COMUNIDAD VIGILIA: LA ENTIDAD DEL DELIRIO.
Del libro que atesora como parte de sí nuestro hombre conocido como Hezskha Lauzone.
Del libro que atesora como parte de sí nuestro hombre conocido como Hezskha Lauzone.
Capítulo II: Paralísis Permanente (El Diablo)
Alguien
estaba allí. No conseguía despertar. Sólo conseguía ver a Hecate, como una gran
sombra en forma de loba, y aquella carta en su boca. Algo le aprisionaba el
pecho. La perra le mordía hasta las entrañas, pero él era incapaz de de
despertar. Alguien lo
arrastraba.
Lo torturaba. La marea subía. Notaba cómo el agua iba cubriendo su cara. Mas no
podía despertar su cuerpo. Autodefensa, lo llamaban. Para no autolesionarte en
tu propio sueño.
Fotografía: Xtr3O
A
pesar de todo, de esos tres cortos minutos que duraría la parálisis, Lauzone
pudo evadirse a la cueva de Hecate. Ella se lo llevo a rastras en su boca. La
Carta ya estaba sobre la mesa. La había escogido entre Bourbon y Bourbon. El
presente. El Diablo. La manipulación, el engaño, el sadismo y la miseria.
Fotografía:
Xter3O
el bálsamo del cuerdo,
el elixir del trastornado,
la poción del perturbado.
Y entre sus piernas
el por qué del trauma,
el veneno de las ratas,
el líbrame del mal.
Fotografía:Xtr3O
Se
despertó en un lugar desconocido. Todos
parecían alegres. Vestían igual. No entendía nada. Buscó a Hecate, pero sólo
vio una mujer morena que ni de lejos vestía su belleza. Preguntó dónde estaba.
Todos se rieron. Menos él, claro. Empezó a ponerse muy nervioso. Buscó su ropa.
No la encontró por ninguna parte. Le dijeron que se la darían luego. Pensó que
había liado una buena, que estaba en la trena o algo así. Llegó la hora de la
comida. Vio el postre y supo inmediatamente
dónde estaba. Y entonces, comprendió todo. Recordó el espejo, recordó el
Diablo. Y comprendió que nunca resolvería el puzzle. No sin la tercera carta.
Golpeó
todo. Estuvo atado dos semanas, Perdió la razón. Perdió a su loba. Perdió su
futuro. Lo había perdido todo.
Descompuesto,
sin fosa donde caerte muerto,
sin tu cajita de órganos y huesos,
sin el beso de tu escarabajo.
El dolor se agrava cada madrugada,
tus pesadillas son tropas de gusanos
y se extienden por tu cerebro,
descompuesto.
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