Monday, May 14, 2012

Kalina M. Minkova: Lady Killer

KALINA M- MINKOVA: LADY KILLER
Underground girl




 
[夜中 火事]: Incendio de medianoche, Midnight Arson, Среднощен пожар, Пожа́р случи́лся но́чью...

Da igual el idioma en el que se diga, es lo mismo en todo el mundo. Incendio arrasador nacido de una chispa peque
ña, fatal e inevitable entre dos miradas atraídas ...

Pura locura

En uno de estos momentos fugaces de cordura me vi desde fuera, y sonre
í
abiertamente, aunque reconozco que con lleve asombro ante la idea de lo que pasaba. Nos encontrábamos en medio de Paseo de Gracia, en uno de los bancos blancos de Gaudi de piedra cubierta de mosaicos, estos mismos que son base de las farolas diseñadas por el mismo genio.
Él me devolvió la sonrisa, y acto seguido me miró con aquella mirada tan característica de él , tan morbosa, la que me hace hervir la sangre... Supongo que en aquel momento pensó lo mismo que yo: estábamos locos, cometiendo una grandísima locura.

Todo empez
ó en el parque, horas atrás, cuando aún calentabamos cada vez más la situación besandonos, mordiéndonos y tocandonos, jugando, provocando y aprovechandonos de que, en un principio, allí no había nadie, y de que yo llevaba una falda sumamente cómoda para la situación. Digo "en un principio" porque en cierto momento apareció un chico que inicialmente se hacía el distraído, teoricamente mirando el lago delante del que nos encontrábamos, y se nos acercaba cada vez más. Inicialmente pensé que quería robarnos, aprovechando nuestra distracción, y le llamamos la atención (con un cómico "cof-cof"). Se alejó rápidamente, y, satisfechos, nos entregamos uno al otro hasta que nos lo encontramos a un metro detrás nuestro. Me asusté, no por miedo, sino por la sorpresa, pero me parece que el chico aún más, dada la cara y la manera de la que casi huyo. A partir de aquel momento estuve a la alerta, hasta que vi su sombra destrás del árbol más cercano. Hasta entonces no había tenido experiencias directas con un voyeur.
Mi
ángel de la guarda y yo decidimos irnos, la situación era un tanto incomoda. Vagamos por la ciudad, seguimos provocandonos durante horas hasta que nos sentamos en aquel bendito banco.
Inicialmente entre bromas, volvimos a a lo empezado en el parque a una considerable rapidez. La situaci
ón se volvía cada vez más clara con cada beso y con cada caricia, hasta que con la mirada definitiva suya todo estalló.
Saqu
é uno de los condones, se lo puse y me senté sobre sus piernas. Me abrazó fuerte y me apreto hacia él. Sentirlo tan potentemente ahí, en medio de los taxis, coches y los curiosos o indignados pasajeros de los autobuses nocturnos, era insuperable. En algunos momentos ni lo disimulabamos, entregandonos uno al otro en la conexión más profunda (y nunca mejor dicho). En los momentos de mínima consciencia disfrutaba igual que en los más primarios y pasionales, porque la locura me emborrachaba y hacía que perdiera la cabeza aún más.
Y el orgasmo, oh, el orgasmo...
Una tormenta de sonidos: sus gemidos, los míos, los coches, la gente que pasaba hablando sin percatarse de nuestra presencia a pesar de que estabamos tan visibles, y de colores: el naranja de las farolas, las rojas y verdes manchas de los semáforos y los taxis, el negro aterciopelado de la noche, el blanco del banco y de su piel, el verde de sus ojos...
DESEO ARRASADOR
- No me mires así.

-
¿Así cómo?- me contesto. -Simplemente te deseo.- Su mirada me penetraba y quemaba cada rincón de mi ser.
FUCK OFF


I'm just SICK of all you, men. I'm NOT a SEX OBJECT.
Uno como cualquier otro
Hacemos lo que hacemos, con él siempre acabamos igual.

En alg
ún momento de mi estancia en su casa acabé de estar sentada tranquilamente a estar debajo suyo, cambio que es realmente sólo... cuestión de tiempo. Insistente, empezó a besarme y a bajar las manos. Me resistía como siempre me resisto a él, ya que semiconcientemene sabía que íbamos a acabar follando, y quizás inconcientemente ya lo estaba deseando. Me resistía, pero él me conocía bien y sabía qué
hacer para que yo acabara.
- Dejate llevar... Sabes que te gustar
á
- me dijo y nos besamos otra vez.- Lo sabes.
Y yo realmente lo sab
ía, pero seguí resintiéndome. No podía permitir que él tomara la decisión de que lo íbamos a hacer así porque sí, habiendo dado por supuesto que yo aceptaría. Mi naturaleza rebelde se oponía y me aparté diciéndole que no por enecima vez. Pero el maldito me conoce demasiado bien... pensé cuando me atacó y mordió el cuello. Ciertamente, él sabía la mayoría de los lugares o acciones que me excitaban, y aplicaba ferozmente sus conocimientos con tal de ponerme mínimamente cachonda. Con esa ventaja no le iba a ser difí
cil... y yo ya me estaba dejando llevar.
Por otra parte, es realmente divertido verle suplicar... que con cara de ni
ño y voz de estar afectado me pida que me quite la ropa para que pueda comerme el coño. Como de costumbre, tan sólo puse mi mano delante del lugar indicado y dije "No". Por dentro me reía al ver sus reacciones, suplicas e intentos, y hasta cierto punto me halagaba que se dedicara de esta manera al placer al que según él yo tenía que sentir sí o sí. Cuando finalmente aparté la mano, riéndome, é
l puso cara de felicidad y se dio prisa en quitarme los pantalones.


Sexo que no era cuesti
ón de sólo sexo, ya que yo sabía que él se esforzaría en hacer que yo disfrute el máximo, como el buen siervo mío que es.
El morbo de lo prohibido
Es curioso cómo siempre acabamos igual mi Perro y yo... Aquella noche me había pasado por su casa para hablar y vernos ya que por fin había tenido tiempo. Inicialmente no tenía la mínima intención de acostarme con él, pero, como de costumbre, él empezó a mover la cola y a insistir. Realmente fue muy curioso... Yo había dejado que las canciones de "En las nubes" de Hotel Persona suenen, fue la letra de "Touch me" la que me sedujo, aparte de él.
"This is the night..." De estar sentada en la cama en segundos pas
é a estar debajo suyo. Me miró por encima y se me acercó. Intentó besarme, pero yo, riéndome, me aparté. Realmente en aquel momento no tenía ganas de resistirme mucho, por lo cual los juegos acabaron rápidamente y me dejé llevar. "I want to feel your body... Touch me, touch me now..."
En realidad, ¡es tan fácil entregarse a la pasión!
pensé en aquel momento, tan necesario a veces... Sobretodo para mí en aquel momento, sabía que después del estres de las dos semanas anteriores eso me iba a revivir. Quitarnos la ropa fue cuestión de (poco) tiempo, y por primera vez pensé en el por qué de hacerlo (siempre me había parecido pérduda de tiempo en situaciones como aquella) y lo comprendí: aparte de la comodidad, algo fundamental: era para sentirnos más proximos (algo más que obvio, ya lo sé, pero habitualmente no me había parado en pensarlo, guiandome por el instinto).
Vale, esta es la escena ya t
ípica de su casa, su cama y la misma hora que se repite - en contadas ocasiones- desde hace ya mucho tiempo, con el mismo juego de te permito-no te permito, los mismos ruegos de cumplir con su afición de chuparme el coño o de metermela sin condón... pero esta vez fue llevemente diferente. No solamente por la música, un factor importante, sino por el riesgo que en varios momentos se presentó. Su novia, con la cual siempre están en alguna pelea, llamó unas cuantas veces. La primera llamada no la cogió, pero cuando ella llamó por segunda me miró y de repente su cara se iluminó
.
- No te muevas- me dijo y cogi
ó el teléfono. -¿Sí, cariño?- empezó a hablar con ella de sus problemas mientras me lo comía mirandome descaradamente. Estaba entre sorprendida (por otra parte no tanto conociendole) y morbosamente satisfecha, ya que la situación era bastante peligrosa: cualquier descuido por ambas partes podría significar problemas. Finalmente, me reí y me dejé
disfrutar.
El otro peligro fue cuando le llamo mi Principe Encantador, otra de las
últimas personas que deberían conocer la relación amistoso-erótica que tenemos mi Perro y Yo. Sin decir nada, tan sólo con mirarle le transmití el mensaje de "Tú tampoco te salvas" y cogí su enorme- hay que reconocerlo- polla. Hizo todo lo posible para colgar rápidamente porque -como me comentó momentos después- no aguantaba callarse (una suele sentirse bastante orgullosa si le dicen algo así...).
Mezcla explosiva


Una de mis experiencias sexuales m
ás intensas ha sido, sin duda, con mi imaginación.

Result
ó un día en el que andaba bastante inquieta. Unos días antes había entrado en mi vida cierta persona, y justo aquel día fue cuando por primera vez me estuvo entreteniendo con su voz, algo que revolucionó mi imaginación y me estuvo distrayendo en la hora de estudiar. No podía hacerlo, y me quedaban pocos días para unos examenes muy importantes. A algunas horas de la tarde decidí buscar algún incienso entre los que tenía para que me ayudara a concentrarme. Lo que encontré fue una joya, y no relajante precisamente: una mezcla de cuatro plantas a las que ya por separado se les atribuyen efectos afrodisíacos. Me sorprendí mucho, y se me ocurrió probarlo, ya que la caja no habí
a sido abierta hasta entonces.

La curiosidad mat
ó
al gato.

En el principio no me afectaba, por lo cual pens
é que los inciensos llevarían mucho tiempo. Estaba tirada en la cama, bocabajo, y cerré los ojos. Lentamente, mis fantasias emezaron a ir más allá de lo "habitual", y a superarse con cada respiro mío. El un tanto ácido aroma daba sus efectos... Ni siquiera tuve que quitarme nada de ropa; la excitación me superaba, y yo ya me conocía. Mi corazón empezó a acelerarse, las imagenes a hacerse realidad. Cada una de mis dos "yo" estaba con alguien diferente, pero fui yo la que sentía todo a la vez. Los límites de mi imaginación pasaron de ser irreales... sentia la mano del Jugador cogiendome por la cintura, su fuerza, y a la vez los mordiscos de la otra persona en mi cuello, sus dientes entrando en mi piel. El ritmo se aceleraba, y mucho antes del primer orgasmo ya había entrado en el éxtasis. Empecé a gemir, algo extrano ya que siempre me encuentro en silencio estando conmigo misma. Seguía acelerando... lo que veían mis ojos cerrados y lo que sentía mi piel era tan real como el tacto a través de la tela; por momentos perdí
a la consciencia de la realidad.
El orgasmo fue inevitable, brutal... pero no suficiente. Tras un peque
ño descanso, el suficiente como para volver a la Tierra y para tomar algo de airé, volví a la imaginación. El deseo que aguardaba en aquel momento dificilmente podría sentirlo en muchos otros momentos de mi vida, y yo no bastaba. Nerviosamente y con prisas empecé a buscar entre los cojines y la pared, donde siempre se encuentra, el consolador regalado por un fiel siervo mío. Me perdí en un mundo de fantasí
a casi real...

El segundo simplemplemente me mat
ó, dejandome mareada y temblando un buen rato, y realmente impresionada toda la tarde.
Mechones de seda

Una de las cosas que tanto me atra
ían hacia él era su pelo, largo, oscuro, sedoso; un fetiche tan típicamente mío.

Estaba "prohibido": no ten
ía que estar ni con él ni en aquel lugar ni a aquellas horas, pero lo estaba y no dudé
mucho en entregarme.
Ten
í
a los nervios de todo el cuerpo a flor de piel... nunca mejor dicho.

En equel momento yo me encontraba debajo de
él, y él me miraba fijamente desde arriba, callado. Estabamos perdidos en la penumbra rojiza de la habitación.



Pas
ó en una casa ajena, como resultado de un cumulo de pasiones despertadas por numerosas miradas escondidas.
Adentrandonos en la noche, y tras horas de juegos atrevidos y mucha bebida, estabamos estirados en el sofa y la situaci
ón parecía volverse imparable. Los segundos antes de dejarnos por fin solos él ya no aguantaba, y en el momento en el que tan sólo nos dieron la espalda atacó. En cuestión de segundos la situación cambió drasticamente- yo, de espaldas hacia él hasta aquel momento e intentando contener sus manos al menos hasta que salieran los demás, me giré dándole cara justo en el momento en el que literalmente se lanzaba sobre mi. Tras el primer morreo, por llamar así el intento de devorar, durante el cual ámbos tiramos las gafas en algún lugar de la habitaciónme reí y lo aparte de mi. A pesar de que lo que más quería en este momento era que me dominara tan y como solamente él sabría hacer, decidí no permitirselo. Sabía que volvería a intentarlo con aún más fuerza y ganas, y eso me divertia y excitaba. Él pillo el juego enseguida, ya que se río también y se lanzó
soble mi.
Desde aquel momento hasta mucho despu
és nos devoramos uno al otro en una gran variedad de maneras y posturas... Arañando, tocando, lamiendo, acariciando, besando, gimiendo, todo con un ardor y ganas de poseer al otro. Me encantaba verle como una sombra, ver los movimientos Siempre cuando podía me rebelaba, imponiendome sobre é
l. Me encantaba sentirme superior, en todos los sentidos.
- Eh, peque
ña, que no soy un crio de quince años...- me dijo en algún momento de la noche con sonrisa burlona. Yo estaba encima suyo... me acerqué hacia su cara (esta escondida entre sombras, solamente sus ojos brillaban- una imágen que nunca olvidaré
) y de conteste, riendome:
- Por eso estoy contigo.


LO QUE HACE UNA PEQUEÑA CHISPA PROVOCADA POR MIRADAS
Eso, fue un incendio de media noche que arrasó todo; nos quemó, nos arrastró... Rompió las barreras, derritió el hielo, abrasó los cuerpos... hasta que la oscuridad nos escondió de todo menos nosotros mismos y solamente se veían los ojos brillando como pequeñas estrellas y las medio sonrisas que provocaban más y más ataques y contraataques.

Y mira, la oscuridad cambia las personas o al menos el concepto que tienes de ellas. Quita la mascara que cada uno pone para taparse de la luz del d
ía y muestra la otra cara de la luna, la que siempre esta en sombra.


Y el fuego ilumina esta parte.

 

Tener

"...es que es escoger
entre tenerla a ella
y tenerle a
él..."

Ah, criatura perdida,
lo que te queda por aprender;
aqu
í no se trata de tener
sino, peque
ña, de compartir.
Est
ás confundida.
Compartir momentos eternos,
risas, cielo, las manos y
él.
Compartir veranos e inviernos
Escribir
con aliento sobre la piel
Es luna de d
ía y amanecer
Mar y vientos a m
ás no poder
Tiempo para todo menos perder
Estar sin dejar de ser
Conectar los ojos, las mentes
Lejos de los cuerpos dementes
M
ás no es poseer la libertad
que el miedo de perder la felicidad

No, queridaperdida
Querer no es tener,
no es poseer y ser pose
ída.

Fly

Creando letras y fotografías,
Volando en blanco y negro.

Lady Killer

Oh, pobre hombre,
Aprende a temer:
No hay venganza m
ás cruel
que la de una mujer.

Asustado de mi ira
Correr
ás por las calles...
Los hombres ten
éis limites,
Os asustan los exesos.
Las mujeres somos diosas.
Al querer, sin miedo
llegamos al extremo.
T
émeme, témeme, te quiero.

Tras atrapar tu evidencia
Ya no hay salida.
Larga y dura como ella
Ser
á tu penitencia.
Maquillando cambiar
é
Mi presencia y rasgos.
Maquinando te pillar
é
En la trampa del deseo.

En mis manos las victimas caen...
Pobres, dulces criaturas,
Pobres, inocentes solitarias,
Tener que morir lo mismo me traen.
Pero al final dan igual,
Son s
ólo el camino de seguir ganando.
Tuve que hacerlo, maldito bastardo.
¿Huesos humanos? Sectreto eterno.

Ah, pobre hombre,
Aprende a temer:
No hay venganza m
ás cruel
que la de una mujer.


_________
Nota: el texto inicialmente fue escrito en proza, inspirando en la novela "Lady Killer" de Masako Togawa

Ya te tengo

 


Tengo tu aroma en un frasco peque
ño.
Fuera, ladron de sue
ño.
Ya no lo necesito.


Tengo tu voz en una melod
ía.
Fuera, eres un mentiroso.
Ya no te necesito.


Tengo tu tacto en una canci
ón.
Fuera, maldita tentaci
ón.
Ya no te necesito.


Y la mirada... en mi piel.
Impregnada en mi mente...
Desgraciadamente, te ser
á fiel.


Fuera, ya te tengo, te tendr
é,
A partir de ahora no te buscar
é.
Ya no te necesito.


 

Te odio


Te odio por haberme regalado
lo que nunca tuve ni tendr
é.
Te odio por haberme dado
un momento que jam
ás soñé.

Te odio por ser ladron
y por haberme robado,
porque sin coraz
ón
ni alme me has dejado.

Te odio por convertirme
en una sombra tuya m
ás
que vaya donde t
ú vas
y siga cada paso que das.

Sombra que memoriza
cada palabra diche
y simplemente agoniza
con cada broma hecha.

El mismo timbre de tu voz
y el aroma, la mirada...
me hieren como una hoz.


No puedo seguir m
ás
buscandote en los dem
ás.

K~



Bailando en mi mente
Y trancribiendo pensamientos,
Viajo.



 

No


No soy.
No llueve, no sangro.
No quiero.
No vuelo, me muero.
No sue
ño.
No respiro, no te veo.
Sin razones
No puedo, ya no puedo.


No s
é.
No, no, no, no, NO
No es un No.
Sino la Nada.


No estoy.
No siento, no lamento.
Ya no sigo.
No escribo, no lloro
No duermo.
No dibujo, no me muevo.
No sonrio.
Ni espero algo nuevo.



SI NO ME JODO
NO
SI NO CAMBIO
NO

SI NO HUYO
NO, NO, NO
SI NO OLVIDO
NO, NO, NO



No ser.
No permanecer.
No saber.
No existir.




 

Noche sin ti


El alcohol me quema por dentro
casi como la soledad.
Aun so
ñando...
Estoy intentando olvidar
[Olvidarte]

Tiemblo al ver y sentir
que ya no puedo seguir.
Quiero dormir sin verte ah
í.
No puedo querer ya nada de ti.

No, ya pas
ó, olvidalo ya.
Mientras dure la noche
Existe, revive otra vez
Quemando tu interior.


Deja el alcohol correr por tus venas
Que te d
é vida y mate tus penas...


Recuerdo una mirada
Preguntando "
¿Por qué?"
Y no puedo hacer nada
Nada, ya todo se fue.

M
ás allá de lo obvio
Ah
í, al fondo, duele.
El dolor me inspira.
El dolor tambi
én quema...

Silencios


Silencios.

M
últiples silencios.
Los silencios se suelen relacionar con lo no dicho, íntimo, los recuerdos,
los sentimientos, los secretos, los sentimientos que a veces son secretos.
Los deseos y anhelos.
Con las sombras y siluetas que igual que
él muestran lo que no dicen con palabras. Con los pianos y con los instrumentos de cuerda acústicos.

La tristeza. 



El silencio no puede existir sin la presencia del sonido, es su antagonista, su ausencia. De lo contrario, no existir
ían ninguno de los dos. En la música los silencios son tan importantes como los sonidos. El silencio absoluto no existe, son necesarios los sonidos para definirlo como tal. Lo que he querido plasmar en las fotografías no es el silencio absoluto, sino el silencio en su significado absoluto, incluidos todos los anteriormente expuestos; silencios de antes y después de los sonidos, estos que incitan a agudizar los oídos para escuchar mejor lo que se encuentra detrás de ellos.






I'm a fake


Despertar.

Después de escuchar el despertador varias veces, pongo la música y me levanto, pero vuelvo a la cama muriéndome de frío. El alarma suena otra vez, debo levantarme ya. Lo hago, y se me pone la piel de gallina. Qué frío otra vez.

Me quito el pijama, y empiezo a acostumbrarme al frío invernal... 3º C, y yo 34º C... ¿Seguirá bajando?

Me levanto definitivamente, después de un marreo pequeño... sólo perdí la luz por un momento, y luego la oscuridad se despejó, como si me había despertado otra vez.

Paso a paso, voy hasta la ventana y miro el aire congelado fuera, removiendo las ramas del árbol que está debajo del balcón, y el cielo gris oscuro. Qué frío todo.

Tres pasos más atrás, y me enfrento al espejo grande.
Me enfrento a mi misma, y veo un ser de piel amarillenta, una muñeca sin alma. Subo la vista hasta la cara y... no está.

Nada.

Una nada, como si fuese una mascara, pero no.
La mascara la tengo que elegir ahora.

Miro lo que había escrito con el rotulador azul ayer por la noche, después de un par de horas dando vueltas sin poder conseguir el sueño. Pone "K". Mmmhhmm, ¿hoy tocara ser Kally? Me parece que sí.

Bien.

Ahora , por favor, elija Usted la cara que debería llevar durante el día.


Qué voz más monótona, digo, y me quedo pensando un rato, ¡que diferentes que son!
Uno no diría que es la misma persona. O puede que no lo sea...

Al final elijo una a boleo, ya no me queda tiempo.

Y salgo así, con una de éstas.


Si no esta satisfech@ con las que ve, sigue la flecha roja, por favor...
Y si no le son suficientes, compra más, o crealas, más, más, más...




VIDEOS:




Kalina M. Minkova
Underground girl

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