PORTADA: Lechedevirgen Trimegisto & ANGAT Calavera
Portadas alternativas: LVT & Angat C art.
Prólogo: Renée Sade
Underground manifiesto: Carlos Salcedo Odklas
Jorge M. Molinero
Jordi Kapde
Iván Rojo
Carlos Alabedra
Ricard Millás
Felipe Zapico
Jorge Tamatz Juanes
Carlos Salcedo Odklas
Rubén Jaular (Firefish)
Mikel García Santos
Mario Rodríguez Díaz (RORSCHACH KOVACS)
Andrés Mauricio Cabrera
Trevor Kusuhara
José Manuel Vara
Lechedevirgen Trimegisto
Alberto Trinidad
Epílogo: André Breton, Nick Zedd & Vara
PRÓLOGO
Beatriz
Marcos Oteruelo (Renée Sade)
Escribir
es una ocupación solitaria, autista y
perturbadora.
Sabemos
por las huellas dactilares que dejó el pintor Leonardo Da Vinci, que metía los
dedos en el óleo, moldeando las capas de pintura con la mano, aplastándolas y
añadiendo otras nuevas hasta alcanzar el efecto de relieve deseado.
Así
debería seguir trabajando el artista, el escritor, como un artesano del
lenguaje y del pensamiento, moldeando y amasando la estructura y el contenido
de la historia como si de un panadero o de un pintor se tratara.
El
ejercicio literario no es el arte de la palabra “ perfecta “, de la estética
alegórica ni retóricas ruines; la literatura habrá de ser razón de la
sensibilidad humana para transformar realidades, para soñar despiertos y
construir mundos soñados en la dimensión de las letras entintadas que van como
saltimbanquis en cada renglón.
Hoy
soy yo la que sueña insomne con todos estos hombres que aullan sin ruido.
Pastora de esta manada de lobos
famélicos, lobos con sed de plasma, lobos que han provocado que durante una
semana, siete maravillosos días, haya tenido sólo en funcionamiento mi centro
de placer en el cerebro, mi circuito de recompensa. Siete maravillosos días
liberando endorfinas y oxitocina. Siete días sintiendo cada uno de los ocho mil
nervios de mi clítoris conectados con mi espina dorsal. Siete maravillosos días
calada en vuestro lenguaje.
El
responsable de esta antología llena de vísceras, sexo y perturbación es Vara , un activista de mujeres
encorsetadas en verbos prohíbidos, un neurótico de psiques enfurecidas, un loco
del lado oscuro que sólo vuelve cuando es preciso. Flagelador de instintos
psicóticos que azota nuestro lado más reptiliano para poder sobrevivir en un
mundo caótico, corrupto y miliciano, Vara....un líder sin máscara.
Me
someto ante vuestra mirada
lasciva
rasgáis
mi ropa presos de vuestra
licantropía
laméis
mis pezones al ritmo de mis
Chasquidos
articulares
mordéis
mis labios desmembrando
mi
nervio trigémino
mamo
de vuestros glandes
el
esperma de la enajenación
Mi
clítoris es un nido de húmedas
lenguas
donde
procrean diversos verbos
verbos
que nos unen
verbos
que me hacen gritar
verbos
con los que llego al clímax
de
este poema
Beatriz
Marcos Oteruelo (Renée Sade)
Febrero
2013
UNDERGROUND MANIFESTO
“La
cultura oficial sale a tu encuentro, pero al underground tienes que ir tú”
-Frank Zappa.
Cuando José Manuel Vara me sacó de mi ensimismamiento etílico para liarme en otro de sus descabellados proyectos me vi obligado, entre agotados suspiros, a sacarme la mano del calzoncillo y preguntarme el qué y el porqué de todo esto.
Es difícil definir
qué es el underground. Hablando de arte, que es lo que nos concierne ahora, se
podría decir que es la rama situada por debajo de lo comercial y establecido.
Pero, en un giro extraño (o quizás no tanto) de los mecanismos sociales a la
vez sirve de raíz y abono para esto último, ya que, irónicamente, muchas veces
el underground acaba convirtiéndose en la moda, e incluso suele ser utilizado
de excusa por avispados cerebros del marketing para darle la vuelta a la
tortilla y convertirlo en otra etiqueta destinada al consumo de un sector de
público específico, con lo que, a veces, pierde todo su valor e inocencia a la
vez que su razón de ser y pretensiones. No obstante esta falta de sinceridad
afecta más a los imitadores que a los pioneros y suele ser fácil de detectar
por el ojo atento. El paso del underground a las alturas muchas veces es
misterioso y no responde a características fácilmente visibles. ¿Quién podría
imaginar que un escritor como Charles Bukowski, que publicaba sus delirios en
periódicos underground y revistillas de poesía y cuyas únicas líneas temáticas
eran sus borracheras, resacas y aventuras en curros de mierda, podría acabar
convirtiéndose en uno de los escritores más populares y vendidos del siglo
pasado? Sin duda alguien lo imaginó, su editor John Martin, que se jugó todas
sus pertenencias a la carta del viejo indecente, y ganó.
Gran parte del
arte que acaba siendo consumido por las masas florece en las cloacas del
underground. Podrían citarse cientos de casos fácilmente analizables a
posteriori pero no tanto en su germen. ¿Cómo imaginar, a principios de los 80,
que bandas de música como Metallica, Megadeth o Slayer, compuestas por niñatos
granujientos y desaliñados escupiendo riffs absurdamente veloces y atronadores
acompañados de letras que eran odas a la violencia serían los que, años
después, llenarían estadios y venderían millones de discos? ¿Cómo explicarle
hace décadas a George A. Romero o a Tom Savini que, a principios del siglo XXI,
el género de los muertos vivientes sería uno de los más rentables dentro del
engranaje de Hollywood, moviendo millones, con series en prime time y películas
protagonizadas por grandes estrellas, sin que se partieran de risa y te
pidieran un poco de lo que te estabas metiendo?
La cuestión
llegados a este punto sería dilucidar si al llegar a las masas el underground
deja de ser sincero, y eso lo determina la integridad del artista, porque el
underground nace de la sinceridad, de la integridad.
Cuando una persona
decide emprender la agotadora carrera de expresarse por medio de alguna
disciplina artística ante él se abren dos senderos, sobre sus hombros se
materializan dos personajes que le susurran al oído. Uno de ellos le dice que
se fije en lo que está pegando en ese determinado momento, que se fije en lo
que está en lo más alto de las listas de éxitos, en lo que da dinero, y le
aconseja que produzca una imitación de ello para alcanzar la gloria lo más
pronto posible. El otro le aconseja que solo escuche a su interior, que dé
forma a toda esa rabia y frustración, a esa angustia y dolor, y la exprese de
la forma que considere más sincera, sin importar que resulte incomprensible o
ridícula para los lumbreras que se apresuren a juzgarla, le aconseja que no
flaquee ante la incomprensión, el silencio o los dedos acusadores. Por supuesto
ninguno de los dos senderos garantiza el éxito, eso depende del destino, que
sin duda es un cabrón cruel que se divierte con las cabriolas más inesperadas,
pero, aún asumiendo el más que seguro fracaso, aquellos que son sinceros con
sus convicciones al menos pueden morir enarbolando un satisfactorio corte de
mangas eterno, y descansar en paz, en el infierno.
Este libro podrá
ser bueno o malo, eso lo decidirá el paladar del lector, condicionado por sus
gustos y apetencias en el momento de su lectura, pero desde luego afirmo, con
la cabeza bien alta, que es sincero, y ya es más de lo que te ofrecen tus
políticos y dirigentes, sin ir más lejos.
Para la selección
de textos que te brindamos a continuación hemos apostado por lo más bajo, por
escritores desconocidos que en su mayor parte no han publicado nada, en muchos
casos por autores que dan sus primeros pasos en esta carrera de fondo, que
pueden tener un estilo fallido o sin pulir, pero que se expresan con
sinceridad, que gritan con ilusión y rabia, que aúllan a la luna impulsados por
una angustia más grande que ellos mismos. Algunos autores están asomando la
cabeza en este frío lago y dando que hablar con sus blogs y publicaciones, como
es el caso de Mario Rodríguez Díaz (Rorschach Kovacs), otros son tan undergrounds
que ni siquiera se molestan en hacerse un blog, como es el caso de Ruben
Jaular, cuyas aportaciones me llegaron escritas a bolígrafo en folios
sospechosamente manchados. Se ha apostado por la sangre joven (Mikel García
Santos tan solo tiene 21 años). Se ha apostado por la rabia, la violencia, la
contracultura, los malos modos, la inocencia, la ilusión, el dolor, el
inconformismo, la duda... Se ha apostado por el más puro underground.
El underground
tiene distintas capas y adopta distintas formas, aquí encontrarás muchas de
ellas, leerás distintos enfoques, distintas aproximaciones, distintas normas y
reglas, pero, para que nos entendamos, ninguno de estos autores está intentando
ser el siguiente Ken Follet. Solo están intentando encontrarse a sí mismos,
encontrar su voz, su público, algunos puede que ni estén buscando nada de esto
y simplemente sigan su inercia autodestructiva. Nadie sabe cuantos se quedarán
por el camino, cuantos tirarán la toalla, si alguno alcanzará el reconocimiento
o si les espera la demencia y los contenedores. En cualquier caso siempre se
podrá tener este volumen como muestra del panorama del subsuelo en un
determinado momento del tiempo y el espacio. Aquí es cuando llegamos al porqué.
El porqué de este
libro también responde a un impulso, a un deseo sincero, el de José Manuel Vara
y un servidor, enfermos enamorados del underground, de bucear entre los
escombros y extraer las perlas más valiosas bajo nuestro prisma, por supuesto
siempre subjetivo y sujeto a error. El caso de Vara tiene mucho mérito, el tío
ya tiene una edad, una familia, un trabajo, obligaciones, y aún así mantiene la
ilusión, casi infantil, de descubrir estos tesoros y enseñárselos a todo el
mundo, para que vean lo que él ve y sientan lo que él siente, para ello emplea
su valioso tiempo, de forma desinteresada, en hacer llegar este tipo de obras a
la gente, ya de por sí bombardeada por el exceso de oferta e información,
apática y desconfiada, y el cabrón ni siquiera pide nada a cambio. Es la
filosofía del underground, el apoyo mutuo, el sentimiento de hermandad y
pertenencia, la sana rivalidad por encontrar los tesoros en el fango y
mostrárselos a otros enfermos como tú, porque, cómo decía Zappa, si has llegado
hasta aquí es porque has venido tú. Vara y yo simplemente hemos realizado un
pequeño trabajo de campo para ahorrarte parte del camino. Y lo seguiremos
haciendo mientras el cuerpo y la ilusión aguanten las embestidas. Puede que
esto sea el principio de una colección (su hermana Underground Girls va por el
segundo volumen) o puede que no, en cualquier caso la propuesta será siempre la
misma, bucear en la mierda y salir sonrientes con tesoros que mostrar. Me
recuerda a cuando de pequeño iba con los amiguetes a un vertedero cercano a mi
casa en los extrarradios de Madrid en busca de extraños objetos, restos de
juguetes y revistas, roídos peluches, bellos artefactos sin utilidad aparente
pero que llamaban tu atención y estimulaban tu imaginación. Por suerte hay
cosas que nunca cambian, por suerte la ilusión es la misma en este momento que
entonces, incluso tras las innumerables hostias que me ha dado la vida con el
caer de los años.
Aunque siempre se
ha caracterizado por su situación miserable y tormentosa se puede decir que
vivimos buenos tiempos para el underground, las nuevas tecnologías son un arma
poderosa para los buscadores intranquilos, los frentes que se han abierto con
las ediciones digitales y la distribución por Internet no pueden tomarse a la
ligera, constituyen el sueño de los que siempre han apostado por un camino
alternativo, por los que no se resignan a que sus gustos, a que sus vidas, sean
dirigidas por unos caminos previamente asfaltados. Sin la tiranía de las
editoriales y el yugo de papel es la hora de que el underground se expanda como
la enfermedad que siempre ha sido, una enfermedad que es a la vez un antídoto
contra la manipulación y los muertos vivientes, por todo ello la labor que está
realizando Vara y su tentáculo editorial Neurotika Books para acercar de forma
independiente y gratuita todas estas obras al público es digna de respeto y
elogio sea cual sea tu postura al respecto de la propuesta.
Mi mérito no es
tan grande como el de Vara, no hago nada en mi día a día salvo beber y
mendigar, penar en solitario por las calles desiertas y mirar a las paredes
desconchadas. Solo he servido de apoyo moral en la distancia y he aportado unas
cuantas recomendaciones de autores, los tesoros que he encontrado en mi
vertedero particular. También he aportado un puñado de poemas que tenía tirados
por la habitación y un relato viejo bastante extenso, del principio de mi
producción. Lo he decidido así ya que pese a tener material que considero más
afinado este representa mis inicios y contiene ese espíritu underground y
violento de manera intacta. También estoy escribiendo esto, y no creas que no
supone un esfuerzo tremendo, hace frío, dentro y fuera, y me estoy constipando,
además he tenido un día de mierda. Llevo
tres días sin dormir porque estaba persiguiendo a un tipo que me debe dinero,
conseguí localizarlo hoy a las 7 de la mañana. Por suerte el encuentro no fue
excesivamente violento y aunque no conseguí la pasta sí conseguí una fecha
límite para el pago tras varias amenazas, eso, la reciente fiebre y la falta de
sueño me pusieron bastante tenso y corrí a refugiarme en mi habitación de
alquiler ante el aterrador amanecer y el florecimiento de las personas que,
como hongos, empezaban a surgir por todas partes. Una vez allí me dirigí al
baño para echarme agua en la cara e intentar relajarme, pero para ir hasta allí
tenía que pasar por la habitación de uno de los inquilinos, que sufre síndrome
de Diógenes. La habitual peste me abofeteó una vez más, pero esta vez, presa
del cansancio y la fiebre, provocó que se me cruzasen los cables. Derribé la
puerta de su habitación de una patada. No estaba en su interior, pero sí toda
la basura acumulada durante siglos de la que surge el inenarrable hedor. Agarré
un puñado de bolsas de basura y comencé a llenarlas indiscriminadamente con
todo lo que encontraba a mi alrededor, de forma demente, mientras sufría
violentos tics y arcadas, entre gritos. Lo metí todo en las bolsas, restos de
comida, prendas de vestir, latas, botellas, revistas, crucifijos, una bolsa de
plástico con un excremento dentro, comida de perro, ceniceros, bufandas,
mecheros, bolígrafos, pelotas de golf, libros, cartones... Llené 14 bolsas de
basura, 14 bolsas de basura, 14 jodidas bolsas de basura, y tras llenar esas 14
bolsas de basura miré a mi alrededor y parecía que no hubiese hecho absolutamente
nada. Me retiré a mi habitación derrotado dándome cuenta de que hay cosas
contra las que es imposible luchar, la locura, la mierda, el descontento, la
fiebre y los gérmenes que me invaden por momentos y a los que siento apoderarse
de mi cuerpo mientras tecleo y sudo tirado en la cama... pero al menos, y esa
es la tabla de salvación de muchos de nosotros, pobres náufragos, podemos
escribir sobre todas estas cosas.
Y así es el
underground, los vampiros que van al instituto han quedado lejos, las recetas
para el soufflé de chocolate han quedado lejos, los misterios de la capilla
sixtina han quedado lejos, el siglo XVI y sus intrigas políticas han quedado
lejos, las tramas detectivescas al amparo de códigos bíblicos han quedado
lejos... Solo queda la mierda rodeándote, la tristeza y el vacío cubriendo el
hueso, las cicatrices en los brazos, las arrugas en la frente de tanto fruncir
el ceño, los callos en las manos, el agujero en el dedo gordo del calcetín por
el que asoma una deforme uña amarilla... y, sobre todo, queda el deber de
narrarlo, no para conmover ni para iluminar, eso también quedó lejos, sino como
una lucha y un deber con uno mismo, sin perfumes ni apariencias, ser capaz de
quitarte la máscara en mitad del baile de disfraces, la crónica de una lucha
sin fin en un mundo a la deriva, una hemorragia mortal que intentas cubrir con
una hoja de cuaderno, como poner una tirita en un miembro amputado, igual de
inútil, igual de inocente. Seguramente los chicos del underground no merezcamos
más, seguramente la humanidad no merezca más, y muy probablemente merezca
menos.
Estoy agotado. Los
brazos del ángel tiran de mis hombros hacia atrás, por suerte aún lo veo
sonreír mientras sus alas se deshojan.
Me largo de este
puto texto, ¡adiós zorras! Ahora sólo quiero cerrar los ojos y tener una buena
pesadilla que me evada de todo esto. Como las que vas a encontrar dentro de
este volumen de puro y auténtico UNDERGROUND.
Carlos Salcedo Odklas. Febrero de 2013.
UNDERGROUND
BOYS
epílogo
transgresor con la técnica de cut-up
Nota: Gysin
le mostró la técnica al escritor William S. Burroughs en el Beat Hotel. Juntos luego
aplicaron la técnica tanto a escritos impresos como a grabaciones de audio en
un esfuerzo para decodificar el contenido implícito de un material. Su
hipótesis era que la técnica podía ser usada para descubrir el verdadero significado
de un texto. Burroughs también sugirió que la técnica de recortes podía ser
utilizada como un método de adivinar el futuro diciendo que "Cuando se
cortan líneas de palabras el futuro se filtra"
“Me paseo con gusto
entre esa oscuridad que supone la rivalidad de una mujer y un libro”.
André Breton
"Me vi forzado a
extraer la espantosa conclusión de que nunca me habría convertido en escritor
de no ser por la muerte de Joan, y a comprender la magnitud hasta la cual tal
evento ha motivado y formulado mis escritos. Vivo con la constante amenaza de
la posesión, y una constante necesidad de escapar de la posesión, del Control.
Entonces la muerte de Joan me puso en contacto con el invasor, el Espíritu Feo,
y me llevó a una vida de lucha en la que no tuve otra elección que abrirme
camino escribiendo".
William Burroughs
“La mayor parte de la
escritura se hace lejos de la máquina de escribir”.
Henry Miller
Nosotros, que hemos violado
las leyes, mandamientos y obligaciones de la escritura clásica; es decir, aburrir,
tranquilizar y oscurecer a través de un desgraciado proceso dictado por la
conveniencia práctica, nos declaramos culpables ante los cargos. Por eso
insistimos en esto: “ordenad que os traigan recado de escribir,
después de haberos situado en un lugar que sea lo más propicio posible a la
concentración de vuestro espíritu, al repliegue de vuestro espíritu sobre sí
mismo”.
Invocamos a una nueva generación de escritores que se atreven a desgarrar la paralizante camisa de fuerza de la teoría literaria en un ataque directo sobre cada sistema de valores conocido por el hombre. Por eso os recomendamos que ante el acto de escribir entréis en el estado más pasivo, o receptivo, de que seáis capaces.
Nosotros proponemos que todas las escuelas de literatura sean dinamitadas y que nunca se vuelvan a hacer todos esos libros aburridos. Nosotros proponemos que un sentido del humor es un elemento esencial y más, que cualquier libro que no cause un shock no vale la pena ser leído. Por ello, prescindid de vuestro genio, de vuestro talento, y del genio y el talento de los demás.
Todos los valores deben ser desafiados. Nada es sagrado. Todo debe ser cuestionado y confirmado para liberar nuestras mentes de la fe de la tradición. Decios hasta empaparos de ello que la literatura es uno de los más tristes caminos que llevan a todas partes.
El crecimiento intelectual demanda que se tomen riesgos y que los cambios ocurran en los alineamientos políticos, sexuales y estéticos no importa quién los desapruebe.
Nosotros proponemos ir más allá de todos los límites puestos o pre-establecidos por el gusto, la moralidad o cualquier otro sistema de valores que inmovilice las mentes de los hombres. Escribid deprisa, sin tema preconcebido, escribid lo suficientemente deprisa para no poder refrenaros, y para no tener la tentación de leer lo escrito. La primera frase se os ocurrirá por sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay una frase, extraña a nuestro pensamiento consciente, que desea exteriorizarse. Resulta muy difícil pronunciarse con respecto a la frase inmediata siguiente; esta frase participa, sin duda, de nuestra actividad consciente y de la otra, al mismo tiempo, si es que reconocemos que el hecho de haber escrito la primera produce un mínimo de percepción. Pero eso, poco ha de importaros; ahí es donde radica, en su mayor parte, el interés del juego surrealista.
Invocamos a una nueva generación de escritores que se atreven a desgarrar la paralizante camisa de fuerza de la teoría literaria en un ataque directo sobre cada sistema de valores conocido por el hombre. Por eso os recomendamos que ante el acto de escribir entréis en el estado más pasivo, o receptivo, de que seáis capaces.
Nosotros proponemos que todas las escuelas de literatura sean dinamitadas y que nunca se vuelvan a hacer todos esos libros aburridos. Nosotros proponemos que un sentido del humor es un elemento esencial y más, que cualquier libro que no cause un shock no vale la pena ser leído. Por ello, prescindid de vuestro genio, de vuestro talento, y del genio y el talento de los demás.
Todos los valores deben ser desafiados. Nada es sagrado. Todo debe ser cuestionado y confirmado para liberar nuestras mentes de la fe de la tradición. Decios hasta empaparos de ello que la literatura es uno de los más tristes caminos que llevan a todas partes.
El crecimiento intelectual demanda que se tomen riesgos y que los cambios ocurran en los alineamientos políticos, sexuales y estéticos no importa quién los desapruebe.
Nosotros proponemos ir más allá de todos los límites puestos o pre-establecidos por el gusto, la moralidad o cualquier otro sistema de valores que inmovilice las mentes de los hombres. Escribid deprisa, sin tema preconcebido, escribid lo suficientemente deprisa para no poder refrenaros, y para no tener la tentación de leer lo escrito. La primera frase se os ocurrirá por sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay una frase, extraña a nuestro pensamiento consciente, que desea exteriorizarse. Resulta muy difícil pronunciarse con respecto a la frase inmediata siguiente; esta frase participa, sin duda, de nuestra actividad consciente y de la otra, al mismo tiempo, si es que reconocemos que el hecho de haber escrito la primera produce un mínimo de percepción. Pero eso, poco ha de importaros; ahí es donde radica, en su mayor parte, el interés del juego surrealista.
Nosotros violamos el
mandamiento y ley de aburrir a los lectores hasta la muerte en rituales de
redundancia verbal y proponemos romper todos los tabúes de nuestra edad pecando
todo lo posible. Que haya sangre, vergüenza, dolor y éxtasis, de una clase que
nadie aún ha imaginado. Nadie saldrá ileso. No cabe la menor duda de
que la puntuación siempre se opone a la continuidad absoluta del fluir de que
estamos hablando, pese a que parece tan necesaria como la distribución de los
nudos en una cuerda vibrante. Seguid escribiendo cuanto queráis. Confiad en la
naturaleza inagotable del murmullo.
Ya que no hay vida posterior, el único infierno es el infierno de rezar, obedecer leyes y rebajarse ante las figuras de la autoridad, el único paraíso es el paraíso de pecar, rebelarse, divertirse, coger, aprender cosas y romper tantas reglas como sea posible. Si el silencio amenaza, debido a que habéis cometido una falta, falta que podemos llamar «falta de inatención», interrumpid sin la menor vacilación la frase demasiado clara.
Ya que no hay vida posterior, el único infierno es el infierno de rezar, obedecer leyes y rebajarse ante las figuras de la autoridad, el único paraíso es el paraíso de pecar, rebelarse, divertirse, coger, aprender cosas y romper tantas reglas como sea posible. Si el silencio amenaza, debido a que habéis cometido una falta, falta que podemos llamar «falta de inatención», interrumpid sin la menor vacilación la frase demasiado clara.
A continuación de la palabra que os parezca de origen
sospechoso poned una letra cualquiera, la letra l, por ejemplo, siempre la
primera, y al imponer esta inicial a la palabra siguiente conseguiréis que de
nuevo vuelva a imperar la arbitrariedad.
Este acto de valor se conoce como transgresión.
Nosotros proponemos la transformación a través de la transgresión -convertirse, transfigurarse y transmutarse hacia un plano más elevado de la existencia para llegar a la libertad en un mundo lleno de esclavos ignorantes. Recordad siempre lo que ya advirtió Confucio: “La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas”.
Este acto de valor se conoce como transgresión.
Nosotros proponemos la transformación a través de la transgresión -convertirse, transfigurarse y transmutarse hacia un plano más elevado de la existencia para llegar a la libertad en un mundo lleno de esclavos ignorantes. Recordad siempre lo que ya advirtió Confucio: “La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas”.
André Breton, Nick Zedd y
Vara. Interzona 2013.
1 comment:
¡UFFF!!! Vaya pinta... Morboso, sexual, excitante y estenueante.
Me lo quedo. Un trabajo clitoriano, Ann@
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