Sunday, February 15, 2015

CAPÍTULO 2. EL AKER (DIABLO): La Negación (6)



















   y la imagen estática de un niño llorando, quizá mi propio hermano o yo misma vestida con ropas de niño 

   o yo mismo, Hezskha Lauzone, la imagen estática de una niña llorando al ser secuestrada, arrebatada, quizá mi propia hermana o yo mismo vestido con ropas de niña

   Recuerdas. 

   Y recuerdas la luz negra que te impide ver lo que se oculta tras las personas que corren ataviadas con negras vestimentas, cencerros y grandes cuernos. Los diablos del hombre con la cara pintada de betún. Y llorabas. Y con el llanto vuelves a recordar que nadie te creyó, que nadie creyó en la existencia de aquel hombre de cara blanca pintada con betún negro. El demonio que se llevó a Mareva.

y recuerdas que no hiciste nada y recuerdas

   Veías que ella gritaba pidiendo ayuda como queriendo, deseando, anhelando que tú la salvases de aquel hombre malo que llevaba la cara pintada de betún. Y que se la llevaba a lo negro de la vida. Y tú no podías hacer nada, eras consciente de ello y esa conciencia fue la que te jodió hasta el tuétano toda tu vida futura o la apariencia de tu vida posterior. Eras pequeño. Demasiado pequeño para luchar cuerpo a cuerpo contra aquel gigante descomunal de dientes blancos como nieve y, además, tenías miedo, ese miedo infinito que caracteriza a los cobardes de largo recorrido. Como tú. Atleta consagrado de maratones de ansiedades profundas. trauma. Miedo. Cobardía. 

   y recuerdas que no hiciste nada y recuerdas que era un jodido cobarde de mierda y
 
   Los diablos de Luzón te devoraron el alma.

   y recuerdas que no hiciste nada y recuerdas que era un jodido cobarde de mierda y

   Los diablos de Luzón te volvieron loco. 
   Loco. A Hezskha  Lauzone.
   Perdido en el epicentro negro de ti mismo. 
   Negro. Como si te hubieran pintado el alma misma de betún. 

   y recuerdas que no hiciste nada y recuerdas que era un jodido cobarde de mierda y   
   y recuerdas que no hiciste nada y recuerdas que era un jodido cobarde de mierda y
   y recuerdas que no hiciste nada y recuerdas que era un jodido cobarde de mierda y

   Dejas de recordar. Alguien te habla. 
  Una voz densa como una tormenta que retumba dentro de tu cabeza y acalla los ecos de los fantasmas del pasado.
















Nota del autor acerca de los diablos de Luzón:
 
Un grupo ataviado con negras vestimentas, cencerros y grandes cuernos recorren las calles del pueblo uniéndose a los participantes del carnaval acosando y tiznando con hollín a todas las personas que se encuentran a su paso.



Los diablos de Luzón son considerados como uno de los mejores patrimonios histórico culturales de la provincia de Guadalajara, y reconocido como el mejor carnaval de toda la Alcarria, por lo que han sido considerados Fiesta de interés turístico provincial, no existiendo constancia escrita de una fiesta etnográfica más vistosa en todo Guadalajara, constituyendo una ancestral tradición revivida por la Asociación Amigos de Luzón. Se conservan documentos en donde se puede datar el origen de esta fiesta al siglo XIV, aunque se puede adivinar que habría que remontarse mucho más para averiguar el origen real de dicha tradición Oculta durante un tercio de siglo, debido a la pérdida de tradiciones como consecuencia de la inmigración a las grandes urbes por parte de la población rural, y a la censura de los carnavales por la dictadura franquista; perdida casi irreparable de no ser por la memoria de los mas ancianos que nos revivieron los rituales y vestimentas que hacían falta para una restauración de la fiesta. Los diablos, representan el lado carnal del carnaval, el aspecto demoníaco, aprovechando las luces y sombras del crepúsculo realizan su aparición con la irremediable intimidación hacia aquellos que los ven por primera vez y a aquellos otros que a pesar de haberlos visto todavía no tienen muy claro si debajo de las vestimentas hay realmente personas. Así los diablos solo respetan a aquellos que van disfrazados, o son mascaritas, donde estos disfraces actúan a modo de protección con respecto al acoso de los diablos; sin embargo, a todos aquellos que no participan activamente en el carnaval, los diablos los atacan manchándoles con su inigualable marca de hollín y aceite, provocando numerosas escenas de miedo, haciendo caso omiso a edad, cargo, sexo o religión. Antiguamente se celebraba la fiesta el domingo, lunes, martes y primer domingo de cuaresma, actualmente se celebra el sábado de carnaval, invitando la Asociación Amigos de Luzón, organizadora de los actos, a una merienda cena a todos los participantes, para superar el trance de la visita de los diablos.



La vestimenta de los diablos se compone de sayas y chaquetillas negras, el cinturón está recubierto por cencerros grandes, y en la testa unos cuernos de toro, todo el cuerpo visible está untado con una mezcla de hollín y aceite, manos, brazos y cara, en la boca una dentadura hecha de patata, y el calzado recubierto de tela negra, todo con la intención de resultar totalmente irreconocibles, finalidad que se consigue porque aquí el que teclea no fue reconocido ni por su propia madre.



Luzón buscó un valle para asentarse entre los ahora quemados pinares del antiguo Ducado de Medinaceli… por estas fechas, suele haber rastros de nieve en las umbrías de las empinadas calles, casi siempre en silencio. Esta quietud se rompe en carnaval cuando irrumpen en el pueblo una veintena de negras bestias con cuernos, son los diablos… el personaje del demonio está muy arraigado en la cultura popular y el carnaval, raro era el pueblo del Señorío de Molina en que no aparecían uno o dos diablos persiguiendo a la chiquilleríay arrojando ceniza a las mozas, también en los actos de la Loa a la Virgen de la Hoz (Ventosa) aparece el negro luzbel o en Setiles donde el día de los santos inocentes se hace el amo del pueblo.



En Luzón, los mozos acuden a vestirse a un lugar en principio secreto, se protegen la piel con cremas para luego tiznarse cara, cuello, brazos y manos de una mezcla de aceite quemado con hollín. Se visten con negras vestiduras una blusa y un faldón, en la cabeza unos enormes cuernos con almohadilla les serán atados a los hombros y la frente, todo ello tapado por un pañuelo hasta la nuca. Como remate, unos enormes cencerros llamados “trucos y cañones“ romperán el silencio de la tarde cuando los diablos bajen corriendo al caserío mordiendo un trozo de patata que les sirve para refrescarse.

Al llegar a la plaza, correrán entre las mascaritas y disfrazados asustando al personal y tiznando aquí y allá con su negro ungüento, sobre todo a las mozas. Una vez calmada la euforia, los diablos disfrazados recorrerán las frías calles al caer la tarde en una extraña e indefinible procesión que sólo se da en alguna pesadilla.

Tomado de:


Todas las fotos pertenecen a sus autores.


Gracias a Ana Curra por generar, de forma indirecta, este capítulo/versículo de la biblia personal delirante de Hezskha Lauzone.

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