Saturday, June 05, 2010

A "Charo".

Tomado de:
http://hankover.blogspot.com/


Ha muerto, con menos de 3o años, Charo. Deja dos niños pequeños y a uno de los mejores poetas de este país: nuestro hermano José Daniel Espejo. Desde este cuaderno de bitácora: nuestro más sincero pésame y nuestras condolencias. El velatorio: en el tanatorio de Murcia: Arco Iris.


Os dejamos con el poema de José Daniel Espejo incluido en la antología Hank Over (Resaca), debajo de la fotografía, cogida del blog de Cristina Morano.



PAÍS ESTÓMAGO

Todavía mi estómago se inquieta si me acuerdo

de este hotel de que os hablo, en la montaña,

a las afueras de un pueblo, en el centro de Murcia,

el mejor y más barato si de lo que se trata

es de cebar a mil personas con gambas y cabrito

y hacerlos bascular con farlopa y reggaeton

hasta las últimas horas de la madrugada.

Pasé allí los fines de semana

a lo largo de dos años, por 10.000

la jornada, de entre 14 y 16

horas como candados. Y si cierro los ojos

veo mi uniforme de materiales indefinidos,

mi pajarita trucada. Y a todos nosotros:

40 camareros, 10 pinches de cocina ecuatorianos,

el maitre, el dj, los encargados,

los hijos de la jefa: ni un contrato,

ni la mínima promesa de un contrato,

y así que yo sepa hasta hoy. Y al tipo que echaron

por rajarse el pulgar con la máquina del embutido

y estropear un jamón. Y cientos de piernas

de cabrito de Nueva Zelanda ultracongeladas

puestas a remojo rosadas

flores de grasa etcétera. Recuerdo

muchas cosas más, pero no hace falta

sacar un inventario si tenéis la imagen

de una sórdida sweatshop de cabrito

de la puta Nueva Zelanda.

Por entonces yo estaba enamorado

y era minuciosamente infeliz, y no podía

odiarme más a mí mismo y al mundo

que cuando bajaba del tren el sábado y empezaba

la pesadilla de los platos. Y qué creéis,

que vino la poesía a salvarme, que el arte

compareció deus ex machina como Richard

Gere en Oficial & Caballero

para sacarme de allí? Oh, lo malo

de la vida es que pertenece

al género de la novela realista,

no a los libros de caballería ni a la Ci Fi

ni tan siquiera a la Serie Rosa. Sin embargo,

pensaba en Bukowski. Como siempre

que estoy en un hotel o algo peor,

pensaba en Bukowski y me decía

qué haría mr. Chinaski aquí metido

con todas estas lindas ayudantes

de cocina ecuatorianas, qué diría

de estos vestidos de tirantes y este tráfico

de farlopa de la mala en el cuarto de baño?

Del reggaeton? De la grasa? De la jefa

que visitó al peluquero por última vez

en febrero del 94?

No había redención, pero tenía eso.

Igual trabajaba, pero obtuve de Bukowski

una especie de caleidoscopio, un lugar para no entrar,

pero donde aún eran posible las palabras,

los violinistas en el tejado,

los pavos reales rellenos de vino. Con embajadas

en forma de andenes de Greyhound: el País Estómago

donde aún ser un hombre aunque a punto de caer,

pero aún no este galgo de puntillas sirviendo

platos con la soga en torno al cuello,

perdón, la pajarita.



"Fuerza, emoción, ánimo y todos los abrazos que pueda enviarte desde la distancia..."
(hay noticias que nunca deberían ser...) 

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