Friday, August 27, 2010

Lucía Fraga: Muerta.





martes 20 de abril de 2010


MUERTA



Me oías decir

Que ya no quería estar viva

Y yo, pobre de mí,

No sabía que ya estaba muerta.



Tú te hacías escalada por mis braquets,

El gran equilibrista en el alambre y sin red

Que no sabía distinguir entre “sexo-seguro”

Y “seguro-sexo” ante la niña Virginal.



Yo creía que aquello era “vivir”:

Pulsiones vitales, sensaciones, emociones...

Y no hacía más que perderme

En el campo electrificado de los sentimientos.



Sentimientos que olían a pollo quemado,

Sentimientos derivados de opiáceos,

Sentimientos de plástico y perro de aguas,

Pensamientos deshechos en aquellos sentimientos.



Y estaba muerta y no lo sabía.

Me cosieron la boca con bramante

Y echaron mi cuerpo al río.

Publicado por Lucia Fraga en 10:47
domingo 7 de diciembre de 2008
 
 


FILOSOFÍAS DE UN ÚTERO CANSADO



(o que te maljodan, Sócrates)



1. La ciudad te perseguirá. (Cavafis).

No huyas de tu sombra alargada sobre los adoquines mal colocados. El asfalto te engulle como una Saturna Hambrienta que hunde tus pies en unas sibilinas arenas movedizas y convierte tu paso en trampa de ratones. Juraste huir y tan sólo alcanzaste tu jaula para pájaros muertos.

Tu viaje invita a la vuelta del derrotado, del que nunca partió, porque no desató las amarras y solamente chapoteó en una ciénaga conocida que las vueltas y revueltas querían teñir con el color de otros soles. Ella se te instaló en el esqueleto como un parásito agotador, como un insecto vampírico que hizo de tu sangre licor agrio de lo cotidiano. Por eso, cada sorbo tiene el sabor familiar del miedo que dan los calendarios y las mantas frías y húmedas en la noche. Tu lengua viaja más que tú detro dde mi boca , enredándose hasta lalcuha en quimeras que lamen rocas de sal, tejas teñidas con sangre de ballena, piedras calientes y saladas como extraños tesoros de una huída inútil. Mas no puedes combatir contra la bilis que te aprieta el estómago, la ceguera de las farolas a media noche ni los gatos negros que te hieren con ojos amarillos. Careciste de la fuerza de Atlas y en vez de con quistar el mundo, se te cayó encima.





CINZAS DA CIDADE.

Non fuxas da túa sombra alongada sobre os lastros mal empedrados. O asfalto engúlete coma unha Saturna esfameada que afoga os tues pés nunhas sibilinas areas movedizas e convirte a túa pegada nunha trampa de ratos. Xuraches fuxir e tan só acadaches a túa gaiola de paxaros mortos.

A túa viaxe errada convida á volta do derrotado, do que nunca partiu, porque non desatou as amarras e soamente chapuzou nas coñecidas augas suxas que voltas e reviravoltas esgorentaban por tinguir coa cor doutros soles.

Ela coallou no teu esquelete coma un parásito esgotador, coma un insecto vampírico que fixo do teu sangue licor agre do cotián. Cada grolo ten o gusto familiar do medo que dan os calendarios e as mantas frías e húmidas á noite.



A túa lingua viaxa máis cá ti dentro da miña boca, enleándose até a loita en quimeiras que lamben cons de sal, tellas tinguidas con sangue de balea,pedras quentes e salgadas como estraños tesouros dunha fuxida inútil.

Mais non podes combater coa bile que te esmola o estómago, a cegueira dos farois á media noite, nin os gatos negros que te firen con ollos amarelos.

Carecihes da forza de Atlas e, en troques de conquistar o mundo, caéuseche enriba.

Publicado por Lucia Fraga en 14:39
 
 
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