Sunday, January 25, 2009

Inmortel ad Vitam.






Extraído de:
http://www.dcine.org/wordpress/2007/02/12/immortel-ad-vitam-cine-fantastico-europeo-con-una-estetica-espectacular/

Sinopsis:
En el año 2095 la ciudad de Nueva York se encuentra dividida en varios niveles, en uno de ellos se encuentra Central Park y es un paraje perennemente helado en el que ningún ser humano puede entrar. Una gigantesca nave extraterrestre en forma de pirámide invertida sobrevuela la ciudad, en su interior conviven tres dioses del antiguo Egipto, Horus, Bast y Anubis (?) llegados a la tierra para librar a uno de ellos, Horus, de su condena a muerte. Tiene 7 días para poseer un cuerpo humano y engendrar un hijo, única forma de librarse de su condena y perpetuar su inmortalidad. El cuerpo escogido será el de Alcide Nikopol, un revolucionario condenado a 30 años de criogenización por luchar contra la corporacion Eugénics, una enigmática empresa especializada en genética y trasplantes de órganos de enorme influencia en la sociedad falsamente democrática que gobierna la ciudad.Paralelamente nos encontramos a la Doctora Turner, una investigadora científica que trabaja precisamente para Eugenics. De entre sus cientos de "sujetos de investigación" destaca Jill Bioskop, una extraña mutante de piel blanquecina y pelo azul que en realidad es una extraterrestre enviada a la tierra para experimentar los sentimientos típicamente humanos. Pronto las vidas de todos estos personajes se irán cruzando y entrelazando en una extraña historia de amor y deseo con tintes políticos.


Crítica tomada de:
http://sinpelosenlalengua-cine.blogspot.com/2007/05/immortel-ad-vitam.html

Basada en los cómics de la trilogía de Nikopol (La feria de los inmortales, La mujer trampa, Frío ecuador), Immortel (ad vitam) está escrita y dirigida por Enki Bilal, creador de la propia saga; con una estética a caballo entre El quinto elemento y Blade Runner, en la película confluyen androides, extraterrestres, paisajes retrofuturistas y, lo más sorprendente para todo aquel que (como yo) no conozca la saga original, divinidades egipcias.

Y es que Immortel (ad vitam) nos sitúa en el New York del 2095. Sobre Manhattan aparece una gigantesca pirámide flotante; en su interior, los dioses Anubis y Bastet despiertan a Horus de su hibernación, concediéndole su última semana de inmortalidad antes de que el dios deba cumplir su castigo.

7 días, el latido de un dios.

Horus no perderá el tiempo: necesita encontrar un cuerpo humano compatible con el que fecundar a una mujer muy especial, de piel nívea y cabellos y lágrimas azules, una de las pocas elegidas que pueden albergar la semilla de un dios. Mientras tanto, la cápsula de hibernación de Nikopol, el héroe de la fallida revolución, sufre un accidente y cae a la tierra un año antes de que se cumplan sus 30 años de sentencia. ¿Será el cuerpo de Nikopol el continente perfecto para los planes del dios Horus?

Como decía, la estética de Immortel (ad vitam) no tiene mucho de original, si bien no deja de ser impactante y efectista. Y es que, desde Blade Runner, toda película de sci-fi que se precie ha dejado atrás los impolutos decorados de Star Wars o 2001: una odisea del espacio, para nutrirse de ese conglomerado de edificios sucio y perturbador creado por Ridley Scott: Dark city, El quinto elemento, Natural city, Matrix, 12 monos, Minority report, Renaissance, Días extraños, Equilibrium... Son sólo unos pocos ejemplos de una larga lista de deudores que coinciden en emular la estética de la mejor película de ciencia ficción de la historia del cine y que, junto a un entorno social opresivo en la línea de 1984 de George Orwell, se ha convertido en las baza más segura para el éxito. Pero, volviendo a la película en sí, debo decir que ésta me ha sorprendido gratamente; su poco más de hora y media ha transcurrido con inusitada rapidez, sobretodo a raíz de un guión tremendamente original y cautivador, y unos efectos especiales que, en líneas generales, son bastante buenos.

Digo en líneas generales porque, así como sus decorados estáticos (es decir, sus fondos) son de una belleza y de una riqueza de texturas admirables, sus personajes animados dejan bastante que desear, recordándonos más a la introducción de un juego de ordenador (y no de última generación, precisamente), que a una película futurista contemporánea. Así que, curiosamente, y en contra de lo que viene siendo habitual, Immortel (ad vitam) se salva en gran medida por su interesante trama y por la consecuente interrelación de sus personajes.

Entre los escasos actores de carne y hueso que podemos encontrar, hallamos a Linda Hardy (Jill), Thomas Kretschmann (Nikopol) y Chalotte Rampling (la doctora Elma Turner), los cuáles interactuarán con un amplio elenco de personajes animados como el senador Algood, el detective Froebe, el propio Horus, o el enigmático John. Pese a que ninguna de sus actuaciones es estelar (el mejor, sin duda alguna, es Thomas Kretschmann), logran huir de los clichés y convertirse, en mayor o menor medida, en individuos con cierto carisma, lo cual siempre es de agradecer, por lo que el desarrollo de la trama se desenvuelve con solvencia, deseándonos saber más sobre ese oscuro mundo que se nos muestra.

¿Lo peor? Sin duda, ciertos efectos de animación, que por suerte son parcheados por unos diálogos más que respetables, aunque pienso que quince minutos más de metraje no le hubieran hecho daño alguno a la película. Por otro lado, en determinados momentos Immortel (ad vitam) parece desfallecer, tornándose demasiado intimista, por lo que puede que alguno eche en falta algo más de acción, si es que no tiene suficiente con los bellos decorados que enmarcan a los personajes. Y, cómo no, su principal lacra es el hecho de no desvelarnos en ningún momento el motivo del castigo de Horus, si bien, como él mismo advierte a Nikopol, mis razones van mucho más allá del interés humano.

Recomendable. Eso sí, ver la película te obliga a buscar los cómics desesperadamente.

1 comment:

Eloy Santillán said...

Todavía no he visto la película.
Por lo que decís del argumento, es mucho mas simplista que el de la historieta.
Es mas, los personajes, así como sus historias y motivaciones cambian bastante.
Si no te molestan algunas escenas desagradables (con bastante sangre), y ciertos aspectos algo bizarros, te recomiendo leas el comic.
El desarrollo de la historia y los personajes es muy interezante, lo objetable (para mi gusto) es... esos finales franceses, es decir, la falta de climax final.