Comunidad Vigilia: La entidad del delirio.
-A tan sólo un milímetro del cielo va y me derrota.
Se va, me aleja y se me viene la pesadumbre.
Silencio, rechazo, quietud.
Solocausto caníbal bajo la lumbre. (Canta la niña).
Se va, me aleja y se me viene la pesadumbre.
Silencio, rechazo, quietud.
Solocausto caníbal bajo la lumbre. (Canta la niña).
-Cuánto derroche de inconsecuencia traes, cabecita loca.
Tú, que calzabas acracia, y de talla grande,
hogaño, ondean las banderas,
tus versos y librentrañas enjaezadas. (Responde la hermana).
Garazi Gorostiaga
Tú, que calzabas acracia, y de talla grande,
hogaño, ondean las banderas,
tus versos y librentrañas enjaezadas. (Responde la hermana).
Garazi Gorostiaga
La lluvia se hincha, se deshincha, explota, se rompe, se alza, se desvanece y te pilla por sorpresa si eres uno de esos que suele confiarse muy de prisa con aquello de :"no, no,. ahora parará, hombre". ¿Te gusta que te crean valiente, no?. Y la lluvia te pilla por sorpresa, ¿cómo no?, y vuelve a burlarse de nosotros y nos abofetea la cara con toda libertad porque sabe que no tenemos ningún medio de defendernos, ni siquiera mediante esos absurdos paraguas de color negro, que se clavan en un jirón de nubes rasantes intentando, de forma infantil, hacer cosquillas al creador o, únicamente, en su defecto, a los ángeles,
(ni hay nada como la magia)
Y bajo la lluvia Hezskha se detiene y saca un viejo y arrugado librito de páginas amarillentas que le acompaña desde el inicio mismo de los tiempos: Comunidad Vigilia: La entidad del delirio. Y se dispone a reerlo bajo un pequeño tejadillo que impide al agua mezclarse con la celulosa en un comunión peligrosa. Es un libro escrito por Garazi Gorostiaga, una persona que vivió muchos años encerrada en una institución psiquiátrica y que encontró bajo una montaña de libros en una librería de anticuarios en el Raval de Barcelona. Cuando todo era coherente, cuando todo era emoción. Antes del momento justo en que le atrapó el fantasma de la melancolía.
Y bajo la lluvia Hezskha se detiene y saca un viejo y arrugado librito de páginas amarillentas que le acompaña desde el inicio mismo de los tiempos: Comunidad Vigilia: La entidad del delirio. Y se dispone a reerlo bajo un pequeño tejadillo que impide al agua mezclarse con la celulosa en un comunión peligrosa. Es un libro escrito por Garazi Gorostiaga, una persona que vivió muchos años encerrada en una institución psiquiátrica y que encontró bajo una montaña de libros en una librería de anticuarios en el Raval de Barcelona. Cuando todo era coherente, cuando todo era emoción. Antes del momento justo en que le atrapó el fantasma de la melancolía.
Al alba, al alba, al alba mía,
quemé tu sueño en la boira.
Alborada, al alma alborotada,
deliriosa por tu boca.
quemé tu sueño en la boira.
Alborada, al alma alborotada,
deliriosa por tu boca.
Al Ángelus, al Ángelus, al Ángelus,
ahogaste los míos en el río.
Al Anboto, al Ángelus.
¡Al Anboto, a la brasa y al vicio!
Al bullicio del péndulo
oscilan la savia y el fin.
¡Que vengan las brujas!
Al bullicio duerme aquí.
Al rumor del péndulo
batallando requiebro y despedida.
¡Démonos prisa!
Al ungüento, al ungüento, mi vida.
Al gemir de los ojos, adiós,
adiós al crujir del dolor,
y al adiós, que adiós sea,
que así sea, amén, al adiós.
Agonía al uso,
el pan de cada día.
Abúsame, fóllame,
dispara tus balas agónicobsesionadas.
Muéstrame el paseo otoñal,
las flores húmedas,
las hojas lamiendo el suelo
y su purasangre al galopar.
Agonía, psicosis,
confusión visceral.
Espíritu eterno no existe,
preguntadle pues, a la carroña.
Agonía, el pan nuestro de cada día.
Un enjambre mudo
esperando a ser devuelto
al reino de los gusanos.
El vino aviva sus sueños,
y el infierno corona su ruina.
Sus ojos presagian tormenta.
¡Gloria al silencio nocturno!
Me gusta cuando callas porque estás como muerto.
Efectos negativos sobre la salud derivados del abuso de la comunicación humana.
Deformación icónica y visual,
tumores acústicos,
conductas de riesgo, consumismo táctil
y confusión mímica irreversible.
ahogaste los míos en el río.
Al Anboto, al Ángelus.
¡Al Anboto, a la brasa y al vicio!
Al bullicio del péndulo
oscilan la savia y el fin.
¡Que vengan las brujas!
Al bullicio duerme aquí.
Al rumor del péndulo
batallando requiebro y despedida.
¡Démonos prisa!
Al ungüento, al ungüento, mi vida.
Al gemir de los ojos, adiós,
adiós al crujir del dolor,
y al adiós, que adiós sea,
que así sea, amén, al adiós.
Agonía al uso,
el pan de cada día.
Abúsame, fóllame,
dispara tus balas agónicobsesionadas.
Muéstrame el paseo otoñal,
las flores húmedas,
las hojas lamiendo el suelo
y su purasangre al galopar.
Agonía, psicosis,
confusión visceral.
Espíritu eterno no existe,
preguntadle pues, a la carroña.
Agonía, el pan nuestro de cada día.
Un enjambre mudo
esperando a ser devuelto
al reino de los gusanos.
El vino aviva sus sueños,
y el infierno corona su ruina.
Sus ojos presagian tormenta.
¡Gloria al silencio nocturno!
Me gusta cuando callas porque estás como muerto.
Efectos negativos sobre la salud derivados del abuso de la comunicación humana.
Deformación icónica y visual,
tumores acústicos,
conductas de riesgo, consumismo táctil
y confusión mímica irreversible.
Si considera que alguno de los efectos adversos que sufre es grave o si
aprecia cualquier anomalía puede ser necesario que consulte a su médico
o que acuda al hospital de inmediato.
El vino aviva sus sueños
y el infierno corona su ruina.
Sus ojos presagian tormenta:
¡Gloria al silencio nocturno!
CANTO I (Dante)
(...)Y como aquel que alegre se hace rico
y llega luego un tiempo en que se arruina,
y en todo pensamiento sufre y llora:
El vino aviva sus sueños
y el infierno corona su ruina.
Sus ojos presagian tormenta:
¡Gloria al silencio nocturno!
CANTO I (Dante)
(...)Y como aquel que alegre se hace rico
y llega luego un tiempo en que se arruina,
y en todo pensamiento sufre y llora:
Tal la bestia me hacía sin dar tregua,
pues, viniendo hacia mí muy lentamente,
me empujaba hacia allí donde el sol calla.
Mientras que yo bajaba por la cuesta,
se me mostró delante de los ojos alguien que, en su silencio, creí muda(...)
pues, viniendo hacia mí muy lentamente,
me empujaba hacia allí donde el sol calla.
Mientras que yo bajaba por la cuesta,
se me mostró delante de los ojos alguien que, en su silencio, creí muda(...)
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