Frida con todo mi odio
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México cuenta con una sólida escena de performance que se parece mucho a lo que solía ser el rock en su nacimiento. Sus protagonistas trabajan por amor al arte y no al dinero, los performances se realizan bajo la premisa del do it by yourself, en cualquier cueva que sirva de escenario y sin compromisos comerciales que atenten contra su libertad de contenidos.
Frida Con Todo Mi Odio es una de ellas. Con menos de 25 años de vida pero no un gramo de pudor en el cuerpo, ha protagonizado acciones que escandalizarían a la Iglesia mucho más que cualquier canción de black metal. En La Virgen de la Lujuria se metió una cruz por el culo (después de vestirse de monja dominatrix) y en otra ocasión, se paseó desnuda por el Tianguis Cultural del Chopo mientras la gente le tomaba fotos con su celular.
Su debut tuvo lugar en la fiesta de un amigo en la que, incluso y como buena estrella, hasta salió con groupies.
“Terminando el performance se me acercó mucha gente a decirle que les había abierto los ojos con mi trabajo, entre ellos un tipo con el que me puse a platicar y terminé viviendo dos años con él”, recuerda.
Estudia arte en el INBA, pero Frida sostiene que la experiencia es quien le enseña a realizar performance, que a final de cuentas es eso: acción.
“El otro día platiqué con un tipo que había tomado no sé cuántos cursos, pero que en su puta vida había hecho un performance. ¿Dónde están tus ideas? ¿Tus sueños bizarros?, lo cuestioné”.
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en el Corredor Cultural del tianguis del Chopo
por Cristina de la Concha
El performance de Frida Con Todo Mi Odio impactó a la audiencia con una fuerte carga semántica en un histrionismo hábil, sedoso y voluptuoso, punzante.
El pasado 21 de agosto, en el Corredor Cultural del Chopo, a invitación del Colectivo Morvoz, Frida Con Todo Mi Odio acompañada de Mario presentó este performance.
En el pavimento gris, descalzos danzaron al ritmo de la relación humana, de esa relación que somete, que castiga, y aun se ama, ese vínculo de pasiones gozosas pero obnubilantes, con una palabra y sujetos por las cinturas. Plasmaron el intercambio humano de una pareja donde el hombre ama y somete, o, quizás, el intercambio cualquiera, de hermanos, de hijos y padres, que se aman y persiguen doblegarse, esa relación donde cada uno quiere todo para sí, o tal vez aquella entre socios de una empresa, o de ciudadanos con su gobierno, esa relación de poder, donde quien lo tiene pretende oprimir a quien se lo otorgó. Frida y Mario se deslizaban así, sobre sus pies, al compás del egocentrismo del ser humano, trazando sus vértices con el movimiento suave, sensual, rápido y abrupto, enérgico y sumiso, agresivo.
Ilustraron con susurros, plácido roce, miradas furibundas, desencajados rostros, con manotazos, gritos y gemidos, y con un solo vocablo, ese estira y afloja duro, perturbador, ese vínculo que hiere y no se quiere romper, que se desea, se disfruta no obstante que daña, o ese lazo que es imposible desbaratar, donde dicen ‘sí’ con su ademán, su gesto, su párpado entornado, mientras de su boca sale un desgarrante ‘no’, donde su cuerpo, su piel grita ‘sí’, pero su agria garganta expresa ‘no’, y, aunque unos guiños lánguidos o coquetos y brillantes insinúan ‘sí’, la voz vibra un contundente ‘no’...
Dibujaron, en unos minutos, en un sencillo performance, la complejidad de una discusión, de una polémica, de una negociación, una misma situación entre gente desde las más altas esferas hasta el nivel más bajo de la sociedad, con exactamente los mismos estiras, los mismos aflojes.
Una botella se estrelló en el piso marcando el rompimiento, y un abrazo, caricias, coronaron esa unión indisoluble, castrante.
Con el atado pasándoles por la cintura, se mantuvieron los actores durante todo el performance, Mario y Frida Con Todo Mi Odio, viéndose a los ojos, postrando sus labios húmedos unos contra otros, frotándose, caminaban, se estrechaban, se rechazaban, se empujaban. Se escupieron, se sobajaron. Se inspiraron. Avanzaban, volaban, se besaban, ella decía 'no', él la miraba ‘no’, ella pedía 'noo', él insistía 'no', ella lloraba 'noooo', él se violentaba '¡no!'. Un ‘no’ repitiéndose, un mismo ‘no’ como un tic tac, un segundo, un instante reiterado, igual, exacto, preciso 'no'. Ella trató de huir '¡no!', él la detuvo 'no', ella corrió '¡no!', él la asió 'no', ella imploraba '¡nooo!'. Cual objeto la tomó 'no', ella, frágil, intentaba zafarse '¡nooooo!', en sus brazos él la elevaba 'no', ella se resistía '¡no!'. Él se impuso ‘no’. Ella lo acarició ‘no’.
Tomado de:
viernes 5 de agosto de 2011
Con todo el amor "Frida con todo mi odio"
Como si la Ciudad de México viviera la milagrosa encarnación en su concepción contemporánea, ácida, decadente pero bella; "Frida con todo mi odio", brilla con luz propia dentro del inframundo de los (casi en su totalidad) miopes colectivos under-porno. Puede vérsela desfilar en actos de la mera exhibición de egos, como el entremés más delicado y en la mayor parte de sus presentaciones, rebasa por mucho a los que la presentan en su condición de protagonistas. No en vano, toma de forma sarcástica el nombre de "Frida", cuya simbólica representación en el ideario colectivo, se enfoca a la mujer que por antonomasia sufre la condición de mujer y de artista; Aquella, esa otra Frida, esposa del pintor garañón; resulta para el crítico y exquisito gusto: poco mujer y poco artista. "Frida con todo mi odio" denuncia en su seudónimo la falta de autenticidad de aquella otra y propone en su lugar; ésta vez sí; a la mujer y a la artista. Muchos de los lentes que hasta ahora la han fotografiado, pasarán desapercibidos de la escena del arte contemporáneo; miradas de sufriente miopía, se han dado el lujo de desdeñar la autenticidad de esta mezcla de musa-sirena-vikina. Para la que plumas, lentes y pinceles de alto nivel estético, honesto y humano, tienen aún mucho por mostrar, dando cuenta de su autenticidad, belleza y arte.
Mi amplio reconocimiento a su labor, su amistad y su colaboración; que en ella, vuelca todo un movimiento al futuro.
tomado de:
No hay luz
martes 19 de julio de 2011
Por: Frida Con Todo Mi Odio
No hay luz en Laureles.
El cielo es rojo
(¿será que siempre hemos estado bajo el infierno?).
Parece que va a amanecer pero apenas anochece.
Todo está más claro que nunca.
No hay por qué temer.
Nada me es desconocido.
Disfrutemos el silencio de nuestro pueblo.
Frida Con todo mi Odio: sus datos
tomado de:
Estado civil: Una relación
Vengo a: Amigos
Orientación sexual: Bisexual
Ciudad natal: pus mi casa
Figura: 200cm / Hay donde agarrar
Etnia: Latino/Hispano
Religión: De la Iglesia de la Cienciología
Signo: Escorpio
Bebo/fumo: Sí / Sí
Hijos: Algún día
Formación: No sabe, no contesta
Profesión: artista
Sueldo: Más de 200.000 euros
Recomendación altamente neurótika.
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