¿Empieza aquí la verdadera historia?
"Una vez me dijeron que yo tenía un virus mental irreversible.
Un orco
debajo de cualesquiera de las camas en las que yazca mi espanto.
Una
criatura incapaz a ser semejante entre los semejantes.
Y que se llamaba
esquizofrenia.
Nunca les creí porque en mi viaje de estramonio, vi el
espejo del envés de la identidad señalándome la hoguera y a las cabezas
cortadas de los psiquiatras como cocaína bailaora entre cementerios.
Pero me ponía la idea de que yo era diferente y de que para esos
ciudadanos, era una cucaracha púrpura que no podían verme los ojos, sino
a través de la ceguera de su libro de la DSM (*).
Y me entregué al amor de
los colibries y a las orgías de mi múltiple personalidad contando ovejas
en la plaza para dormir a pierna suelta en la búsqueda de los lobos.
Nunca consideré una enfermedad a mis delirios, sino una virtud del ardor
uterino de la luna sobre mi insomnio. Una persistente masturbación del
verso.
Y un credo de ovejas negras salvándome para siempre de las
pocilgas."
Mareva Mayo
(*)DSM.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría
(en inglés American Psychiatric Association, o APA) contiene una
clasificación de los trastornos mentales y proporciona descripciones
claras de las categorías diagnósticas, con el fin de que los clínicos y
los investigadores de las ciencias de la salud puedan diagnosticar,
estudiar e intercambiar información y tratar los distintos trastornos mentales.
La edición vigente es la quinta, DSM-5, publicada el 18 de mayo de 2013.
La OMS recomienda el uso del Sistema Internacional denominado CIE-10, acrónimo de la Clasificación internacional de enfermedades, décima versión, cuyo uso está generalizado en todo el mundo.
El DSM se elaboró a partir de datos empíricos y con una metodología
descriptiva, con el objetivo de mejorar la comunicación entre clínicos
de variadas orientaciones, y de clínicos en general con investigadores
diversos. Por esto, no tiene la pretensión de explicar las diversas
patologías, ni de proponer líneas de tratamiento farmacológico o
psicoterapéutico, como tampoco de adscribirse a una teoría o corriente
específica dentro de la psicología o de la psiquiatría.
Una concepción errónea muy frecuente es pensar que la clasificación
de los trastornos mentales clasifica a las personas; lo que realmente
hace es clasificar los trastornos de las personas que los padecen.
Es importante aclarar que siempre debe ser utilizado por personas con
experiencia clínica, ya que se usa como una guía que debe ser
acompañada de juicio clínico, además de los conocimientos profesionales y
criterios éticos necesarios.
“El
ayer está muerto y se ha marchado;
Y el
mañana no se ve;
Es tan
triste estar solo,
Ayúdame
a soportar la noche…”
Kristofferson
“Las
chicas del saloon salieron a recibirle con los brazos abiertos;
Bueno,
y algo más que los brazos…pero, era inútil,
Morgan
traía la boca seca. ¡Por Dios,
Necesitaba
echar un trago!...en el saloon, claro…
(que
sea Voll-Damm, gritó alguien desde el fondo del retrete)
José
Manuel Vara
De
“Johnny cogió su fusil”.
infernonautas
1. El Maestro.
El teatro abre sus puertas a sucesiones de bocas
hambrientas que, posteriormente, serán engullidas por la oscuridad. Sin un solo
gemido de dolor y, como si de ello dependiese tu vida, das la vuelta a la
primera carta sobre el tapiz negro. Y es entonces cuando los aplausos suenan a
tu alrededor y tu dejas descolgar tu cabeza, saludando a tu público, que se
mantiene oculto tras un velo negro o una especie de crespón de terciopelo en
señal de luto por la pérdida de la inocencia.
La partida comienza.
Ganar o perder, sólo dos alternativas
posibles.
El público se sienta y te mira.
El mago hace girar su sombrero delante de
tus ojos y te muestra unos peces de colores que respiran por la cola. Tú, cómo
es de suponer, no entiendes su significado. Primer abucheo. Es necesario que
corrijas tus suposiciones y te arriesgues. El mago te mira frunciendo el ceño y
pestañea en señal de desaprobación. Pero, la cosa aún tiene remedio.
Alguien grita desde la penúltima fila, pero
tú no puedes dedicarle tua tención. Pase lo que pase. Y, en una explosión, la
túnica del mago se convierte en un sólido muro de ladrillos. Puedes escuchar,
observar, intentar buscar explicaciones o, al menos, alguna pista. Y la
encuentras.
El muro empieza a resquebrajarse y se
desmorona formando palabras sobre sus escombros:
Castigo,
temor, rigor, severidad,
Juicio,
conciencia, deber, ley moral, inhibición, restricción,
Sacerdocio,
ciencia religiosa,
Abstenerse
de hacer el mal,
Cábala,
saber, autoridad, certeza,
Seguridad,
ausencia de duda,
Influencia
sobre los sentimientos y el pensamiento de los demás,
Benevolencia,
bondad, generosidad,
Inmoralidad…
Y el muro acaba engulléndose las palabras
para formar otra vez la túnica del mago, que no tiene cara. Te acercas a la
capa y descubres que está sostenida por un perchero. Todo ha sido una ilusión,
pero no un engaño. Y las luces se encienden y puedes darte cuenta de que estás
en medio de una calleja sórdida, en la que se huele a orín de perros, a basura
y a vino barato vomitado por corazones vapuleados por el abandono. Supones
acertadamente que debes echar a andar y, en ese mismo instante, empieza a
llover.
Descubres un rostro que se esconde detrás de
una cortina, te está observando, pero no sabes por qué. Después, el rostro
desaparece y una mano corre las cortinas. Y recuerdas, recuerdas…
…que la soledad es algo sumamente ambiguo,
como dirían algunos presuntuosos que pretendieran hacer una definición exacta y
formal de algunos estados característicos del ser humano en su faceta
emocional. Sería similar a pensar en el hecho de pasear, por casualidad, junto
a un cine atemporal en el que se proyectara “El futuro es mujer” (1).
El futuro resbala entre unos muslos que se
agarran desesperadamente al asfalto mojado. (Capítulo 3, 11-25)
En un perpetuo deambular por las calles,
-junto a establecimientos de perritos calientes inundados de mostaza, urinarios
públicos, tiendas de fotografía, bares que se estremecen a causa de la cerveza
derramada enn el suelo o sobre las mesas, discotecas y esquizofrénicas luces de
neón que invitan a gozar de una música disparatada y caótica,
(los
tiempos han cambiado)
bolsas de basura acumuladas en las esquinas,
salones recreativos llenos de máquinas tragaperras-, podrían observarse
infinidad de matices que, sin duda, desembocarían en la configuración de una
“silueta” aproximada del fenómeno citado al principio y conocido con el nombre
de Soledad.
(1).
El futuro es mujer (Il Futuro è donna)
Año
de producción: 1984 Dirección: Marco Ferreri Intérpretes: Ornella Muti, Hanna
Schygulla, Niels Arestrup, Maurizio Donadoni, Ute Cremer, Michele Bovenzi,
Christian Fremont Guión: Piera Degli Esposti, Marco Ferreri Fotografía: Tonino
Delli Colli Distribuye en DVD: Filmax Duración: 99 min. Público apropiado:
Jóvenes-adultos Género: Drama . Sinopsis:Anna y Gordon son un matrimonio que ha
decidido no tener hijos, por el miedo a una guerra nuclear. Un día recogen a
Malvina, una chica solitaria embarazada de seis meses. Anna y Gordon
desarrollan una intensa amistad con la recién llegada, que les ha escogido para
que adopten a su hijo. La alemana Hanna Schygulla comparte cartel con la
italiana Ornella Muti en este drama que dirigió Marco Ferreri (El cochecito) en
su mejor momento.
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