distinguir el ciego de ojos

del cielo de alma y pensamiento



asi entre incertezas masticamos el mundo y la muerte

aspirando a conocer un narcisismo que duele

en la mejilla



atravesamos el puente de la vida

pero todos desapareceremos al alba algún día



al alba,al alba

algún día borraremos nuestro destino



(Ilustración: Angat Art)