Saturday, March 12, 2016

MI PEQUEÑO LÉOLO


Mi pequeño Léolo
Texto: Raquel Delgado
Música: Luis José Fernández
Proyecto: Bad Karma
Óptika Orgánika: José Manuel Vara


Texto:

Mi pequeño Léolo, me hallo sostenida en la cuerda floja. Soy como aquella funámbula que caminaba a gran altura entre atisbo y reflexión. Sueño contigo, por eso sé que soy. Me fascina empaparme de esa riqueza oculta en tus silencios, silencio en el que me reflejo, ahora que ya no digo nada. Se precisa inteligencia y sensibilidad para descifrar los pequeños oasis en los que eres a pesar de lo que te rodea. Simplemente eres, y eso justifica cada bocanada de aire que tragas a regañadientes. Sabes? Porque sueño, yo tampoco lo estoy. Porque me alejo del murmullo y las sombras como tú de la cotidianidad.
   Cada noche le pongo un nombre a un grillo, y espero que se quede junto a mi cama, pero los grillos desaparecen cada vez que rechino los dientes, así que cada mañana amanezco sola, y busco con empeño otro más grande, más hermoso, y lo bautizo con un nuevo nombre, pero la noche es cíclica, como los grillos y sus nombres, como los sueños y los miedos, como yo, cíclica de entrañas para arriba, cíclica y rota, muerta por momentos, encerrada en un cuerpo prestado lleno de agujeros negros por los que me cuelo de vez en cuando y me rindo al placer de la otra realidad, la que algunos llaman paranoia. Son estúpidos! no entienden de dimensiones fragmentadas, no conocen la dualidad del titiritero, ni han paladeado la incertidumbre en plena metástasis orgásmica.
   La metáfora Léolo, el secreto está en la metáfora, como cuando digo que me llueven las entrañas, como cuando rechino los dientes, o invento palabras que por su cacofonía resultan más elocuentes que su aburrida morfología.
   Allí, en el otro lado, he creado un refugio frondoso en el que paseo desnuda. Tengo un manantial de versos no dichos, y de vez en cuando invoco la silueta de quien en pocas ocasiones me nombra para invitarlo en secreto a nadar en él. Le dibujo los besos que podrían ser y no son, pero las siluetas no saben bailar piel con piel y poco a poco el manantial va perdiendo brillo. Me aterra que un día se seque, por eso no digo, por eso callo los versos que podrían ser y no son, por eso sueño.
   Pinto a brochazos miradas improvisadas para no salir corriendo cuando nuestras bocas se encuentren cara a cara y decidan comerse hasta la asfixia, tal vez en el otro lado, en el paréntesis de los sueños excelsos. Me busco en el yo del otro lado que no soy, pero podria.
   Tú supiste encontrarme y ahora tu mundo me lleva a conocerme desde dentro, a reconocerme en tus paisajes, siempre al filo entre locura y ensoñación.
   A veces es preciso enloquecer para no perder la cordura, por eso sueño Léolo, por eso sueño... Para no sentir las ausencias que me hacen pequeña, para no rendirme ante la posibilidad de desfallecer, sin embargo cada día sueño menos, sueño menos y tengo miedo, porque quien no sueña, quien no ama, vive muerto y yo no quiero morir.
   Apenas queda un hilo de aire, apenas las pupilas dilatadas, apenas el recuerdo de unos labios que me hacían soñar... pero ya no Léolo, ya no.
   Tal vez ya no esté aquí, tal vez me haya liberado del estigma, de la camisa de fuerza, del bozal de perro, no sé, no importa, me siento libre, ahora soy, en el otro lado, libre, soy, y te escribo sin manos, y te nombro a tientas, y te sueño. Léolo, de nuevo sueño.
   Léolo, mi pequeño Léolo, no te rindas, huye, huye más allá del fotograma, impregna de versos el blanco, de besos a Bianca, de ti al resto. Sueño, ... sueño, ... Hay que soñar, Léolo, hay que soñar. 


Proyecto Bad Karma
Dedicado a Luis,
que mató a su tumor cerebral en diciembre del 2015.
"Se te recuerda, primo"
 


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