Como Ulises en una cacharrería, de Ángel Muñoz
Pocas veces leo un libro y siento que el autor está cerca, casi a mi lado. Pocas veces siento la emoción que he sentido al leer el libro de ángel, que es casi como ver a través de los ojos del poeta en cada poema, en cada línea, en cada palabra, en cada letra. Cuando hay emoción la hay. Cuando hay sinceridad la hay. Y eso se nota. Ángel es de esa clase de personas que se pega a tu epidermis emocional y a través de sus palabras te lleva, casi de la mano, a experimentar una segunda niñez, no muy alejada de la de uno mismo. Barrios marginales, mundo obrero, la lacra de la droga y, en definitiva, el milagro de la supervivencia, el milagro de lo cotidiano. Me ha gustado leer a ángel, me ha gustado reencontrarme con parte de mi pasado, con los juegos de los chavales de la calle… me ha gustado saber más de mí mismo a través de los sentimientos que Ángel pone sobre el papel, con las cartas boca arriba… sin engañar a nadie y jugando limpio consigo mismo.
Especialmente, me han gustado seis poemas por la fiereza con la que se han agarrado a mi cerebro, fiereza casi vertiginosa… como puñetazos de ternura lanzados con certeza de visionario del día a día…
“Con bombo”, una historia tan cruel y tan sincera que me hace replantearme muchos conceptos sobre la familia convencional de la mano de un chaval con síndrome de down inmerso en una sociedad del bienestar aparente que no alcanza a entenderle ni a derribar las miserables barreras invisibles de los que consideramos erróneamente como “diferentes”…
“En procesión”, una historia que pasó en mi barrio, pero al revés, cuando el cura fue crucificado verbalmente por sus feligreses precisamente por lo contrario: por acoger yonquis en su parroquia, supuestamente la mal llamada iglesia de los necesitados…a la mierda con los falsos curas, Ángel y con los que se autoproclaman hinchados de orgullo como verdaderos cristianos… (el mal que llegan a hacer las religiones).
“La noria”, una historia tan cruda como una sobredosis de realidad malsana que hay que aceptar a regañadientes, y no seré yo precisamente el que juzgue a nadie de los implicados en esta historia… eso sí, por favor, huyamos de etiquetas y simplificaciones y probemos a ser más humanos para variar, por favor…
“Mentiras piadosas”, una historia que me gustaría filmar en formato cortometraje o videopoesía. Sencillamente, una historia emotivamente brutal. ¡Cuánto debemos a algunos abuelos, cuánto!. Una mentira piadosa puede ser una bomba cargada de cariño. ¿Por qué cuesta tanto ser tan sinceros a veces?. Ángel, gracias por tus galletas, aunque hayan acabado en el basurero de mi alma…
“En la nevera”, una historia con dos cojones. Una historia pura y dura cargada de sinceridad absoluta. Un puñetazo proyectado desde los ojos de Ahmed. En serio, Ángel, si alguien coge esta historia y hace un corto se lleva un Goya seguro. Dale el toque a alguien, a ver si hay suerte y lo producen. Y no por el Goya en sí, sino porque la historia es de lo mejor que he leído en mucho tiempo…
Y, por último, “El insomnio”… el oficio de escritor en estado puro. Y la chica. Un brindis por ella y por su tatuaje del tobillo y por su dulzura, y por su cariño, y por su apoyo al escritor, a todos los escritores del mundo… y gracias a ti por cubrirla con una sábana de ternura infinita… y por tu maldito insomnio, Ángel, que nos ha regalado este hermoso, mágico, sincero y cojonudo libro.
Gracias, Ángel, de corazón.
Vara
2 comments:
joder vara, no sé que decir, cagüen la puta, vengo del hospital porque my brother willy se ha jodido el pie con un esguince y me encuentro esto, te juro y con una tequila recién tomada encima, que me has emocionado hasta la mísera lágrima tío, lo ha leído mi chica y le pasa igual. no sé, me alegro que te guste y a mi... que coño otro tequila tío..
angel. voltios.
venga, que al tequila tampoco le hago ascos...
abrazo,
vara
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