Sunday, February 22, 2015

CAPÍTULO 2. EL AKER (DIABLO): La Negación (8)


   (...)

   ¿Quién dijo aquello de que de noche todos los gatos son pardos?. Mira, tío, a ver si alguien te pega un puñetazo en el estómago y te pones a vomitar agua con sal, o vino azucarado, o lejía lechosa, o néctar de melocotón pasado por agua avinagrada, o whisky barato, o muchas ganas de vivir a destiempo, o castillos de arena construidos por niños autistas, o lágrimas de humo, o náuseas inconscientes e involuntarias, o chorros a presión de desesperación, o canela adulterada con drogas de diseño, o bozales de plático hechos para adultos, o muñones de cristal para adornar las vitrinas del mueble del comedor, o maniquíes de cera caliente, o cerveza con extracto de suero fisiológico, o...
   Sí, es cierto, de noche todos los gatos son pardos. O, al menos, lo fueron.
   Voz de fondo: ¡ESTÁ AGUADO!¡TODO ESTO ESTÁ AGUADO!.
   Y es verdad, ya quedan muy pocas cosas que no estén aguadas; todo es un sucedanio, una copia imperfecta del original, una burda imitación, un esbozo hecho por un crío de apenas cuatro años de edad. ¡Así es la vida, amigo!.
   Let's go!

   (Bueno, bueno. Para el carro, quieres...¿quieres en serio que te llamen surrealista de los cojones, o payaso delirante, o escritor de mierda que no sabe ni lo que quiere contar, o imbécil?. No, desde luego que no, ¿verdad?. Pues, venga, ¡fúmate tus jodidas manos de una vez por todas!)

   Siguiendo con los desvaríos.
   debes seguir con ellos

   El letargo, el letargo, el letargo inducido por las benzodiacepinas.
  El otro día me presentaron a un tío de 27 años que, según parece, se meaba en la cama porque soñaba con monstruos propios de su etapa infantil. Como si se hubiera quedado anclado a su memoria mediante ganchos de carnicero. ¡Qué curioso!, ya quedan pocos como él.

   está claro que hoy no puedes escribir nada decente, por eso

   Me pego un tiro de cerveza.

   A veces se te va la olla, a veces

   Me pongo a pensar en esos bichos que reptan bajo las hojas de la lechuga, esos insectos, esos animales repugnanates que pasan media vida arrastrándose por el fango y por sus propios excrementos.  Sí, está claro, hablo de babosas, caracoles, lombrices, hombres y un sinfín innumerable de seres diminutos que pinesan que la vida sólo son veinte metros cuadrados de tierra, plantas esmirriadas y mierda en fermentación. No sé, no sé, pero pienso que todo esto cada vez se está volviendo más caótico, más difuminado, más incoherente. Pero, en el fondo, ¿qué hay más real que la propia incoherencia?¡Ah, por cierto!, ¿les he hablado de Luis?. Sí, es un tipo que conozco, uno de esos que suele afeitarse los domingos y que suele repetir aquello de: "la vida es un inmenso grano de pus. Sí, gigantesco. Y lo que más me gustaría sería reventarlo hasta dejarlo seco". ¡Un tipo curioso!. Y si le dejas hablar y le invitas a unos vinos lo más probable es que te suelte su particular filosofía vital a bocajarro: que si esto es así, que si aquello es una jodida mentira capitalista, que si el existencialismo de Sartre no es más que darse una vuelta el domingo por la tarde a través de las callejuelas del barrio Chino y dejarse follar por una puta, que no hay que lavarse porque si te lavas pierdes algo que te pertenece,

   la suciedad, el sudor, los granos infectados, la negrura característica de codos, rodillas, encías, las propias heces

   y así hasta que caigas de rodillas postrado a sus pies, y él se baje la bragueta de sus eternos pantalones de pana

   con restos de huevo adheridos a los bolsillos traseros y algo de mostaza

   y te diga: "¡Venga, hazme un buen trabajo!". Y, entonces, tú vas y le echas encima la comida del día anterior y él, sonriente, te lo agradezca con una palmadita en el hombre. Y tú no haces otra cosa que levantarte y echar a correr como si el mismísimo diablo te estuviera metiendo mano.

   Y las cosas podrían continuar resbalándote entre los dedos de las manos, pero decides que es mejor ponerse a escribir a máquina. Quizá hoy te salga algo bueno o, al menos, divertido. Pero no, amigo, nada de eso, hoy lo único que te sale es un grito agónico que llevaba oculto detrás de tu espalda mucho tiempo. Mucho. ¿Y de qué ha servido?¿esconder las cosas para que el Otro no se entere?¿meter la cabezaen la taza del wáter para que no vean que estás llorando?¿lavarte las manos 29 veces diarias?¿tomar todas esas pastillas diarias?¿ponerte a leer a Henry Miller y presumir de que puedes entender algo?¿refugiarte en tu biblia particular escrita por Garazi Gorostiaga, alguien que no sabes si tan siquiera es real?. Bueno, sí, quizás hay algo que si que llegas a entender. Aquello de que "el artista, el verdadero artista, lo que necesita es sentirse solo". Sentirse solo. ¿Qué quiere decir?. Quizá todo aquello de que estás en medio de la gente, pero no te dicen nada. No sientes nada cuando estás entre ellos y notas que te observan con sus labios postizos, y te sonríen en desgastadas muecas de asco perpetuo, y hablan con sus voces guturales, y te miran con sus ojos fijos en la pared, y te tocan con sus manos de escarcha, y te recuerdan que las cosas no pueden ser de otra manera, y todo aquello de que es bueno integrarse, meterse de cabeza en el agua aunque te de miedo porque un día, al zambullirte, casi te ahogas con un pez que se te metió en la boca. No, no hay que evadirse, no hay que dar vueltas alrededor de un punto central, hay que convertirse en kamikaze y escupirle al mundo en medio de los ojos de su locura compartida a nivel global. 

    “La verdad es que muy pocos de nosotros somos enfermos mentales. No digo que tú no lo seas. Por lo que yo sé tú estás.... ¡estás más loco que una cabra! Pero no estás aquí por eso, no estás aquí por eso, ¡no estás aquí por eso! Estás aquí por el Sistema. Ahí está la tele. Todo está ahí, todo esta ahí. Mira, escucha, arrodíllate, reza los anuncios. Ya no somos productivos, ya no nos necesitan para hacer cosas, todo está automatizado. ¿Para qué estamos aquí? Somos consumidores, Jim. De acuerdo, compra muchas cosas y serás un buen ciudadano, pero si no compras muchas cosas, si no compras ¿qué es lo que eres? Pregunto ¿qué? Un enfermo mental. Los hechos, Jim, los hechos. Si no compras cosas: papel de water, coches nuevos, batidoras computerizadas, artilugios sexuales eléctricos, sistemas de sonido con auriculares en el cerebro, destornilladores con dispositivo de radar incorporado, ordenadores activados por voz...” (*)

   Así de claro y así de blasfemo.


(*) Extracto del monólogo de Brad Pitt en 12 Monos.  
   
       

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