Friday, September 04, 2009

A la mierda, by la Judith


Tomado de:


Joder.Esta puta mierda la parí hace un siglo, en plena época de ataques de epilepsia.La he colgado por aquí y por allí. La última vez, aquí. Ni puto caso ni falta.A la mierda.

La carne quedó algo inerte, pidiendo estímulos algo más golpeantes; pero desprendidos, inimplicables: una llamada alocativa, afónica, de la que sólo alcanzan a sentirse los ecos disueltos, repartidos en flujo, cabalgando el brazo de las espirales, succionados y expulsados dentro y fuera de los nodos.
Una noche de tantas, sin más pistas que: cansancio y algo de retardo y picazón, de nuevo: el silencio se incorpora y estira del sitio, el rato se desencaja y lo pautado se descentra: ya no es nuevo; no lo esperaba, con todo, tan pronto.
Ahora bien, esta vez no para en ese extático sacar fuera estando dentro y dado vuelta, sino que retira una patita del dentro y deja otear fuera, y dado vuelta: capullos milipunteados más reales que lo real, un campo pleno de ellos porque no solamente lo llena sino que lo plenifica: cópula indisociable entre el espacio y la cosa, lo contenido y su contenedor, y entre eso así y el quién, de tal modo que ya no hay polos, sino una masa milipunteada, subdividida hasta lo infinitesimal y así y todo copulada y una, meridiana e hiperostensiva.
Inanidad puntuada a través del plasma delineado, se filtra, se sobrepasa, invierte, estira, retuerce para dar en [algo] ni inánico ni plásmico.
El sueño ha hablado con voz muda, y las instrucciones han aparecido, sin más. Al levantarme de la cama, no es solamente mi cuerpo lo que recorre el espacio de mi habitación (hacia el pasillo, luego hacia la cocina, de vuelta al pasillo...), gastando un tiempo irrecuparable, tiempo que, por lo demás, no parece trascurrir como debiera (tampoco las distancias, ni el proceso de desplazamiento, que padece elipsis, discontinuidades), sino que la usual materia delimitada por la piel y mucosas y acompañada por una percepción espaciotemporal que percibe desde un punto fijo y en sucesión lineal las cuatro dimensiones usuales está forzada, presionada por [algo], que no sabría decir si es otra materia, o bien fantasma, imagen mental, siquiera si algo de esto se le aplica, y que se [expande] y [contrae] dejando inalteradas las dimensiones espaciotemporales, [golpeando], como pugnando por salir, mi frente, y dejando que[algo] invisible se vierta [desde] las manos.
En el muro los engranajes fluyentes, de su lado, giran, se desplazan, retuercen, mutan, ocupan, maquinaria sin ejes ni función, sin creador ni usuario.
Del otro, espacio coloreado por los tonos de lo siempre Otro, espera quieta y paciente, tiempo pausado, reposo inalcanzable pero mantenido por lo incompromisable.
Juego infinito entre ambos, muro sin barrera y Otredad posibilitante pero sin condición ni para sí ni para lo posibilitado, lo cual, sin embargo, se refiere constantemente a Ella: el anhelo de la coloración de los engranajes interminables.
A despecho de la experiencia que bordea, no se puede sino seguir siendo. Los lazos son siempre ténues, prestos a soltarse hacia cualquiera de los lados, pero, mientras se mantengan, lo cósico ocupará los centros, las agrupaciones de flujos de haces.
Y en el regreso se nos ata de nuevo, con olvido, atenuación, centramiento, demanda. El entorno cabalga con una prestancia tanto mayor en tanto que ni siquiera la experiencia que bordea, el máximo y mínimo experimentar, deja de depender de su trote de fondo. Brota la pócima más radical, la que no tiene fuente ni sustancia; brebaje inconcebible, trago atragantado en tráqueas de largo recorrido, mercurio de colorines que expande contrayendo, que abre en su taponar. Qué hermoso sería sentir el propio cuerpo si todavía andase por aquí, si hubiera algo que sentir, pero...
Acorporalidad, evanescencia sin Otro reflejado, en el que reflejar, darse cuenta, sin saber, sin conocer, sin sentir, despojamiento de estructura inmanente, ahuyentamiento de toda trascendencia posible, salida de la virtualidad sin que se produzca actualización alguna, ni su llamado siquiera...
Se acabaron las preguntas sin que haya ni se espere contestación.
No hay mapas del infierno.
No hay puntos en el flujo sobre el abismo.
No hay inserción de diferencias, o bien éstas no juegan a la relevancia.
No hay cercos alrededor de lo subsumido por ello mismo, en ello mismo y (o) por sí mismo.
No hay instancias mediadoras, no hay relación, no hay con qué, por qué, para qué mediar.
No hay posibilidad.
No hay pregunta.
No hay no.
No hay.
No.
[No]Ni inmanencia ni trascendencia, ni en la apertura ni en el cierre, ni siquiera ante la sima. “Ni”...”ni”, tampoco como negación recursiva, tampoco elevadora.
Ni ser, ni ente, ni su diferencia.
No existe, no hay palabra, tampoco el no, tampoco existe, ni hay, ni palabra, y aún que esto no deje aparecer ninguna posibilidad, ninguna positividad, ninguna negatividad. [Nada] pinta [aquí] el pensamiento, ni un entendimiento infinito o divino, ni una intuición originaria sin mediación, ninguna supermente o supraespíritu, nada concebible de ningún modo, bajo ninguna forma, en cualesquiera grado de superlatividad o sofisticación.
Ningún camino, ninguna vía, no hay método, no hay tirada de dados, ni siquiera negar el camino, la vía, el método, la tirada: ni caos, ni cosmos, ni iluminación visionaria, ni sí, ni no, ni contrarios ni a favor.
Ninguna experiencia conductora ni extraviante.
[A]nfinoia. [a].

1 comment:

la judith said...

la judith, la judith... ¿de qué me suena esa chica? :P

gracias por hacerte eco, besssico & shlm