CRASH: UNA APOLOGIA DE LA DESTRUCCIÓN. RELACIONES ENTRE
CINE, PERFORMANCE Y BODY ART.
Jenny Marina Guerrero Tejada
revista de arte y estética contemporánea
Mérida - Enero/Junio 2009
El objeto de estudio de este artículo es la película Crash del director canadiense
David Cronenberg, filme en el que se establecieron las siguientes relaciones:
.- Con las ideas postmodernistas de Baudrillard, sobre todo las expuestas en su obra
La Transparencia del mal.
.- Con el body art cibernético de Stelarc por la presencia de imágenes en donde
están representadas de manera cuidadosa elaboradas prótesis.
.- Y finalmente por la reproducción de los accidentes fatales de artistas famosos, al
igual que por las circunstancias y lugares en los que se desarrollan los actos sexuales, se
estableció una relación con la performance.
PALABRAS CLAVE: Crash, postmodernidad, body art, performance, destrucción,
cuerpo, auto.
Abstract:
CRASH: A DESTRUCTION APOLOGY. RELATIONS BETWEEN MOVIE, PERFORMANCE AND
BODY ART.
The main idea of this article is about Crash movie directed by the Cannadian David
Cronenberg. In this film there were established the following relations:
.- With the postmodernists ideas of Baudrillard about everything exposed in his play:
“The evil’s transparence”.
.- With the cybernetic body art of Stelarc, because of the presence of images in
where prosthesis are represented in a very elaborated and carefully way.
.- Finally for the reproduction famous artist fatal accidents, in the same way
the circumstances and places in which the sexual acts are developed a relation was
established with the performance.
KEY WORDS: Crash, postmodernity, body art, performance, destruction, body, car.
CRASH: UNA APOLOGIA DE LA DESTRUCCIÓN. RELACIONES ENTRE CINE,
PERFORMANCE Y BODY ART.
Lic. Jenny Marina Guerrero Tejada
“La búsqueda de sentido tiene siempre un precio: procede por
elección y relación que habrían podido ser otras”
R. Welleck.
Crash es un filme que la narra la historia de un hombre que tras haber sufrido
un terrible accidente automovilístico se sumerge en mundo oscuro, en donde impera
la búsqueda de placer a través de las conexiones entre peligro, sexo y muerte. Ahora
bien, se propone una lectura de esta película desde la perspectiva de la historia del
arte, haciendo múltiples relaciones y analogías, con la performance, el body-art y con
las nuevas tendencias del arte contemporáneo que busca cada vez más, alejarse del
concepto de belleza y establecer nuevas e interesantes categorías estéticas como lo
grotesco, lo perverso y lo extremo, por nombrar algunas; siendo absolutamente trasgresor
y empleando lenguajes no convencionales.
Esta obra cinematográfica fue dirigida y escrita por el director canadiense David
Cronenberg en el año 1996, y está basada en la novela del mismo nombre de J.G.
Ballard escrita en el año 1973 y que podría considerarse como antecesora del ciberpunk.
Este término según Mark Dery (1995):
…empezó siendo un subgénero literario. Este…apelativo fue tomado del
cuento homónimo publicado por Bruce Bethke en 1983 y reutilizado por el
crítico y editor Gardner Dozois…para referirse a la ciencia ficción “extraña,
violenta y tecnológica” emergente en los años ochenta. ..(p.79)
Cronenberg, podría considerarse como un cineasta de la posmodernidad, sin
tener por ello la intención de encerrarlo en esta clasificación, pues si se compara la
temática de sus películas con lo que propone por ejemplo, Jean Baudrillard en su libro
La Transparencia del mal (1990) encontramos que hay elementos de este libro que se
reflejan en las obras cinematográficas de este director.
En este sentido, para poder encontrar qué tienen en común las ideas
posmodernistas de Baudrillard con las ideas propuestas por Cronenberg en sus películas,
es conveniente recordar de manera muy resumida algunas ideas expuestas en La
Transparencia del mal. En esta obra éste filósofo (para algunos profeta) nos dice
que la sociedad actual, es una sociedad del simulacro, de la apariencia, que ha
experimentado todo tipo de excesos, que no tiene valores y se encuentra en una etapa
de sobresaturación, en donde todo se ha banalizado y el sexo no es la excepción. Por lo
tanto, podemos decir que existen muchos rasgos de la posmodernidad en las películas
de este director canadiense; por ejemplo, en una de sus primeras obras Scanners (1980)
nos encontramos con la visión futurista de un mundo en donde lo único que al hombre
le interesa es dominar a los otros destruyéndolos por medio de poderes mentales para
obtener poder. En esta película existen imágenes violentas en las cuales el cuerpo
humano es destruido, desintegrado, es decir, como afirma las teorías postmodernistas
de Baudrillard desvalorado. Imágenes que se repiten en otros filmes como Videodrome
(1982) y La mosca (1986). En el caso de Crash, el cuerpo es transgredido en función del
placer, de la búsqueda de nuevas emociones, al igual que en Existenzes (1999), en donde
se crea una cavidad en la columna vertebral, “una biopuerta” con el objeto de poder
jugar, de vivir otros mundos más placenteros.
Podría afirmarse que todas estas películas tienen el sello de este director, porque
en ellas se patentiza su preocupación por el hombre, su inquietud por reflejar las crisis de
la contemporaneidad, pues apuntan a lo que ya somos o a lo que podríamos llegar a ser.
En Scanners seres capaces de destruir a los otros con el poder de la mente, En Existences
seres que se niegan a vivir en la realidad creando otras en donde se viven emociones
extremas y se encuentra el placer. Y en Crash seres que para llegar al máximo disfrute
sexual, necesitan sentir el peligro, la cercanía con la muerte.
Se seleccionó Crash como objeto de estudio porque a través de esta película,
se puede apreciar cómo se re-semantiza la figura del automóvil (símbolo primordial de
la industria moderna) al convertirlo en una metáfora del cuerpo. Además, Cronenberg
propone en esta obra fílmica una apología de la destrucción en donde las cicatrices,
las prótesis, así como los daños que sufren los automóviles toman un nuevo significado,
ya que se convierten en las huellas del placer y en el germen de una nueva estética del
horror, de lo extremo. De hecho, este director fue capaz de convertir en imágenes lo que
Ballard logró transmitir en su novela, una suerte de obsesión por encontrar belleza en la
fundición del hombre y la máquina, en donde ambos son más hermosos mientras más
destrozados estén.
Además se encontró una interesante relación de esta película con el arte no
convencional sobre todo con el body art, pues algunos personajes como “Gabrielle”
con sus particulares prótesis y su trasfiguración del dolor en placer, recuerdan la obra
de artistas como Stelarc o las espeluznantes performances de Chris Burden quienes
prácticamente buscan el umbral de la muerte a través del dolor.
PRESENCIA DE LO PERVERSO EN CRASH.
La perversión es un rasgo protagónico en esta película debido a que la podemos
observar no sólo como una característica de los personajes, sino también como una
categoría estética; es decir, que a lo largo del filme, observamos imágenes y personajes
que se salen del común por su violencia o crudeza, tal es el caso de las heridas
provocadas por los accidentes, y de las actitudes y conversaciones de los protagonistas
de este filme. Lo perverso, por lo tanto, también se patentiza, en la breve descripción del
perfil psicológico de los personajes principales:
• James Ballard: (interpretado por James Spader) hombre aparentemente normal,
que luego de sufrir un accidente automovilístico (en donde casi pierde la vida)
conoce a Vaughan quien se convierte en su maestro y le enseña a alcanzar
el placer, por medios no convencionales. Este personaje termina finalmente
encontrando satisfacción sexual sólo por medio del peligro.
•
• Catherine: (interpretada por Deborah Unger) Esposa de Ballard. Una mujer que
sólo busca placer y para ello, no sólo se entrega a su esposo, sino también
a Vaughan, convirtiéndose además en su alumna. Aprende a creer que los
accidentes automovilísticos son una liberación sexual.
• Vaughan: (Elias Koteas) Hombre que vive obsesionado por experimentar toda
la energía sexual, que según él, se desprende de los choques de autos. Este
hombre convierte a los accidentes automovilísticos en todo un espectáculo que le
despierta emociones. Él es el maestro, él enseña cómo se encuentra el placer.
•
• Helen Remintong: (Holly Hunter) mujer sobreviviente del accidente con Ballard, que
también se deja seducir por las enseñanzas de Vaughan y que no es capaz de
experimentar placer sexual fuera de un automóvil.
•
• Gabrielle: (Rossana Arquette) Sobreviviente de un terrible accidente automovilístico,
que la obliga a usar una serie de prótesis que le dan un aspecto terrible, pero que
sin embargo, la hacen sentir como un sex-symbol por no ser convencional. Ella por
su condición, despierta un gran deseo sexual en quienes la rodean.
Lo perverso también se manifiesta en el afán de poseer al cuerpo en una
situación especial, básicamente comprometedora de la moral y el orden social
establecido. Y en lugares públicos y poco usuales, por ejemplo, en un autolavado, al igual
que en estacionamientos y autopistas.
AUTOMOVIL Y CUERPO: SIMBIOSIS ENTRE HOMBRE Y MÁQUINA.
En Crash el cuerpo pasa a ser texto, es un vehículo de significados, transgredido
por la emoción estética que producen las cicatrices al ser una huella de la comunión
entre el hombre y la tecnología. Mientras que el auto es el medio del accidente, es el
instrumento tecnológico que no sólo proporciona placer sino que es dador de muerte,
entendida como el mayor disfrute que se pueda tener.
En esta película no sólo somos testigos de copulas entre seres humanos, sino
también entre autos. Esto se evidencia en la escena en donde luego del acto sexual
entre Vaughan y Ballard, el primero choca deliberadamente el auto de Ballard con el
objeto de propiciar una especie de copula entre los dos automóviles.
A través de los choques quedan grabadas en la piel, a modo de recuerdo, las
heridas de la unión entre hombre y máquina. Esto se patentiza en la figura de Vaughan,
para quien el sexo y los choques de autos habían consumado un matrimonio cuyo fruto
fueron las cicatrices, que pueden verse como la señal de un abrazo brutal con una
cabina hundida, con el parabrisas, o con una palanca de cambios (interpretada, en esta
película, como símbolo de la penetración fálica) y que constituyen un lenguaje de dolor y
sensaciones, erotismo y deseo.
El accidente, no sólo es una invitación a la muerte, sino que se convierte en un
detonador de la sexualidad que autorizaba cualquier perversidad, y en una experiencia
auténtica, extrema,en donde existe un enfrentamiento con el cuerpo que se presenta como el lugar del dolor. En fin, por medio de los accidentes automovilísticos se logra en esta película una copula de cuerpos desgarrados y partes de carros que son, a su vez, una apología del dolor y el deseo.
Quizá la idea de Cronenberg es mostrarnos la compenetración enfermiza y
dependiente del hombre con lo tecnológico, pues al personificar al auto en esta película
éste no sólo pasa a ser un personaje más, sino que se convierte en un instrumento que
utiliza los actos sexuales que se dan en él para engendrar una especie de androide mitad
hombre, mitad máquina. Es más, se puede afirmar que el auto se convierte en un fetiche
sexual, en una metáfora del cuerpo, es decir, que simboliza al cuerpo, es su extensión.
LOS ACCIDENTES AUTOMOVILÍSTICOS Y EL SEXO COMO PERFORMANCES.
En esta película tanto los accidentes automovilísticos como los encuentros
sexuales pese a que están actuados, gracias a su veracidad, permiten observar que en
ellos, se busca alcanzar lo sublime, entendido como lo grandioso, lo extraordinario; en
función de lograr conmover al espectador.
Esta película basada en la repetición de imágenes eróticas en las que el cuerpo
humano se mezcla o se confunde con las piezas metálicas de los automóviles, puede
considerarse como una serie de performances, porque el espectador establece una
relación de percepción con estas expresiones artísticas, que se abre a toda lógica;
también por el hecho de que las acciones que se desarrollan en este filme tienen al
cuerpo como su soporte mayor. Vale decir, que la performance, abarca al arte corporal
o body- art, surgido a finales de los sesenta y en pleno apogeo durante los setenta,
subgénero que nació también como consecuencia del arte conceptual, un arte que
rechaza el objeto artístico como algo material y mercantil a favor de un arte inmaterial
producto de la idea. El body-art concibe al cuerpo como una escultura intangible y
efímera. Es decir, que lo convierte en el soporte principal de la obra, razón por la cual sirve
como medio de expresión y manipulación. Manipulaciones que se llevan al extremo e
incluso pueden provocar graves lesiones, como ocurrió con los primeros body – artistas de
los años setenta y como las que se pueden ver en Crash.
En este filme de Cronenberg, se exalta la reproducción de los accidentes fatales
de James Dean o de Jean Mansfield, y se busca que el espectador no tenga una
contemplación estática, sino que se produzca en él una excitación sexual, pues a través
de la puesta en escena de situaciones extremas se lo desafía.
La escena que reproduce la muerte de James Dean como todo un show en el
cual participan pilotos que trabajan como dobles de cine y Vaughan como moderador,
es un ejemplo palpable de la presencia de la performance en Crash. Al igual que la
escena en donde los personajes a través del estudio de imágenes de accidentes de
automóviles y de la preparación de los detalles para el próximo espectáculo, presentan
el proyecto de lo que luego sería otra performance.
Ahora bien, si afirmamos que Crash está conformada por una serie de
performances, admitimos que detrás del director de este filme se evidencia una reflexión
y una semejanza con la performance, sobre todo en la escogencia de sus actores. En
este caso, seleccionó a las personas idóneas para esta obra cinematográfica, en la
cual estaba interesado en mostrar cómo experimentar una nueva sexualidad a través
del matrimonio entre violencia y deseo. Es por ello, que eligió cuidadosamente a los
intérpretes de sus personajes protagónicos, como a Elias Koteas (Vaugahn) quien por la
perversidad y la personalidad intrigante que transmite, cautiva al espectador y a James
Spader (Ballard) que le interesó no por su trabajo o fisonomía, sino por observar cómo
logró transmitir a través de la pantalla, la interacción entre un individuo anónimo y un
auto.
El propósito de algunas escenas de Crash; vistas como performances con la
salvedad de que se sabe, que en este género artístico todo lo que se ve es real, mientras
que en el cine no lo es; es llegar a morir de una manera grandiosa, consecuencia de
un orgasmo que traspase el umbral entre la vida y la muerte, que ya no es una pequeña
muerte, sino la muerte en sí. Es por ello, que en la escena final Ballard le dice a Catherine
“Quizá la próxima”.
De la observación de la propuesta artística de Stelarc quien ha desarrollado una
estética grotesca o “post-humana” para emplear un término de Dery (1995) en la cual el
artista es:
“ …un guía en la evolución, que extrapola e imagina nuevas
trayectorias…un escultor genético, que reestructura e hipersensibiliza el
cuerpo humano; un arquitecto de los espacios interiores del cuerpo; un
cirujano primigenio que implanta sueños y trasplanta deseos; un alquimista
de la evolución, provocador de mutaciones y transformador del paisaje
humano” (p.166)
Retomando lo expresado anteriormente, al detenernos a observar los body art
cibernéticos de Stelarc; es posible compararlos con el personaje femenino “Gabrielle”
de Crash, quien se ve forzada gracias a los múltiples accidentes de tránsitos sufridos y
no voluntariamente como el artista australiano, a usar una prótesis en su pierna, y una
especie de vestimenta semejante a la usada por los sadomasoquistas que la dotan de
una sexualidad muy extraña y fuerte y que aunada a sus gestos y a su particular manera
de caminar, le dan un aspecto parecido al de un androide, que hacen recordar algunas
de los proyectos artísticos de Stelarc.
APOLOGÍA DE LA DESTRUCCIÓN.
En esta obra cinematográfica, los cuerpos en donde se ven las señales de un
choque, o que han sido víctimas de la violencia son considerados bellos; es por ello que
el escritor de la novela Crash expresa, en primera persona.
“...por el espejo le vi los cardenales de la mejilla y el cuello, la boca
magullada que le desfiguraba la sonrisa nerviosa. Estas deformaciones
hacían más evidentes los elementos de la auténtica belleza de Catherine...”
(Ballard, 1979, p.187)
También en la escena que tiene lugar después de la del autolavado, y en la que
se observa cómo quedó el cuerpo de Catherine después de la copula con Vaughan,
se evidencia cómo Ballard contempla la desnudez de su esposa encontrándola más
hermosa, al ver que en ella se marcaban los dedos de su maestro, y al notar que parecía
una víctima de un accidente de tránsito.
En fin, el destruir permite un recomenzar; de hecho, en el caso de esta película
la destrucción que generan los accidentes de tránsito, dejan el sendero abierto a la
experimentación sexual, a la imaginación.
Crash le rinde culto a la destrucción, que se hace palpable no sólo a través de los
accidentes automovilísticos, sino en la desvalorización del cuerpo. En esta película tanto
los choques entre autos y el sexo se presentan como una puesta en escena, en donde lo
más importante es llegar a tener una muerte grandiosa, producto del éxtasis.
Es importante resaltar que Cronenberg en este filme re-semantiza al auto, y nos lo
muestra como el lugar del accidente y del placer, como un fetiche sexual, que se
convierte en una metáfora del cuerpo.
Ahora bien, es importante resaltar que para realizar esta lectura de Crash se
establecieron las siguientes relaciones en función de buscarle un sentido más lógico.
• Por su temática, con las ideas posmodernistas de Baudrillard, sobre todo las
expuestas en su obra La Transparencia del mal (1990).
•
• Gracias a la presencia de imágenes en donde están representadas de manera
cuidadosa elaboradas prótesis, se estableció una relación con el body art
cibernético de Stelarc.
•
• Y finalmente por la reproducción de los accidentes fatales de artistas famosos
como James Dean, y por el impacto que causan los violentos choques que
se ven a lo largo del filme. Al igual que por las circunstancias extremas y poco
comunes, en los que se desarrollan los actos sexuales, cuyo propósito es despertar
una fuerte emoción en el espectador, se relacionó Crash con la performance.
BIBLIOGRAFÍA
BALLARD, J.G. (1979) Crash. Barcelona: Ediciones Minotauro.
BASTÍN, G. (1979) Diccionario de Psicología sexual. Barcelona: Editorial Herder.
BAUDRILLARD, J. (s.f.) La Transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos. Barcelona: Editorial Anagrama.
DERY, M. (1995) Velocidad de Escape. La cibercultura en el final del siglo.
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