Armagedón*
(El poema que señala el fin de los tiempos)
Introducción: La llamada
¿Dios?...
¡Oh, Dios!, ¿sigues estando ahí?...¡DIOSSSSSSSSSSS!
(Pausa de silencio)
Un sonido sucio, apagado,
Un rumor de discusión, un ladrido,
Luego: la inquietud de una botella vacía rodando por el suelo,
Por el suelo de una habitación muerta,
La luz mortecina en un lavabo apocalíptico
Donde yacen millones de almas arrojadas a la fuerza,
-llamémosle problema relativo a las vísceras-,
Y el hombre que se arrastra por el suelo
Sorbiendo desesperadamente las gotas de whisky
Que copulan con la moqueta.
Ya sabemos que es un acto que denota vileza,
Pero el hecho es que está ahí, delante mismo de nuestros deseos,
De nuestro crimen de ser humanos.
Y el hombre de nuestra habitación sigue lamiendo su vergüenza,
Su pudor,
Su insatisfacción,
Su hedor social,
Su misticismo amputado en aras de la ciencia del confort,
Purgando su odiosa dependencia al dios de nuestra era,
Que enfundado en trajes a medida,
-trajes de aparente poder-,
Lo observa todo desde la sucia silla de un director de banca.
Mil relojes bramando,
La cloaca apestando
Y los reptiles arrastrándose por infernales catacumbas,
Pasillos de metro atestados de insatisfacciones
Y sudor de soledad,
De miseria,
De ilusión de invulnerabilidad,
De deseo sexual,
De muerte,
De no necesito pensar,
No necesito…
Y el escarabajo de oro que se oculta,
Se oculta, oculta. Sé.
No sé.
Las crucifixiones vuelven a estar de moda,
Los yonquis, los parricidas, la inmundicia, los parias, el desespero,
Todo se consume, todo se absorbe, todo se asimila…
Tiempo… Suero,
El suero que nos mantiene vivos como zombis comatosos,
Y la eterna pregunta en la boca de los parias: ¿sientes algo?
(Pausa de vómito)
El televisor al fondo,
El zumbido en los oídos,
La metamorfosis en el alma,
Los álbumes de fotos cubiertos de telarañas,
La enciclopedia haciendo juego con el color del mueble del comedor,
El sonido de las tragaperras en el bar,
Los autómatas integrados en el asiento de al lado.
“¡Oye, sí tú… oye, sí… hazme caso… voy a hacer…!”
“No me importa una mierda lo que hagas o lo que dejes de hacer”
…Muérete cabrón, hijoputa, bastardo, Ser Humano,
¡MUÉRETE!
Pues yo ya he muerto hace más de mil años.
Recuerdo… recuerdo…
Sí, fue en los orígenes de nuestro Tiempo
Cuando el verbo se hizo carne
Cuando Jesús nos desafió muriendo por amor
¿Puede haber pecado mayor?
(Pausa de reflexión)
Los otros, los Otros… los Otros Grandes Jueces,
Muchas miserias en miserables y diminutas bocas,
Bocas con el carmín corrido,
Distorsionado,
Carmín color frustración, mediocridad y millones de cosas peores.
Y el hombre de la habitación
Comienza a sentirse infinitamente mejor,
Etéreo, místico, Divino,
Y todo por el hecho de haber encontrado un poso olvidado
En una botella de licor ancestral
Perdida bajo un montón de ropa sucia,
Me refiero a neuronas, calcetines, axones, calzoncillos.
Un puto trago:
COMUNIÓN
LA VIDA PUEDE SER INCREÍBLEMENTE HERMOSA en un segundo etílico,
De fondo, un crujir acompasado de muelles en el piso de al lado,
Y cientos de miles de padres y madres maltratando a sus hijos,
Abandonando a sus animales predilectos en ciudades lejanas,
-áridos desiertos de NoAmor-
Y los manipuladores noticiarios asfixiándote a la hora de comer
Haciéndote sentir un ser infinitamente Afortunado,
Un SemiDios en ConsumoCity,
Un Voyeur del Dolor Ajeno:
Los nazis alemanes vuelven a la carga contra los turcos,
Muere al tirarse desde una ventana tras matar a su mujer,
Dos africanos viajan 16 días ocultos en un contenedor,
Cinco desparecidos en un naufragio,
Querella contra 12 empresarios por vertido de aguas contaminadas,
Protesta por un centro de toxicómanos,
Hacienda embarga a un parapléjico
Para, para, para qué, qué, qué… ¡puta MIERDA!
(Pausa pausa pausa pausa dolor en el vientre)
Y la pregunta: ¿por qué dices tantas veces la palabra puta?
(Pausa pausa pausa pausa por el placer de parar de una puta vez)
La música de fondo me apacigua,
-Whistle in the Wind, de Tom Waits-
Me inunda de esos banales pensamientos positivos que tanto odio
Mientras la pareja de al lado se promete amor eterno
¿Eternidad?
¡Oh, Dios mío… otra vez tú!
¿Sabes?. Me estoy empezando a hartar
Y me atraganto con tus recuerdos
Con tus caricias
Con tu perfume
Con tus sueños
Porque, en el fondo,
Eres la última persona a la que desearía ver ahora,
Al menos con vida.
El dolor manifestándose en cada uno de tus orgasmos,
My sweet lady Jane
¿qué tal, cómo lo llevas?
¿le has puesto mi nombre a tus hijos?
Por favor, suplícame que te deje en paz
(Pausa por dolor anímico)
E, inevitablemente, la negrura acaba engulléndolo todo,
Y el sonido del cristal al romperse contra el suelo…
CLINCKKKKKK… CLINCKKKK… CRAAAAACKKKKK…
Interzona: Los Presagios.
Sangre en la planta del pié después de acariciar el vidrio,
No hay rastro del dolor,
Dolor,
Caída,
Reinado de la Voz Interior,
Y todo comienza con un susurro.
Sí, debió suceder así,
En una sucia y desesperada noche a punto de coagularse,
La cuarta en una serie repetida de diez,
Menopausia y dejadez cohabitando en el piso de abajo,
Y las eternas manchas
Manchas enormes de Humedad, Sangre, Semen, Sudor, Religión,
El carnaval del asco caminando a cuatro patas,
Simbolismo arcaico de la enajenación mental africana
Y el fantasma del paludismo acudiendo a la consulta
De tu dentista favorito.
Sí, debió suceder así,
El eterno yonqui de amor vomitando
En la trastienda de su penúltimo fracaso,
La anticipación,
El Mescal,
Suero de Olvido,
Del Redescubrimiento,
El Brebaje Suicida que sólo ingieren los Locos,
Presumidos funambulistas demacrados por la falta de sinceridad.
Y el desastroso estandarte de las generaciones futuras,
Que sucumben bajo las fauces del dios Hastío,
Se adivina perecedero,
Mustio, Acabable, Caduco.
De fondo, como siempre, la patética fotografía
De esas mismas generaciones llorando
Porque desconocen el significado de la palabra Dolor
Y de las palabras:
HAMBRE
HECATOMBE
HOMBRE
MUJER
CORDÓN UMBILICAL
Y la dentadura postiza del Hacedor
Sigue pudriéndose en el vaso de cristal.
Y la mujer reclama su costilla
Y un Eclipse de Razón,
Y 50.000 razones más para advertir siniestros presagios
En un Cielo Color Insatisfacción,
Color Necedad,
Color Podredumbre,
Color Coitus Interruptus.
Y, desde el fondo de la cloaca de almas
La vieja y gorda rata sigue enseñándonos los dientes,
Agujeros negros que conducen al mundo interior,
Al mundo de la succión,
De la intransigencia,
Del desgaste.
¿Acaso hemos caído en las fauces de la diosa Envidia?
Una vez más, una vez más, una vez más,
Es la eterna súplica
Que configura nuestro demacrado universo espiritual.
Y la muerte muriendo por penúltima vez
Al lado del papel higiénico habitual.
Y el inicio de la sabiduría:
“siento que es inútil soñar”
Y el eco amargo del suicida de los viernes
Levantándose la tapa de los sesos
Al amparo de la penumbra que proporciona la Incomunicación.
La foto de Ian Curtis,
La sombra de la soga contra la pared,
Una película de Herzog,
Esposa e hija muriendo un poquito por dentro
Y, como conclusión:
La embriaguez que provoca la visión de ese cuadro de Goya
“el sueño de la razón produce monstruos”
Los monstruos amándonos por error,
Error,
Espermatozoide más óvulo igual a quiebra de la homeostasis,
Y el Hacedor que se hace una paja con chinchetas en las manos
Y la Humanidad y su Jodido Orgullo
Y la Humanidad
Y la Mierda
Y la Distorsión
Y el Coágulo Bendito
¡Hijo de Puta!, ¿No tenías nada mejor que hacer?
Y la Maldición se extiende a Ti y a Tus descendientes,
Tus criaturas,
Tus delicados inventos con apariencia humana
Y mente de demonio.
Los pedos del vecino me hacen bajar de la nube,
Debe ser una Nueva Era,
La era del Armagedón:
Doscientos eunucos lanzándose a la vía del tren,
Y el tren que se niega a parar,
Chirriar de ruedas,
Criminal, in crescendo,
Gritos y la muerte copulando con dios mientras sonríe,
Puesto que la sonrisa disimula,
Corrompe,
Corrompe y disimula
Y se deja caer por supuesta ingravidez.
Y como epílogo
Las llamas consumiéndome,
Las mismas llamas que una vez creé-
¿Epílogo?
Vagabundo 1: “Dios no existe… y si existe, necesita una mujer”
Vagabundo 2: “Me gustaría que si hubiera Dios fuera mujer. Y que esa mujer fuera lesbiana”.
Vagabundo 1: “¿Por qué?”
Vagabundo 2: “Cuestión de sensibilidad, supongo”.
Vagabundo 1: “Por cierto, ¿te queda algo de ginebra?”.
Vagabundo 2: “Lo siento, no queda nada”.
(El poema que señala el fin de los tiempos)
Introducción: La llamada
¿Dios?...
¡Oh, Dios!, ¿sigues estando ahí?...¡DIOSSSSSSSSSSS!
(Pausa de silencio)
Un sonido sucio, apagado,
Un rumor de discusión, un ladrido,
Luego: la inquietud de una botella vacía rodando por el suelo,
Por el suelo de una habitación muerta,
La luz mortecina en un lavabo apocalíptico
Donde yacen millones de almas arrojadas a la fuerza,
-llamémosle problema relativo a las vísceras-,
Y el hombre que se arrastra por el suelo
Sorbiendo desesperadamente las gotas de whisky
Que copulan con la moqueta.
Ya sabemos que es un acto que denota vileza,
Pero el hecho es que está ahí, delante mismo de nuestros deseos,
De nuestro crimen de ser humanos.
Y el hombre de nuestra habitación sigue lamiendo su vergüenza,
Su pudor,
Su insatisfacción,
Su hedor social,
Su misticismo amputado en aras de la ciencia del confort,
Purgando su odiosa dependencia al dios de nuestra era,
Que enfundado en trajes a medida,
-trajes de aparente poder-,
Lo observa todo desde la sucia silla de un director de banca.
Mil relojes bramando,
La cloaca apestando
Y los reptiles arrastrándose por infernales catacumbas,
Pasillos de metro atestados de insatisfacciones
Y sudor de soledad,
De miseria,
De ilusión de invulnerabilidad,
De deseo sexual,
De muerte,
De no necesito pensar,
No necesito…
Y el escarabajo de oro que se oculta,
Se oculta, oculta. Sé.
No sé.
Las crucifixiones vuelven a estar de moda,
Los yonquis, los parricidas, la inmundicia, los parias, el desespero,
Todo se consume, todo se absorbe, todo se asimila…
Tiempo… Suero,
El suero que nos mantiene vivos como zombis comatosos,
Y la eterna pregunta en la boca de los parias: ¿sientes algo?
(Pausa de vómito)
El televisor al fondo,
El zumbido en los oídos,
La metamorfosis en el alma,
Los álbumes de fotos cubiertos de telarañas,
La enciclopedia haciendo juego con el color del mueble del comedor,
El sonido de las tragaperras en el bar,
Los autómatas integrados en el asiento de al lado.
“¡Oye, sí tú… oye, sí… hazme caso… voy a hacer…!”
“No me importa una mierda lo que hagas o lo que dejes de hacer”
…Muérete cabrón, hijoputa, bastardo, Ser Humano,
¡MUÉRETE!
Pues yo ya he muerto hace más de mil años.
Recuerdo… recuerdo…
Sí, fue en los orígenes de nuestro Tiempo
Cuando el verbo se hizo carne
Cuando Jesús nos desafió muriendo por amor
¿Puede haber pecado mayor?
(Pausa de reflexión)
Los otros, los Otros… los Otros Grandes Jueces,
Muchas miserias en miserables y diminutas bocas,
Bocas con el carmín corrido,
Distorsionado,
Carmín color frustración, mediocridad y millones de cosas peores.
Y el hombre de la habitación
Comienza a sentirse infinitamente mejor,
Etéreo, místico, Divino,
Y todo por el hecho de haber encontrado un poso olvidado
En una botella de licor ancestral
Perdida bajo un montón de ropa sucia,
Me refiero a neuronas, calcetines, axones, calzoncillos.
Un puto trago:
COMUNIÓN
LA VIDA PUEDE SER INCREÍBLEMENTE HERMOSA en un segundo etílico,
De fondo, un crujir acompasado de muelles en el piso de al lado,
Y cientos de miles de padres y madres maltratando a sus hijos,
Abandonando a sus animales predilectos en ciudades lejanas,
-áridos desiertos de NoAmor-
Y los manipuladores noticiarios asfixiándote a la hora de comer
Haciéndote sentir un ser infinitamente Afortunado,
Un SemiDios en ConsumoCity,
Un Voyeur del Dolor Ajeno:
Los nazis alemanes vuelven a la carga contra los turcos,
Muere al tirarse desde una ventana tras matar a su mujer,
Dos africanos viajan 16 días ocultos en un contenedor,
Cinco desparecidos en un naufragio,
Querella contra 12 empresarios por vertido de aguas contaminadas,
Protesta por un centro de toxicómanos,
Hacienda embarga a un parapléjico
Para, para, para qué, qué, qué… ¡puta MIERDA!
(Pausa pausa pausa pausa dolor en el vientre)
Y la pregunta: ¿por qué dices tantas veces la palabra puta?
(Pausa pausa pausa pausa por el placer de parar de una puta vez)
La música de fondo me apacigua,
-Whistle in the Wind, de Tom Waits-
Me inunda de esos banales pensamientos positivos que tanto odio
Mientras la pareja de al lado se promete amor eterno
¿Eternidad?
¡Oh, Dios mío… otra vez tú!
¿Sabes?. Me estoy empezando a hartar
Y me atraganto con tus recuerdos
Con tus caricias
Con tu perfume
Con tus sueños
Porque, en el fondo,
Eres la última persona a la que desearía ver ahora,
Al menos con vida.
El dolor manifestándose en cada uno de tus orgasmos,
My sweet lady Jane
¿qué tal, cómo lo llevas?
¿le has puesto mi nombre a tus hijos?
Por favor, suplícame que te deje en paz
(Pausa por dolor anímico)
E, inevitablemente, la negrura acaba engulléndolo todo,
Y el sonido del cristal al romperse contra el suelo…
CLINCKKKKKK… CLINCKKKK… CRAAAAACKKKKK…
Interzona: Los Presagios.
Sangre en la planta del pié después de acariciar el vidrio,
No hay rastro del dolor,
Dolor,
Caída,
Reinado de la Voz Interior,
Y todo comienza con un susurro.
Sí, debió suceder así,
En una sucia y desesperada noche a punto de coagularse,
La cuarta en una serie repetida de diez,
Menopausia y dejadez cohabitando en el piso de abajo,
Y las eternas manchas
Manchas enormes de Humedad, Sangre, Semen, Sudor, Religión,
El carnaval del asco caminando a cuatro patas,
Simbolismo arcaico de la enajenación mental africana
Y el fantasma del paludismo acudiendo a la consulta
De tu dentista favorito.
Sí, debió suceder así,
El eterno yonqui de amor vomitando
En la trastienda de su penúltimo fracaso,
La anticipación,
El Mescal,
Suero de Olvido,
Del Redescubrimiento,
El Brebaje Suicida que sólo ingieren los Locos,
Presumidos funambulistas demacrados por la falta de sinceridad.
Y el desastroso estandarte de las generaciones futuras,
Que sucumben bajo las fauces del dios Hastío,
Se adivina perecedero,
Mustio, Acabable, Caduco.
De fondo, como siempre, la patética fotografía
De esas mismas generaciones llorando
Porque desconocen el significado de la palabra Dolor
Y de las palabras:
HAMBRE
HECATOMBE
HOMBRE
MUJER
CORDÓN UMBILICAL
Y la dentadura postiza del Hacedor
Sigue pudriéndose en el vaso de cristal.
Y la mujer reclama su costilla
Y un Eclipse de Razón,
Y 50.000 razones más para advertir siniestros presagios
En un Cielo Color Insatisfacción,
Color Necedad,
Color Podredumbre,
Color Coitus Interruptus.
Y, desde el fondo de la cloaca de almas
La vieja y gorda rata sigue enseñándonos los dientes,
Agujeros negros que conducen al mundo interior,
Al mundo de la succión,
De la intransigencia,
Del desgaste.
¿Acaso hemos caído en las fauces de la diosa Envidia?
Una vez más, una vez más, una vez más,
Es la eterna súplica
Que configura nuestro demacrado universo espiritual.
Y la muerte muriendo por penúltima vez
Al lado del papel higiénico habitual.
Y el inicio de la sabiduría:
“siento que es inútil soñar”
Y el eco amargo del suicida de los viernes
Levantándose la tapa de los sesos
Al amparo de la penumbra que proporciona la Incomunicación.
La foto de Ian Curtis,
La sombra de la soga contra la pared,
Una película de Herzog,
Esposa e hija muriendo un poquito por dentro
Y, como conclusión:
La embriaguez que provoca la visión de ese cuadro de Goya
“el sueño de la razón produce monstruos”
Los monstruos amándonos por error,
Error,
Espermatozoide más óvulo igual a quiebra de la homeostasis,
Y el Hacedor que se hace una paja con chinchetas en las manos
Y la Humanidad y su Jodido Orgullo
Y la Humanidad
Y la Mierda
Y la Distorsión
Y el Coágulo Bendito
¡Hijo de Puta!, ¿No tenías nada mejor que hacer?
Y la Maldición se extiende a Ti y a Tus descendientes,
Tus criaturas,
Tus delicados inventos con apariencia humana
Y mente de demonio.
Los pedos del vecino me hacen bajar de la nube,
Debe ser una Nueva Era,
La era del Armagedón:
Doscientos eunucos lanzándose a la vía del tren,
Y el tren que se niega a parar,
Chirriar de ruedas,
Criminal, in crescendo,
Gritos y la muerte copulando con dios mientras sonríe,
Puesto que la sonrisa disimula,
Corrompe,
Corrompe y disimula
Y se deja caer por supuesta ingravidez.
Y como epílogo
Las llamas consumiéndome,
Las mismas llamas que una vez creé-
¿Epílogo?
Vagabundo 1: “Dios no existe… y si existe, necesita una mujer”
Vagabundo 2: “Me gustaría que si hubiera Dios fuera mujer. Y que esa mujer fuera lesbiana”.
Vagabundo 1: “¿Por qué?”
Vagabundo 2: “Cuestión de sensibilidad, supongo”.
Vagabundo 1: “Por cierto, ¿te queda algo de ginebra?”.
Vagabundo 2: “Lo siento, no queda nada”.
Nota del autor:
*Armagedón es un término bíblico que aparece en una ocasión en Biblia (en el libro del Apocalipsis, capítulo 16, versículo 16). Se refiere generalmente al fin del mundo o al fin del tiempo, mediante catástrofes en varias religiones y culturas.
Armagedón para las distintas religiones
Cristianismo
En la literatura apocalíptica cristiana (Apocalipsis), Armagedón o Har-Mageddon es el lugar de la batalla en donde se congregan los ejércitos de los reyes de la Tierra para hacer guerra (incitada por el Dragón (Satán)) y conducida por la Bestia, contra Cristo y sus ejércitos del cielo, y donde Jesús saldrá vencedor, siempre de acuerdo al relato bíblico.
La palabra armagedón deriva del monte Megido (Har Megiddo en hebreo), el sitio donde ocurrió la célebre batalla de Megido (en el siglo XV a. C.) y otras dos más en los años 609 a. C. y 1918.
La batalla del Armagedón se llevará a cabo justo antes del milenio (reinado mesiánico en la tierra de mil años). La bestia se reunirá en Megido para luchar contra Dios, pero será derrotada por Jesucristo y sus ángeles, arrojando por último al anticristo junto con el falso profeta, al lago de fuego, mientras Satanás será atado en lo profundo del abismo por el tiempo que dure el reinado de Jesús y sus santos en la Tierra.
Al final del milenio, el diablo será liberado por un breve periodo, para que éste, en un último intento, salga a engañar a todas las naciones de la tierra representadas por Gog y Magog y que están bajo el gobierno milenial de Cristo para incitarlas a la guerra, peleando una vez más contra Dios. El diablo será derrotado y lanzado al Lago de fuego y azufre en donde ya se encontrarán la bestia y el falso profeta (recuérdese que ellos fueron lanzados al comenzar el milenio (Ap. 19:20).
Ubicación Expertos modernos creen que el escritor del Apocalipsis se basó en el establecimiento de Megido, en el cual existía una poderosa fortaleza romana. Basándose en estos hechos, aquellos interpretadores señalan que Juan pudo haber pensado en la posibilidad de una gran lucha en las cercanías de Har Megido.
Adventistas del Séptimo Día
Sin embargo, los Adventistas del Séptimo Día tienen una interpretación diferente: la batalla final del Armagedón tendrá lugar después del período de mil años mencionado en el Libro de revelaciones, el período donde aquellos con Cristo, que han vivido o muerto a través de la Segunda Venida, aceptando su nombre reinarán con él en el Cielo. De acuerdo a esta afirmación, Cristo y sus santos (y el Reino Celeste donde ahora residen) bajarán a la Tierra, protegidos de los malvados. Cristo levantará a los muertos corrompidos y ambos lados se enfrentarán en una batalla final del bien y el mal. Satán y sus seguidores intentarán vencer a los seguidores de Cristo, pero serán superados por el poder de Cristo. Bajo su mando, Dios destruirá a Satán y los malvados de una vez por todas con un fuego arrasador. La Tierra será incinerada, siendo extinguido todo mal. Entonces, de acuerdo a los dos capítulos finales de la revelación, la Tierra será restaurada a su estado original anterior a la entrada del pecado en el mundo, siendo Cristo y sus santos redimidos declarados victoriosos.
Testigos de Jehová
El Armagedón no puede ser sencillamente un conflicto entre las naciones de la Tierra, pues Revelación 16:14 dice que “los reyes de toda la tierra habitada” forman un frente unido en “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. En su profecía inspirada, Jeremías anunció que “los muertos por Jehová” estarían dispersos “desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra” (Jeremías 25:33). Por lo tanto, el Armagedón no es una guerra humana que se libre en un lugar específico de Oriente Medio, sino que es la guerra de Jehová, y abarca todo el planeta.
Observe, sin embargo, que en Revelación 16:16 se llama al Armagedón un “lugar”. En la Biblia, “lugar” puede significar condición o situación; en este caso designa la situación en la que el mundo se une para oponerse a Jehová (Revelación 12:6, 14). En el Armagedón, todas las naciones de la Tierra se alían para luchar contra “los ejércitos que est[án] en el cielo” al mando del “Rey de reyes y Señor de señores”, Jesucristo (Revelación 19:14, 16). El cumplimiento de las profecías bíblicas demuestra que hemos estado viviendo en los últimos días de este sistema de cosas desde 1914.* La parte final de los últimos días estará señalada por un período al que Jesús llamó la “gran tribulación”. La Biblia no dice cuánto durará, pero las calamidades que sobrevendrán durante dicho período serán las peores que el mundo haya experimentado jamás. Esa gran tribulación culminará en el Armagedón (Mateo 24:21, 29).
Dado que el Armagedón es “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”, los humanos no pueden hacer nada para aplazarla. Jehová le ha fijado un “tiempo señalado”, y “no llegará tarde” (Habacuc 2:3). Cuando las naciones usen sus armas mortíferas para pelear unas contra otras y despues amenacen con destruir a los siervos de Jehová, el Hacedor de la Tierra tomará medidas en el Armagedón bíblico (Revelación 11:18). Esta guerra logrará lo que los hombres temerosos de Dios de la antigüedad solo pudieron tener la esperanza de ver: la vindicación de la gobernación legítima del Dueño de la Tierra, Jehová Dios, sobre toda su creación.
De modo que el Armagedón no es algo que deban temer las personas amantes de la justicia; antes bien, suministra una base para tener esperanza. Esta guerra limpiará de la Tierra toda la corrupción y maldad que vemos hoy, y abrirá el camino para un justo nuevo sistema de cosas bajo el Reino mesiánico de Dios (Isaías 11:4, 5). En vez de ser un fin catastrófico y espantoso, el Armagedón marcará un feliz comienzo para los justos que vivirán para siempre en una Tierra paradisíaca (Salmo 37:29).
*Armagedón es un término bíblico que aparece en una ocasión en Biblia (en el libro del Apocalipsis, capítulo 16, versículo 16). Se refiere generalmente al fin del mundo o al fin del tiempo, mediante catástrofes en varias religiones y culturas.
Armagedón para las distintas religiones
Cristianismo
En la literatura apocalíptica cristiana (Apocalipsis), Armagedón o Har-Mageddon es el lugar de la batalla en donde se congregan los ejércitos de los reyes de la Tierra para hacer guerra (incitada por el Dragón (Satán)) y conducida por la Bestia, contra Cristo y sus ejércitos del cielo, y donde Jesús saldrá vencedor, siempre de acuerdo al relato bíblico.
La palabra armagedón deriva del monte Megido (Har Megiddo en hebreo), el sitio donde ocurrió la célebre batalla de Megido (en el siglo XV a. C.) y otras dos más en los años 609 a. C. y 1918.
La batalla del Armagedón se llevará a cabo justo antes del milenio (reinado mesiánico en la tierra de mil años). La bestia se reunirá en Megido para luchar contra Dios, pero será derrotada por Jesucristo y sus ángeles, arrojando por último al anticristo junto con el falso profeta, al lago de fuego, mientras Satanás será atado en lo profundo del abismo por el tiempo que dure el reinado de Jesús y sus santos en la Tierra.
Al final del milenio, el diablo será liberado por un breve periodo, para que éste, en un último intento, salga a engañar a todas las naciones de la tierra representadas por Gog y Magog y que están bajo el gobierno milenial de Cristo para incitarlas a la guerra, peleando una vez más contra Dios. El diablo será derrotado y lanzado al Lago de fuego y azufre en donde ya se encontrarán la bestia y el falso profeta (recuérdese que ellos fueron lanzados al comenzar el milenio (Ap. 19:20).
Ubicación Expertos modernos creen que el escritor del Apocalipsis se basó en el establecimiento de Megido, en el cual existía una poderosa fortaleza romana. Basándose en estos hechos, aquellos interpretadores señalan que Juan pudo haber pensado en la posibilidad de una gran lucha en las cercanías de Har Megido.
Adventistas del Séptimo Día
Sin embargo, los Adventistas del Séptimo Día tienen una interpretación diferente: la batalla final del Armagedón tendrá lugar después del período de mil años mencionado en el Libro de revelaciones, el período donde aquellos con Cristo, que han vivido o muerto a través de la Segunda Venida, aceptando su nombre reinarán con él en el Cielo. De acuerdo a esta afirmación, Cristo y sus santos (y el Reino Celeste donde ahora residen) bajarán a la Tierra, protegidos de los malvados. Cristo levantará a los muertos corrompidos y ambos lados se enfrentarán en una batalla final del bien y el mal. Satán y sus seguidores intentarán vencer a los seguidores de Cristo, pero serán superados por el poder de Cristo. Bajo su mando, Dios destruirá a Satán y los malvados de una vez por todas con un fuego arrasador. La Tierra será incinerada, siendo extinguido todo mal. Entonces, de acuerdo a los dos capítulos finales de la revelación, la Tierra será restaurada a su estado original anterior a la entrada del pecado en el mundo, siendo Cristo y sus santos redimidos declarados victoriosos.
Testigos de Jehová
El Armagedón no puede ser sencillamente un conflicto entre las naciones de la Tierra, pues Revelación 16:14 dice que “los reyes de toda la tierra habitada” forman un frente unido en “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. En su profecía inspirada, Jeremías anunció que “los muertos por Jehová” estarían dispersos “desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra” (Jeremías 25:33). Por lo tanto, el Armagedón no es una guerra humana que se libre en un lugar específico de Oriente Medio, sino que es la guerra de Jehová, y abarca todo el planeta.
Observe, sin embargo, que en Revelación 16:16 se llama al Armagedón un “lugar”. En la Biblia, “lugar” puede significar condición o situación; en este caso designa la situación en la que el mundo se une para oponerse a Jehová (Revelación 12:6, 14). En el Armagedón, todas las naciones de la Tierra se alían para luchar contra “los ejércitos que est[án] en el cielo” al mando del “Rey de reyes y Señor de señores”, Jesucristo (Revelación 19:14, 16). El cumplimiento de las profecías bíblicas demuestra que hemos estado viviendo en los últimos días de este sistema de cosas desde 1914.* La parte final de los últimos días estará señalada por un período al que Jesús llamó la “gran tribulación”. La Biblia no dice cuánto durará, pero las calamidades que sobrevendrán durante dicho período serán las peores que el mundo haya experimentado jamás. Esa gran tribulación culminará en el Armagedón (Mateo 24:21, 29).
Dado que el Armagedón es “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”, los humanos no pueden hacer nada para aplazarla. Jehová le ha fijado un “tiempo señalado”, y “no llegará tarde” (Habacuc 2:3). Cuando las naciones usen sus armas mortíferas para pelear unas contra otras y despues amenacen con destruir a los siervos de Jehová, el Hacedor de la Tierra tomará medidas en el Armagedón bíblico (Revelación 11:18). Esta guerra logrará lo que los hombres temerosos de Dios de la antigüedad solo pudieron tener la esperanza de ver: la vindicación de la gobernación legítima del Dueño de la Tierra, Jehová Dios, sobre toda su creación.
De modo que el Armagedón no es algo que deban temer las personas amantes de la justicia; antes bien, suministra una base para tener esperanza. Esta guerra limpiará de la Tierra toda la corrupción y maldad que vemos hoy, y abrirá el camino para un justo nuevo sistema de cosas bajo el Reino mesiánico de Dios (Isaías 11:4, 5). En vez de ser un fin catastrófico y espantoso, el Armagedón marcará un feliz comienzo para los justos que vivirán para siempre en una Tierra paradisíaca (Salmo 37:29).
1 comment:
ahm... ¿apabullante?
me pilla con banda sonora
de killing joke
ni hecho aposta
***
shlm (que falta hace)
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