Sunday, August 24, 2014

DE LA ENTREGA Y LO ANÓNIMO.





De la entrega y lo anónimo
( Dioses de B de A)























Vara:
Lenguas bífidas
lamen la aspereza
de tu insaciable piel,
tus uñas desgarran
jirones de tiempo;
tus piernas
abrazan la lujuria
de un encuentro apresurado;
gimes,
lloras
como adulta fracasada,
te retuerces
en espirales de dolor
bajo caricias imprecisas, difuminadas,
que siguen la silueta caótica
de tu cuerpo;
te montas a horcajadas sobre la noche,
las sábanas profanando el ansia de tus muslos
y la almohada se confiesa
con la profundidad insondable
de tu vientre
mientras el hombre, como espectro,
se alza tras de ti,
como demonio de la carne,
como bestia inmisericorde,
con falo enhiesto
estrellándose
contra los arrecifes de tu carne
en infierno
de espasmos interminables,
enloqueciéndote
mientras el semen blasfemo
inunda tu cordura
y el surco apocalíptico
de tus nalgas.
Y después,
derramándose desde las paredes
de la habitación anónima
el vacío más absoluto
se entretine
devorando a cachos
tu cerebro.







Sanjuán:

Anónimamente,
inconfesa, abismable
en tanta profundidad carente
que el deseo despareja,
estoy, estamos,
lupanar de hormonas
desgarradamente abierta
ante tus ojos.

Embistes, palpas,
 surcas mis sentidos.
¿Quién eres tú – preguntas-,
quién…?

La noche es un reflejo
absoluto de lo mismo
y solamente sé
que las neuras se derraman
en una orgía interminable
de sedienta plenitud.

La muerte avanza,
y vacía, y de nuevo otra vez llena,
moja, incansablemente, y me derrama
la sola percepción
de lo que un día vino a ser
aquello que llamaste mi cordura.

Te vas,
y mientras yo
no dejo, otra vez, de parecerme.





Proyecto en preparación "Diosas de Burdeles de Almas"

textos. vara/sanjuán/caos
fotografías. mery caos
texturas visuales. óptika orgánika
edita. neurótika books






Wednesday, August 20, 2014

NEGRURA ESPESA CANÍBAL.



NEGRURA ESPESA CANÍBAL


Poema: Vara
Ilustración: Denisse Sánchez Erosa















La derrota es difícil de asimilar,
el regusto a fracaso consumiéndote como metástasis,
la subjetividad de los deseos delirantes
y la confusión forzosa entre lo atroz y lo sublime,
todo como simple armazón de castillo de naipes
gestado por un ludópata en fase de rehabilitación,
buscando un centro de gravedad permanente
para minimizar la pérdida del sentido de una vida,
que nunca fue suya.

La habitación de los deseos amputados
era su segundo hogar,
allí donde los cirujanos de mentes
tenían prohibido el paso de manera indefinida…
y Dios, al fondo,
sometido a la típica presión del silencio,
a una hemorragia de melancolía subliminal
donde la falta de respeto hacia el Otro
constituía un valor al alza,
en un mundo social donde las puñaladas eran norma
y la ingratitud moneda de cambio espiritual.

Trastienda oscura
donde los perdedores solían vomitar
sigilosamente
pedazos grumosos de su lastre emocional,
una especie de simpatía enfermiza por el trauma
y las carencias afectivas que lo generaron.

Inmadurez colectiva
disfrazada de apocalipsis personal,
único e intransferible,
donde  psicoanalistas adictos a drogas de diseño
simulaban encontrar soluciones milagrosas
para enfermedades mentales inventadas.
Luego, el vacío,
la melancolía,
y una negrura espesa devorándolo
en el más respetuoso de los silencios.
Silencios hirientes.
Negrura.
Una negrura espesa  caníbal.



Tuesday, August 19, 2014

pequeños fragmentos de locura necesaria (1)


El valle de los avasallados

 

"Solo encuentro momentos verdaderamente felices en mi soledad. Mi soledad es mi palacio. Allí tengo mi cama, mi silla, mi viento y mi sol. Cuando estoy sentada fuera de mi soledad, estoy sentada en el exilio, estoy sentada en un país engañoso. Estoy orgullosa de mi palacio. Me entrego en cuerpo y alma por mantenerlo calmo, agradable y resplandeciente, como para recibir mariposas y aves. Si tuviera más orgullo aniquilaría con unos cuantos asesinatos a los que comprometen el bienestar de mi soledad, a los que hacen resoplar el odio en su chimenea, a los que cuelgan la tristeza de sus ventanas...Estoy sola. A veces me ausento de mi palacio. Los hay que entonces aprovechan para colarse. Tan pronto como regreso, los expulso. Cuando alguien entra en mi palacio, es porque he fallado en la vigilancia y me avergüenzo de ello..."
" Cuando lo ojos se abrieron la verdad, la mentira, quién sabe, resplandecieron, la ilusión invadió al hombre, las peores alucinaciones comenzaron a bullir dentro de las profundas montañas de las tinieblas, dentro del cálido rincón de su dios."

Réjean Ducharme
El valle de los avasallados


Spider



“Empiezo a escribir. Y mientras lo hago ocurre algo raro, el lápiz empieza a moverse por las tenues rayas azules de la página casi como si tuviera voluntad propia, casi como si mis recuerdos de los hechos anteriores a la tragedia de la calle Kitchener estuvieran contenidos no en el interior del áspero casco de cuero de esta cabeza mía sino en el propio lápiz, como si fueran pequeñas partículas apiñadas en una alta y delgada columna de grafito, que cruzan la página mientras mis dedos, como un motor, proporcionan el medio mecánico para su descarga. Cuando esto ocurre tengo la extraña sensación no de escribir sino de ser escrito, y ha llegado a despertar en mí sensaciones de terror, débiles al principio pero que aumentan día a día”.

Dennis Cleg, Spider
(fragmento de la novela Spider de Patrick McGrath)



Utopía: “La vida mágica de las luciérnagas”. 


  ¡Oh, la historia!...¡la historia!. A veces tengo la sensación de que las bocas del metro absorben lentamente las ganas de vivir, pero siempre de forma subliminal, ¡claro está!. El tipo de la 115 ya me puso sobre aviso hace algún tiempo; sí, era un tipo extraño el viejo Luis, pero muy amable y divertido. Siempre que se cepillaba los dientes exclamaba: ¡Oh, la historia… la buena historia…nunca te enseña cuando va a vomitar el viejo Luis, y menos aún si lo va a echar todo sobre tu bandeja de comida…! ¡oh, la historia!.

   Era entretenido observarle cuando mantenía una cierta lucidez. Recuerdo que tenía unas manos inmensas, podían coger cualquier cosa que se propusiera…, a veces le temblaban y él se ponía nervioso porque sabía que no podía hacer nada para controlarlo, que aquello escapaba a su voluntad. Cuando hablabas con él unas cuantas horas un extraño sabor se apoderaba de tu boca, como si hubieses bebido cinco o seis vasos de manzanilla seguidos apenas sin respirar. Era agradable. Después, al cabo de algún tiempo me fue cogiendo confianza y me contó su gran secreto, que estaba escribiendo un libro que se llamaba “Utopía: la vida mágica de las luciérnagas”. Según él llevaba más de trece años observándolas, sobre todo a altas horas de la noche, cuando los vigilantes, -los “otros”-, dormían. Después, bebió un trago de agua y se quedó dormido. Realmente, el viejo Luis era un tipo fascinante.

   Luego vino lo de su traslado, pero eso era ya otra historia. Me contaron que gritó bastante cuando quemaron su libro sobre las luciérnagas. A los “otros” no les gustaba que tuviéramos ideas propias. Pero, tiempo después el viejo Luis se quedó mudo, es decir, decidió dejar de hablar. Lo otro, lo que vino después, ya son meras habladurías, conjeturas y suposiciones,  (ya se sabe lo que puede deformar la realidad lo del boca a boca). Se dice que se lanzó desde una de las ventanas de la enfermería de su pabellón (en un sexto piso) con las manos extendidas y una linterna encendida atada a los pies y la cara sonriente. Se rompió la cabeza al chocar contra el asfalto, pero eso él no lo supo jamás.

   Sí, realmente el tipo de la 115 había sido un tipo único. ¡Ah, también estaba lo de las goteras y lo de las telarañas en las paredes!. El viejo Luis, -antes de irse para siempre a Utopía-, solía hablar de ello al tiempo que arrimaba el oído a la pared para escuchar los movimientos casi imperceptibles de las arañas. Yo le comenté en cierta ocasión que había visto algunas en los lavabos y él me lo confirmó. Él era así, siempre te daba la razón, incluso en las cosas más absurdas. Aunque ése no era el caso de las arañas, además como él afirmaba: “Ellos las ponen ahí a propósito, para volvernos locos”.

   Luego, después de escribir la última frase, cerré el libro y lo escondí en la almohada de mi habitación junto con el lápiz. Apagaron la luz y respiré aliviado. Nadie sabía mi secreto: que yo estaba siguiendo el libro que había comenzado el viejo Luis antes de convertirse en luciérnaga.

 
                                                                                  Fin   de la magia.
(de los diarios de Hezskha Lauzone) 
                                                                 1984-2010 José Manuel Vara

REVISTA EXCODRA, Nº XIX: EL LENGUAJE.


REVISTA EXCODRA, Nº 19, EL LENGUAJE



La nómina de autores:














el responsable de todo esto:

RUBÉN DARÍO FERNÁNDEZ





Bio-bibliografía
Rubén Darío Fernández (Madrid, 1978) Soy Doctor en Neurociencias y cuando el tiempo lo permite, dejo libre mi vena literaria. En cuanto a lo relacionado con literatura, he publicado la novela Puzzle -Alma ha muerto-, los relatos cortos Locura luz en la antología "Tic, tac, cuentos y poemas contra el tiempo" y Prueba de saliva en la Revista Cáñamo. También expuse el cuento 33 en el Real Círculo Artístico de Barcelona. Dirijo la revista de literatura y otras artes Revista Excodra (http://www.excodra.com) y organizo las Jams de Poesía Embriáguense en la Asociación Cultural Castells de la Muntanya.

Poética
La poesía es una arma cargada futuro de Gabriel Celaya, recitada por Joan Manuel Serrat con Paco Ibáñez a la guitarra. Así es como siento la poesía. Venga ¡a googlear!

Poemas

1
A veces dudo
de si siempre estamos en un continuo andar
o si siempre somos continuo estanque,
es decir, no hay movimiento alguno, siempre es hoy.
No hay manera de buscar algo porque siempre estamos
y sólo estamos
en un mismo momento que siempre es diferente
y aunque lo queramos cambiar
o lo queramos mantener igual, es imposible,
el hecho de haber realizado un movimiento
o tenido un pensamiento
ya cambia el instante de antes y me veo inmerso en otro momento
que va a volver a cambiar,
y no a mi antojo
y una mosca se cruzó y ya nada es igual que antes y el antes ya es un recuerdo.
Sigo masturbándome a contra pelo
como buen marinero del falso infierno:
Las caricias son de piedra cuando las da un ser odiado,
lo mismo que una aguja clavada entre los huevos.
Pongamos los puntos sobre las ies,
las cabezas cortadas sobre las esbeltas lanzas doradas de la victoria
y los besos sobre las bocas.
Las horas no pasan en balde,
pasan a fuego quemando las hiedras del tiempo
que jamás volverá.
Jamás volveré a los rincones donde el dolor fue eterno.
No hay nada de que enterarse,
cierra los ojos y sueña y vuela
adonde nunca estuviste y siempre deseaste estar,
igual amaneces allí, sin penas.
El diario de un onanista
se escribe como un orgasmo entrecortado:
en pequeños pedazos
de suspiros negros:
Al abrir la puerta de atrás de los sueños
se extendió ante mí una pesadilla de tamañas dimensiones.
Cerré la puerta.
Y qué raro saben los segundos
bebidos en el infierno de una cama sola.
Nunca estaré solo mientras yo exista y
la barba me acompañe
en el recorrido del amor a estar vivo.
Es lo único que a fin de mes nos queda: pelos por afeitar,
camas vacías que llenar de ti,
tinieblas soleadas, ceniceros llenos de pensamientos
y bolsillos vacíos.
En el muelle me espera el barco de la derrota, el barco de la boca rota,
o la cuchilla de afeitar segundos.
Rasurando el tiempo uno se queda desnudo y lo único que me hace bien
es follarte y amarte.
Se trata de sentir sin interpretar,
de pajearse sin cesar, no hay línea argumental,
sólo versos como manos haciendo un buen trabajo de,
de relax.
Lo grande, lo más grande cabe en lo más pequeño,
dicen,
no sé si será un comentario sexual
o tal vez lo inmenso de lo diminuto nos eleve por el ojo del alfiler hasta el del
huracán
y veamos el mundo en su esplendor, desde el cielo,
apagándose.
Veremos que
hay a quien le golpearon la cabeza contra la pared
en el silencio del odio a sí mismo
y a quien le besaron en una noche que se moría de miedo,
tanto da,
nada
prevalece.
Todo cae en el olvido,
agoniza y
finalmente,
fin.

2
Saura ha gritado con sus pinceles, Saura ha meado en la papelera y la papelera gritó nauseabunda, y gritó con arcos cáusticos de flechas de mil grises que mi lengua versó así, porque yo, ¡también grité!:
¡A mi puta, a mi puta loca! a la más guarra de entre todas las mujeres que por corazón tiene una colmena, un laberinto o una piedra negra, caliente, triste y desolada. Mi loca. Mi puta. ¡Mi guarra! La más jodida guarra de entre todas las mujeres que por cabeza tiene una selva monstruosa, una duda existencial, una pena de vivir sin puerto fijo. Mi puta. Mi guarra. Mi loca que es marinera y a cada nueva ciudad llega más perdida y con más pena. Mi eterna ¡la más guarra! que por mirada tiene cristales rotos de una infancia de pura mierda. Mi niña solitaria, mi puta triste y rota. Mi amada. Mi loca tan perdida que por coño tiene lava y su lengua es una llama que me deja sin pasado y sin razón. Mi tremenda guarra y loca, y triste, y sola que por alma tiene una muerte en vida anunciada y una existencia tan quebrada que las cenizas de sus cenizas, aún arden donde ya nada vale nada en el fondo del olvido. A mi puta, a mi puta loca, a la más guarra de entre todas las mujeres que le entregué mi vida y mi más negra y ancha alma, para que con ella hiciera, lo que a ella le diera, la puta gana. Guarra. ¡Más qué guarra! Brindemos por el miedo que le tengo a volver a verme solo tras perder a un ser querido. ¡Alza la copa! ¡Salud, compañeros de la sombra! ¡Salud!

3
Se podría en un poema resumir todas las almas
Conquistar en veinte frases los silencios más rotundos
Alejar en conjugados y por siempre los fantasmas
Si pudiera...
Con la fuerza de conceptos, abstracciones y monemas
Embeber cada serena, tierna y dulce...
Embeber cada recuerdo de armonía con olores
Rebasar lo más concreto y darle forma a la tristeza
Si pudiera no podría con mis dedos darle forma
Se podría en un poema resumir todas las vidas
Conquistar en veinte frases los rincones más profundos
Alejar en alejandros concentrando los minutos
Si pudiera...
A las horas devolverle ya por siempre toda historia
A las horas devolverle ya por siempre la memoria
A las horas devolverle ya por siempre un casi nunca
Si pudiera no podría con mis venas darle vida
Al torrente que me acecha de visiones que se ocultan
A los ojos de los gatos que en las noches se desvirgan
Treintaitrés son las maneras de morir de un alquimista
Se podría mas no puedo intentar un imposible
Que se aleja en cada verso acelerando los azules
Se podría en un poema resumir todas las almas
Si éstas fueran a mis ojos de verdad tan cristalinas
¡Mas no, a mis ojos, no lo son! ¡Son misterio y melodía!
¿O es que acaso yo podría en veinte versos
Resumir toda una vida?
Mas no me llegan quinientos
Donde poder expresar
Lo que aquel día sentía
Cuando morir te morías.


Lo que comenta Rubén Darío sobre el número del lenguaje:

Muy tranquilamente editando el número sobre El lenguaje, que iba a ser el número de julio, pero bueno, caerá a finales de agosto, que también está bien Al final hay mucho de todo, introspección, sabiduría, búsqueda, primera impresión al pensar en el concepto lenguaje, textos laterales y textos muy centrados y textos muy pero que muy inspirados, unos llevando más el lenguaje a la literatura, otros a la lengua, otros al pensamiento, a la existencia, a la rutina o la poesía e incluso al amor, pero en cualquier caso, es un número bonito, para leer con tranquilidad, recibiendo todo. Yo creo que os gustará.
Salud.


La revista aquí:
http://www.excodra.com/Excodra_XIX_El_lenguaje/Excodra-XIX-El-lenguaje.pdf

Monday, August 18, 2014

Una nueva aventura: ATROCITY EXHIBITION.



ATROCITY EXHIBITION: segunda época. 
Especial LA LOCURA.




















Fecha prevista de salida: Noviembre 2014. (En papel)


"Eran tiempos duros. Tiempos de crisis y desesperación.  Finales de los 90. Concretamente mediados del 96. Mi fábrica, donde llevaba seis años trabajando, estaba en proceso de autodestrucción. Algunos de los empleados eligieron el cáncer como vía de escape a la rabia de un mundo que parecía acabarse. Yo elegí crear un fanzine: Atrocity Exhibition. Me encantaba Joy Division por aquella época y uno de sus temas se llamaba así. No hubo más que pensar. Había nacido un nuevo fanzine."




Nuestra primera reseña en internet fue de la mano de Patxi Irurzun:
http://www.ctv.es/USERS/patxiirurzun/dos/biovara.html

"No es un recién llegado, pero sí un perfecto desconocido. Siempre limitando sus movimientos al underground recalcitrante, más por convicción que por vocación, José Manuel Vara (Barcelona, 1965) lleva ya tres años con su cutre-fanzine Atrocity Exhibition, y seis realizando cortometrajes poco recomendables para corazones sensibles -Géminis (94), Feliz quien toma a sus hijitos para romperles el cráneo con piedras (96) y El sueño del hombre monocromo (97)- mediometrajes -La política de los insectos (97)- e incluso largos -Pequeña radiografía de un tormento (98)-. Ocasionalmente edita un fanzine literario Los libros de la atrocidad, y colabora ahí donde le llaman o le dejan. En los últimos tiempos ha puesto en circulación Pequeña radiografía de un tormento (98), un manojo de poemas reunidos en el primer volumen publicado en la colección poesía de Neurotica Books, editorial artesanal que anuncia el próximo lanzamiento de la primera novela del mismo Vara, La habitación roja, y el texto original de Jezabel 6 -¿Lydia Lunch meets Poppy Z. Brite en Barcelona?- que inspiró el argumento de El sueño del hombre monocromo.

Devoto de Bukowski y William S. Burroughs, Vara, sin deslumbrar ni destacar especialmente en lo formal, demuestra poseer una inquietud que en ocasiones le ayuda a trascender lo meramente tributario para facturar poemas de irrebatible fuerza -Dios y Bukowski en el hipódromo, por ejemplo- que dicen bastante y bastante bueno de un personaje que aún necesita soltar el lastre del manierismo pero que parece que va por buen camino"
Oriol Rossell
(Nueva literatura killer. Revista Factory, nª 22. Abril-junio 99)


 Colaboraciones a:
neurotikabooks@outlook.es

José Manuel Vara 




"Me dijeron que lo que pasaba se llamaba esquizofrenia. Luego dijeron otros nombres. Ninguno de los que dijo supo de mí. Venían con lo que dijeron mucho antes de conocerme, antes de conocernos a todos. Yo supe de ellos, cuando ataron las correas, cuando les hubiera matado. Desde entonces nunca me preocupé en cambiar mi opinión sobre ellos, como les pasó a ellos conmigo."

Mareva Mayo