Uncensored version
sottopelle (bajo piel) por varaneurotika
Sottopelle, de Dani Montella.
Sottopelle ho veleno che scorre. Vene blu. Sono maligne. Le strapperei una per una dai polsi e le ingoierei a forza. C'è qualcosa di crudele che scivola lezioso appena dietro le unghie. Serra la trachea. Alzo le mani verso la luce, le vedo. Le studio. Le osservo. Le capisco. Pallide pallide e tutte ossa. Coperte. Che quasi si muovono. Ho un liquido che mi si dilaga dentro, stacca la pelle dal corpo. Tessuti lacerati. Perdo la vita. C'è aria, fra la pelle e me, si sta gonfiando tutto. Ho il sangue scoperto. Gli spifferi mi fanno rabbrividire. Sottopelle qualcosa mi sta spogliando. Sarò un pezzo di carne che sanguina. Con gli occhi. E la vita al di sotto di essi che se ne va. Seni straziati che perdono inchiostro e labbra nere immonde. Non è una metafora. Immagino solo in bianco e nero. Ma vedo coi colori. Per pensare devo stringere le palpebre. Quando il veleno mi toglierà la pelle mi cadranno anche quelle e non potrò più dormire. Vedrò in eterno la luce, la polvere seccherà le lacrime. Staccherò ogni fibra per smettere di soffire. Finirò in un angolo cieca e nudissima. Riderò. Già rido. Pensavo fosse un'eco, pensavo fosse un film, uno spettacolo di varietà, vaudeville, felicità rappresentata perché altrimenti non si riconosce. Invece ero io. A prepararmi per il mio funerale. Voglio una tomba di ebano. Sottopelle. Qualcosa. Sono in un angolo e sto per morire. Hai mai pensato che forse ti amo? Perchè mi accarezzi e sono liscia, e sotto ho schifo che trasuda e può infettarti. Stai attento. Hai mai capito che ti odio? Forse ti bacio. Forse vomito. Vedo conati. Forse ti faccio morire soffocato nel mio vomito. Poi ti chiedo scusa perchè ti amo. O forse no. Il veleno confonde i pensieri. Non devo farmi più. Ma è tutto così bello. Quando mi illudo. La vita è così dannatamente, fottutamente, perdutamente triste. E quando ho veleno sottopelle penso che sto morendo e sono contenta. Magari ti porto con me. Ci faremo per sempre. Ti piacerà. Saremo strafatti e scoperemo e godremo come pazzi, perchè siamo noi e noi siamo imbattibili. Il marcio mi illude. Ma io voglio credergli con tutto quello di integro che mi rimane. Meglio un'illusione che questo. Questa parete lercia. Questa vita di piume che volano e fuggono. Non ho niente se non il momento in cui un ago mi trafigge il cuore e io libero -- libero/me. Mamma mi tiene per mano e io ho sei anni e ho i codini.
Ho dodici anni e lei non è morta. Sono libera e posso avere tutto. Rinchiusa fra sbarre immaginarie, incatenata e senza ossigeno, con i pensieri che si annebbiano e la testa che mi scoppia, e una voce che urla 'basta, basta, basta' io sono davvero libera. È quello che sono. Ho sfidato arpie e rapaci per essere così. Non voglio altro. Posso avere quello che voglio.Sottopelle.Questa sensazione di viscido che non posso lavare. Questo orrore. Questo tunnel nero di cui io intravedo la soglia. Tubo catodico. Un giorno sarò in televisione. Sarò una stella. Avrò una bellissima piscina, mi siederò ogni sera sul bordo e mi farò, e tu sarai con me, e sarem scoppiare o talmente felici che ci sembrerà di scoppiare. Tanta felicità non basterà per i nostri soli corpi. Si spanderà. Sarà luce su di noi. Saremo bellissimi. Stelle sul bordo di una piscina. Ricchi famosi e vuoti. Saremo luridi bastardi, viscidi vermi, squame decomposte. Peccatori. I peccatori più incantevoli di tutti. Mi guarderai negli occhi. E mi dirai che mi ami. Come lo dici prima di fare pompini ad un represso padre di famiglia. Come lo dici quando sto per salire sull'auto di uno stronzo per lasciargli godere illusi, vuoti, persi, derelitti. Moribondi. Scandalosamente in.na.mo.ra.ti... Liberami. Fatti spazio su di me. dell'unico buco che non mi sono fatta da sola. Sarà come lo dici sempre. Ma noi saremo belli. Saremo ricchi, Taglia le nuvole. Facilitami la strada. Non so più camminare. Cado? Volo? No. Vado giù. Taglia la terra per me. Sposta i vermi che ci sono sul cammino. Ho qualcosa. Nessuno può tenermi mentre cado.Sottopelle c'è piombo. Affondo.
(Si chiamava Sara. Questo è stato il suo ultimo pensiero prima di morire per overdose, il 15 Maggio del 2006.)
Bajo piel, de Dani Montella.
Bajo piel corre el veneno. Venas azules. Son malignas. Las arrancaré una por una de las muñecas y las ingeriré a la fuerza. Qué tiene de cruel que se deslicen afectadas justo detrás de las uñas. Prieta la tráquea. Alzo las manos hacia la luz, le veo. Le estudio. Le observo. Le comprendo. Pálidos pálidos todos los huesos. Encubiertos. Que casi se mueven. Tengo un líquido que se propaga por dentro, despega la piel del cuerpo. Tejido desgarrado. Pierdo la vida. Hay aire, entre la piel y yo, se está inflamando todo. Tengo la sangre al descubierto. La corriente de aire me hace temblar. Bajo piel hay algo que me despoja. Seré un pedazo de carne que sangra. Con los ojos. Y la vida que hay debajo de ellos. Pechos desgarrados que pierden tinta y labios negros inmundos. No es una metáfora. Imagino solo en blanco y negro. Pero veo en color. Para pensar tengo que apretar los párpados. Cuando el veneno me quite la piel caeré con ella y no podré dormir jamás. Veré eternamente la luz, el polvo secará mis lágrimas. Arrancaré todas las fibras para dejar de respirar. Terminaré en un rincón ciega y desnuda. Reiré. Ya río. Pensaba que era un eco, pensaba que era una película, un espectáculo de variedades, vodevil, felicidad interpretada pues de lo contrario no se reconoce. En su lugar era yo. Preparándome para mi funeral. Quiero una tumba de ébano. Bajo piel. Algo. Estoy en una esquina y voy a morir. ¿Alguna vez has pensado que quizás te amo? Porque me acaricias y soy servil, y debajo siento un asco que transpira y puede infectarte. Ten cuidado. ¿Alguna vez te has dado cuenta que te odio? Tal vez te beso. Tal vez vomito. Tengo náuseas. Tal vez voy a morir ahogada en mi vómito. Después te pido disculpas porque te amo. O tal vez no. El veneno confunde los pensamientos. No tengo nada más que hacer. Pero es todo tan hermoso. Cuando me hago ilusiones. La vida es tan malditamente, jodidamente, desesperadamente triste. Y cuando tengo veneno bajo piel pienso que estoy muriendo y soy feliz.
¡Ojalá! Te llevo conmigo. Lo haremos siempre. Lo disfrutarás. Seremos exagerados y follaremos y gozaremos como locos, porque somos nosotros y nosotros somos invencibles. La podredumbre me invade. Pero quiero creer en todo aquello que todavía me mantiene intacta. Mejor una ilusión que esto. Esta pared sucia. Esta vida de plumas que vuelan y se van. No tengo nada, excepto el momento en que una aguja me atraviesa el corazón y soy libre – me libera. Mamá me coge de la mano y tengo seis años y llevo coletas. Tengo doce años y ella no está muerta. Soy libre y puedo tenerlo todo. Reclusa entre unos barrotes imaginarios, encadenada y sin oxígeno, con los pensamientos que se nublan y mi cabeza que estalla, y una voz que grita “basta, basta, basta” soy realmente libre. Es lo que son. Desafié arpías y aves de presa para ser como ellas. No quiero más. Puedo tener aquello que quiero. Bajo piel. Esta sensación viscosa que no puedo lavar. Este horror. Este túnel negro desde el que entreveo el Umbral. Tubo de Rayos Catódicos. Un día saldré en televisión. Seré una estrella. Tendré una bellísima piscina, me sentaré cada noche en el borde y lo haré, y tú estarás conmigo, y seremos tan felices que parecerá que estemos a punto de estallar. Tanta felicidad no bastará para nuestros únicos cuerpos. Se expanderá. Se encenderá una luz sobre nosotros. Seremos bellísimos. Estrellas en el borde de una piscina. Ricos, famosos y vacíos. Seremos sucios bastardos, viscosos gusanos, escamas descompuestas. Pecadores. Los pecadores más atractivos de todos. Me mirarás a los ojos. Y me dirás que me amas. Como lo dice un reprimido padre de familia antes de que le haga una mamada. Como lo dice cuando estoy a punto de salir del coche de un idiota para que le permita gozar del único agujero que no he hecho por mí misma. Será como dices siempre. Pero nosotros seremos bellos. Seremos ricos, ilusos, vacíos, perdidos, abandonados. Moribundos. Escandalosamente e.na.mo.ra.dos… Libérame. Haz un hueco encima mío. Corta las nubes. Facilítame el camino. No sé caminar más. ¿Caigo? ¿Vuelo? No. Voy a bajar. Corta la tierra para mí. Desplaza los gusanos que haya en el camino. Tengo algo. Nadie puede cogerme mientras caigo. Bajo piel hay plomo. Me hundo.
(Se llamaba Sara. Este ha sido su último pensamiento antes de morir por sobredosis, el 15 de Mayo de 2006.)
Traducción: Marta Brucart.
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