Thursday, June 14, 2012


LAS COSAS, MUCHAS VECES, SON MÁS SENCILLAS DE LO QUE APARENTAN


Ángel Muñoz, 2 prólogo a Dead Zone (o falso epílogo).




Siempre me ha parecido una falta de respeto con o hacia el lector contar, en un texto previo titulado prólogo, lo que más adelante se va a encontrar. Asimismo me resulta inservible, por no decir estúpido (bueno ya está dicho), la función de un epílogo en cualquier libro.  
¿Para qué sirve un prólogo si su tarea no es la de aportar algo más al contenido que precede? 
¿La función del epílogo solamente es para alabar lo magnífico que es el poemario o la novela de fulanito de tal, cuando siquiera se ha tomado la molestia (el escritor del susodicho epílogo) de leer en profundidad o meterse en la piel del propio autor? 
Son premisas que con el paso del tiempo he ido adquiriendo, y a pesar de que trato de evitarlas no puedo dejar de caer, aunque sea mínimamente, en la tentación. Prueba de ello son las líneas que trazo sobre la obra de Lucía de Fraga, su aportación a este DEAD ZONE, tan magnífica como arriesgada. Sin embargo, sí quise dejar la puerta abierta a cualquier interpretación del lector. Interpretación perfectamente válida como la mía. 
Sin más circunloquios no quiero, erróneamente, centrarme en los poemas de Vara, sacar mi visión y plasmarla aquí sin ningún miramiento. Esa tarea se la dejo a aquellos capaces de entender los versos y permitirse el lujo de aclarárnoslos, pues no todo el que lee poesía sabe lo que lee muchas veces. Yo no soy de esos, mi mástil no es el de esclarecer. Es preferible, por lo menos bajo mi humilde punto de vista, plantearse lo siguiente: ¿quién es este señor?, ¿quién es Vara y qué intención tiene con todas las tareas que afronta a través de su editorial NEURÓTICA BOOKS?
Vara es un ente que desde que estoy anclado en el mundo blogger tiene un deseo muy claro. Y ese no es otro que el de provocar al lector. Provocar mediante aspectos que algunos podrían tachar, quizá, de escandalosos, pero aspectos que a ti, a mí y al vecino de enfrente le interesan, aunque sea por puro morbo, y usando esa canal de comunicación, tan válido como otro cualquiera, mueve la cultura e incluso, no sé si consciente o inconscientemente, va mucho más allá: hurgar en aquellas mentes atrofiadas por una sociedad de consumo empeñada en etiquetar todo lo que se le pone por delante, y lograr un mínimo de remordimiento con el que nos planteemos si las formas que estamos usando para salir de los escaparates son las adecuadas.
Ver que esas opiniones tan placenteras, realmente, están ahí en cada uno de los proyectos que afronta este señor multidisciplinar afincado en Cataluña, no es algo fácil. Lo jodido de todo es que habrá mucha gente que no se sienta interesada por esta labor. Allá ellos.
No vale ver el morbo del sexo, la rabia del dolor en el amor o desamor en sus versos o en las interpretaciones de los poemas de Lucía. No, eso no es suficiente.
Es tan obvio como ponerse a leer y a continuación pensar. Sí, has oído bien, pensar. No es tan difícil, créeme.
Las cosas, muchas veces, son más sencillas de lo que aparentan. Se lo dice un tuerto.

Ángel Muñoz


Foto: Paola Klug de Meza
 
Dead Zone 
(Un poema original de J.M.Vara)

Hay noches densas como el semen del último amante que resbala entre tus muslos.
Hay noches que después de follar desearías pegar un tiro al jodido cabrón que inventó el cuento del amor romántico.
El tipo me folló con furia durante un par de horas,
supongo que la coca era de buena calidad.
La coca explotó en mi cerebro junto al Jack Daniels.
Todo explotó.
Me ató con los cordones de sus zapatos y las fundas de las almohadas.
Luego, me metió sus calzoncillos en la boca para amortiguar los gritos.
El cabrón pensaba que iba a gritar.
Pensaba que nunca lo había hecho antes...
...era un perfecto gilipollas.
Sudaba, sudaba y respiraba con dificultad.
Notaba su polla enorme como a punto de explotar sobre mi culo.
Le ponía a mil.
A todos los tíos les pone.
Hay noches densas como el semen saliendo del agujero del culo
después de que un camionero te follara sin pensar ni en sus hijos ni en su mujer.
Te follara
como nunca había follado.
Con una hija de puta como yo.
Sabéis, a veces, pienso que no soy de este mundo,

a veces, pero sólo a veces, me encierro en mi "dead zone"
sólo para intentar escapar de la mediocridad.
El sexo es sólo eso,
una vía de escape que al final se ha vuelto adicción.
HAY NOCHES QUE MATARÍA POR SENTIR EL DOLOR DE LA PRIMERA VEZ.
HAY NOCHES QUE MATARÍA...
hay noches que querría tener polla para follaros a todos y cada uno de vosotros,
machistas insensibles de mierda...
hay noches densas como el semen resbalando por mi cara,
desde mi boca.
Hay noches densas en la "dead zone".
Kill yourself is a crime.
Hay noches.
Semen.
Hay.

DEAD ZONE
(Una reinterpretación de Lucía Fraga)

Hay noches en las que hasta Dios se hace desear,
Entre olor a sexo y a saliva desde mi “Dead Zone”,
Cuando el cielo arde en llamas y en mi coño ya no cabe
Más inocencia pervertida y profilaxis.

Aquel tipo que olía a sudor me la metió hasta la nuca,
Con babas en la boca que me rozaban la piel
Después de atarme a la cama y deleitarse con el olor de mi vulva.
Primero me tapó los ojos con mi propio sujetador,
Creyendo el muy imbécil que me hacía un descubrimiento.
Después me ató con sábanas rotas y me amordazó con la braga
y empezó a sonar el “clic”de una máquina fotográfica.

Hay noches en las que hasta Dios se hace desear,
Entre olor a sexo y a saliva desde mi “Dead Zone”,
Cuando el deseo explota y laten todas las arterias
Regándose de sangre y a humedad el sexo.

Su respiración agitada se acercó a mi cuerpo,
Pegando el objetivo de la cámara casi a mi coño.
Empezó a masturbarme y me metió dos dedos
Ocasión que no desaprovechó para fijar en el automático,

Mientras se los chupaba y seguía excitando mi sexo
Que se abría ante la cámara impúdico, húmedo y deshonesto.
Flor de carne humana convertida en delirio y deseo.

Hay noches en las que hasta Dios se hace desear,
Entre olor a sexo y a saliva desde mi “Dead Zone”,
Cuando nuestras ansias crecen por encima de nuestros cuerpos
Y nos convertimos en esclavos de la llamada del fuego interno.

Aquel tipo no quería que gritase,
Por eso mientras me follaba a cada brutal embestida
Me tapaba la boca con la misma mano con la que paseaba a su hija.
Yo necesitaba sentir ese dolor donde empieza el placer,
Como un desgarrón palpitante en lo más profundo,
Por eso daba golpes pélvicos contra su cuerpo
Y gemía y me retorcía de gusto para llegar más hasta él.

Hay noches en las que hasta Dios se hace desear,
Entre olor a sexo y a saliva desde mi “Dead Zone”,
Cuando el cuerpo se hace animal en celo
Y no hay reglas ni cortesía que guardar.

Se corrió en mis tetas y, entonces,
Le quise matar, porque es algo muy propio de los tíos
Ir a echarlo donde les parece mejor o

Les pone más a cien.
Entonces, me desató y me abalancé sobre él.
Desgarrón de huevos, mezcla de sangre y semen.
Me escapé desnuda con mi ropa y su cartera.

Hay noches en las que hasta Dios se hace desear,
Entre olor a sexo y a saliva desde mi “Dead Zone”,
Cuando los hombres se masturban en los retretes
Pensando en la chica de la mesa de al lado.

Tenía una foto de sus tres hijas con su mujer.
Yo me fui a la parada del bus insatisfecha
Buscando otra pieza para matar.
Llevaba la camisa abierta sin sujetador
Reluciente de semen y de sudor.
Me pareció el tipo adecuado.
Un ejecutivo, un señorito andaluz repeinado.

¿Quieres correrte en mi boca y gritar en mi zona?
No sabía que sería de dolor.
No soy una guarra, ni una zorra
Tan sólo una hembra caliente
En busca de un amante
Que la mate de placer.
Porque del dolor nace el placer más infinito.

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