Monday, December 30, 2013

Noelia Palma. Fotógrafa. Lectora. Traductora de Bukowski. Obsesiva compulsiva.



"Noelia Palma. Fotógrafa. Lectora. Traductora de Bukowski. Obsesiva compulsiva."







“Cuando leo a Noelia una parte de mí se evapora,
 creo que son los ojos 
porque saben que ella cuidará de sus lágrimas 
o las rescatará de su orfandad.
 Es una maga, Noelia,
sabe cómo volar entre las grietas del dolor que no se muestra,
 lo rescata intacto de su transparencia
 y lo transforma en una cosa
 a la que los incautos llamamos poema”.

Mujer Ciervo


















"Esto no es lunar"

1
siempre al borde y por tirarse
donde las ventanas son círculos de cielo
visiones esculpidas
en la hondura
de perdonar la niña muerta
2
Como llamando.
Alguien en su voz arrastrada se anuncia
mientras cae
sobre el bosque una ausencia animal.
Lo feroz cuenta que un día
se derrumbó una garganta en su sala de estar.
Alguien
una sombra a donde siempre se vuelve
porque su reverso es el mismo lado
3
De un pestañazo alumbro hacia dentro
donde dios tiembla.
Dejo que hable su niño ciego
abro
esas ventanas donde asomarse a esperar
4
Cayó de esa rama 
inválido como si fuera lágrima 
cayó mal y huérfano 
entonces tuvo casa y en cada mano 
ahuecamos nido. 

Lo llamamos Henry para que aprenda a volar 
pero, como gran escritor, se reveló 
y armó refugio en el sitio de la muerte

desde ahí nos mira 
dibuja un pico abierto 
a veces nada 
único en su ala irreparable 
tramando, tiernamente, una constelación de bichitos 
donde cerrar los ojos 
y escribir 
que su nombre (esa identidad devoradora) 
lo redime de las sombras
5
Hay que hacerse ninguna esperanza 
escribir esta oración varias veces 
destacar con rojo 
aplaudir
repetir tantas veces sea necesario 
escribir la oración
declamarla, rezarla, adornar 
con corazoncitos
y nunca, pero nunca 
borrar esa mortaja que cubre, apenas 
lo que no escribimos
6
El miedo nos lleva hacia el lado nunca 
como una mosca 
en pena.
El lado siempre está siempre deshabitado
o juega a las escondidas


Naciéndote ni



Llorar abrazada al inodoro

untarle baba y vómito



no es que me duela tu ausencia

no la resisto


I

Querida hija no debieras llorar así
en el vientre que tu padre abandonó
más bien abraza mis pechos mojados
de lloro también, para lavarlos pecadores
ya de nadie, ahora que tu abuela
duerme la siesta y andamos solas
cerca de un pentagrama prestado
vos con aviones de papel, recordando el fondo del recuerdo
que no tenés
y entonces
no podrás ser nunca porque tu carne azul
congelada en embriones inexistentes
es una cuenca vacía
y yo acá hago las señales que se hacen para llamarte
que acudas al tiempo que no queda
pero llamo a dios para pedirle que tu padre regrese
y pienso: debiéramos hacerle un funeral a mi útero
a la tierra fértil sin batalla de toros
esos que miran fijo y fecundan, inolvidables.
Querida hija deberás perdonarnos
a nosotros que no fuimos
el crepitar, la batalla
sino la huída, las predicciones del I Ching,
los ahorcados del juego que amamos meciéndote sin
gestar
naciéndote ni Buenos Aires ni Madrid
fruto inexistente con forma de luna
he aquí tu madre que lamenta para siempre
no haberte puesto donde crecen las palomas.

II

Tu padre fue un hombre protector aunque nunca
alcanzó el título de dios por estúpido

hay una pertenencia implícita que determina que existas
y vayas creciéndome, demasiado plaga y esquiva
demasiado solitaria yo
con todo el equipaje hormonal haciendo raíces
en sueño árido.
Tu padre fue real y niño
lleno de agujeros a punto de sanarse
lleno de perros que no ladran
un amanecido que robaba métodos de otros
sólo para enamorarme
pero incapaz de sucumbir la distancia
un tonto con mal sueño y mala praxis de amor
bello y tonto
y por eso habrás de perdonarlo
porque era un niño incapaz de herir
decía, mientras usaba la navaja.


III

Querida hija yo no soy tu madre
no ahora no mañana
sabrás, escribo poemas donde te abrazo
en la juntura de soledades untadas a mi hueco
un femenino que se aferró a mi boca cada noche
y digo tu nombre inédito
fecundo el vacío menguando derrumbes.
Querida hija yo te puse a naufragar en el vientre

ahora, ando seca brotando al mundo
y me doy tu nombre de cara al sexo
una epidermis de lamento al cuadrado

yo quería ponerte en mi casita de muñecas
ver cómo bailás de memoria una canción donde los niños
habrán de ser felices
pero no he podido
la noticia rebota en las paredes, alrededor
hacia lo bajo
por lo bajo
en la persistencia de la sangre
ahí, donde miento

IV

Querida hija nadie sabrá decirte tu nombre

tal vez algún ilustrador quiera darte rostro
pero ya te lo dije antes, recordá,
me refiero a tus manos de frío
al llanto que me provoca explicarte que no te pusimos donde debías estar
y entonces, claro, venís a decirme quiero leche, cambiame el pañal
llevame a control, ese médico no da buenos consejos y llorar las dos ahora
porque no estás

debe ser que estás,
sí,
en otro ritmo, otra dimensión, alguien llevándote al colegio alguna vez
aunque no seas del mundo




 Próximamente su libro "Delirios Atemporales" en Neurótika Books.